@cibermonfi

El Madrid de Díaz Ayuso vuelve a dar miedo

No hace falta ser particularmente asustadizo o hipocondríaco para inquietarse por la situación sanitaria de la Comunidad de Madrid en este comienzo del curso 2020-21. Pero Isabel Díaz Ayuso está tan pagada de sí misma que confunde su persona y su gestión política con Madrid y hasta con España entera. Cuando el lunes Fernando Simón dijo algo evidente, que los datos de contagios y hospitalizaciones por coronavirus en la capital y las comarcas adyacentes son muy preocupantes, Díaz-Ayuso respondió así en Twitter: "Este ensañamiento con Madrid es injusto, desproporcionado y perjudicial para España. Si Madrid no se reactiva, España se hunde".

Aprenda castellano, señora Díaz Ayuso: constatar un hecho relevante para la ciudadanía no es ensañamiento. Y cuando alguien es, como el doctor Simón, responsable sanitario de la lucha nacional contra la pandemia, semejante constatación es incluso obligatoria, va en el sueldo. A lo largo de las semanas centrales del verano, los contagios y las hospitalizaciones han vuelto a dispararse en Madrid. El territorio formado por la capital y sus muy poblados alrededores es de nuevo una zona de alto riesgo y es ridículo pretender revertir este hecho objetivo con declaraciones politiqueras para la propia parroquia mediática y electoral.

En cuanto a lo de que sería malo para España que la economía madrileña volviera a recaer, se trata de una obviedad que oculta lo esencial: si la economía madrileña vuelve a recaer no será por lo que diga Fulano o Mengano, sino por un fuerte rebrote de la pandemia que atemorice y paralice a empresarios, trabajadores, consumidores, inversores, turistas y cualquiera que no sea un negacionista.

Si Díaz Ayuso se pone como una hidra cuando Simón certifica la alarmante situación madrileña es porque se sabe responsable. Los que amamos Madrid sin ocupar cargos políticos, los que nos limitamos a pagar nuestros impuestos, votar cuando somos convocados a las urnas y salir a la calle con nuestras mascarillas bien puestas y manteniendo en lo posible la distancia de seguridad, no nos sentimos ofendidos por lo dicho por el doctor Simón. En cambio, usted, señora Díaz Ayuso, es la jefa suprema de la sanidad madrileña y no parece haber aprovechado las semanas transcurridas desde el 21 de junio para controlar la reaparición de la pandemia. Tampoco parece haberse esforzado demasiado en fortalecer estructuralmente la muy raquítica sanidad pública madrileña. En realidad, tan solo parece haberle preocupado el intentar celebrar corridas de toros.

Se va acercando el final del verano y siguen sin tener respuestas las preguntas con las que terminó la primavera. ¿Por qué hubo tantísimos muertos por coronavirus en las residencias madrileñas de ancianos? ¿Por qué se rechazó que enfermos de esas residencias fueran ingresados en hospitales? ¿Por qué el sistema público de salud madrileño –ambulatorios y hospitales– se colapsó tan brutalmente y sólo pudo atender a la gente merced al esfuerzo heroico de enfermeros y médicos? ¿Por qué ese sistema dejó desasistidos a pacientes de otras enfermedades graves?

Tampoco conocemos otros asuntos que la conciernen directamente a usted, señora Díaz Ayuso. ¿Qué hacía en un apartamento de lujo de un empresario hotelero amigo en los momentos más duros del coronavirus? ¿Por qué organizaba actos de autobombo en los que no se respetaban las medidas de seguridad contra la pandemia? Francamente, usted no da la impresión de ser una persona de muchas luces, pero sí tendente patológicamente al disparate y hasta la extravagancia.

Madrid vuelve a dar miedo. O para ser más preciso: un Madrid dirigido por Díaz Ayuso vuelve a dar miedo. A la presidenta de la Comunidad, la primavera no le sirvió para aprender que una pandemia no se combate con el dogma liberaloide de Laissez faire, laissez passer, le monde va de lui même. Acusó entonces al Gobierno de España de “autoritario” por imponer el confinamiento y reclamó su final apresurado. Ahora, cuando ha recuperado el timón de la Comunidad de Madrid, no quiere adoptar medidas duras e impopulares y se las reclama hipócritamente al Gobierno.

Sanitarios, pacientes y profesores reclaman al menos un profesional de enfermería en cada centro escolar

Sanitarios, pacientes y profesores reclaman al menos un profesional de enfermería en cada centro escolar

La pandemia, por cierto, tampoco se combate dándoles jugosos contratos a empresarios amigos como ha hecho Díaz Ayuso en agosto encargándole el reclutamiento de rastreadores a una empresa sanitaria privada tras desoír las propuestas del Colegio de Médicos de Madrid. La pandemia no es una “ventana de oportunidad” para negocios particulares como dirían los asesores cayetanos de Díaz Ayuso. Es una cuestión de vida o muerte que exige una respuesta pública.

Y sí, Madrid también vuelve a dar miedo por la actitud de la izquierda local, que ni intenta apartar de su puesto a Díaz Ayuso a través de una moción de censura, ni, salvo honrosas excepciones, se gana su sueldo actuando como una oposición exigente en la Asamblea, los medios y la calle. Quizá yo no emplearía una fórmula tan contundente como la usada ayer en infoLibre por Quique Peinado (Hasta los cojones de la izquierda madrileña), pero, desde luego, sí comparto lo esencial del contenido de su artículo. No creo que ser buena persona o teórico de la transversalidad justifique un sueldo público en momentos tan graves como los actuales.

Madrid, pobre Madrid, rompeolas de todas las Españas, no te mereces nada de esto.

Más sobre este tema
stats