Directo
Ver
La gran paradoja del 21A: un Parlamento más soberanista, una ciudadanía menos independentista

Apoyémosles un poquito más

“Nosotros trabajábamos en lo que salía”, “Yo con tu edad, ya tenía mi propio sueldo”, “Las oportunidades no van a venir a buscarte, tienes que buscarlas tú”.

Hay toda una generación que está creciendo con esa matraca de fondo: los reproches, directos o indirectos, de sus padres o abuelos, por una situación laboral que ni han buscado ni han pedido. Los jóvenes de ahora son generaciones mucho más acostumbradas a adaptarse a los cambios, a gestionar la incertidumbre como un elemento más de su entorno laboral, de no pensar muy a largo plazo, como mucho planificando lo que harán la próxima semana y poco más. La incertidumbre es lo que tiene, que no les permite hacer muchos planes. Siguen aceptando parte del trato que la sociedad les ha hecho: “fórmate, estudia y así encontrarás un empleo”. Cuando en realidad, saben que eso no se está cumpliendo exactamente así. Muchos están sobrecualificados. Y tras años de estudio, el mercado laboral no les da la oportunidad que se merecen. Y aquí entra la segunda derivada de todo esto: su desmotivación, su escepticismo por lo que les decimos y proponemos. Pero aun así, como si fuéramos ciegos y sordos, continuamos pidiéndoles que sigan nuestro ejemplo.

Muchas veces se les tacha de pasotas, de evitar compromisos, de una falta de cultura del esfuerzo que sí teníamos o se presuponía que teníamos nosotros a su edad. De haberlos sobreprotegido, de no haberles dejado volar más libres. Generalizar siempre es injusto, así que vayamos a los datos, los que conocíamos ayer sobre cómo se sienten los jóvenes.

Hay toda una generación que está creciendo con esa matraca de fondo: los reproches, directos o indirectos, de sus padres o abuelos, por una situación laboral que ni han buscado ni han pedido

Desde la pandemia ha crecido su nivel de ansiedad, eso ya lo sabíamos. Pero es que, entre los jóvenes de 20 y 24 años, la edad en la que están justo a punto de terminar su etapa formativa, cuando están empezando a incorporarse al mercado laboral, una gran mayoría siente que no están preparados, que han fracasado y que no son capaces. Pensamientos negativos que merman su autoestima. Y que seguramente los han escuchado demasiadas veces fuera.

Más datos: el 52% de los jóvenes están descontentos con sus condiciones laborales. ¡Como para no estarlo! Con contratos que duran lo que duran, con sueldos con los que les son imposible emanciparse, con una precariedad crónica, tienen cero ganas de crecer en su puesto de trabajo. No hay nada que les haga pensar que en los próximos años su situación mejorará.

Y mientras, ahí estamos la generación de sus padres. Se me ponen los pelos de punta cuando escucho a algunos reprochar a sus hijos lo irresponsables que son, lo poco comprometidos que están, lo poco preparados para salir del cascarón… Y lo hacen con esa superioridad de pensar que ellos, en su situación, lo habrían hecho mucho mejor. Pues mira, no estoy tan segura. No quiero pecar de ingenua, pero hay que admitir que esta generación lo tiene difícil, crudo, muy crudo y el esfuerzo que tienen que hacer para conseguir lo que nosotros logramos; independizarnos con 22 años, alquilarnos una casa, formar una familia antes de los 30, comprarnos nuestra primera vivienda, etc, etc, es el triple al que tuvimos que hacer nosotros.

Seguimos en ese choque generacional, el que se repite siempre entre padres e hijos. Y mientras nos estamos dejando por el camino ilusiones, sueños y derecho a tener un futuro como ellos quieran tenerlo. No tienen que hacerlo igual que nosotros. No tienen por qué conseguir las mismas metas: simplemente hay que entender las suyas, ayudarles, escucharles y acompañarles en este camino en el que cada dos por tres les ponemos obstáculos. Ellos son los que tendrán que arreglar el desastre que les vamos a dejar, y aquí pongan el cambio climático, la crisis, la polarización política, la falta de entendimiento... Serán ellos los que cojan todos esos pedazos y empiecen a reconstruir. Así que apoyémosles un poquito más.

Más sobre este tema
stats