Plaza Pública

Claves de la próxima investidura

Odón Elorza

1– Tras el fracaso de Rajoy y en medio de un Parlamento roto, Pedro Sánchez dispone de una oportunidad para retomar la iniciativa y abrir una ronda no teatralizada ni radiada de conversaciones sin lineas rojas, con todas las fuerzas del Congreso. Se trata de tantear la viabilidad de un gobierno alternativo con un programa progresista y reformista. Tenemos la ventaja de conocer los errores que cometimos en el proceso anterior, contar con los documentos objeto de pacto hasta ahora y haber evaluado las reacciones sociales que produjeron.

2– Si la propuesta básica del PSOE, con otras aportaciones que sumen y no resten, contara con apoyos suficientes, se abordaría la fase de clarificar la composición y modelo de un gobierno. Ello exigiría generosidad y dosis de realismo por todas las partes a la hora de configurarlo. Para hacer avanzar esta nueva investidura, con garantías de lealtad y estabilidad, resulta imprecindible un cambio de actitud de Podemos y de Ciudadanos, el compromiso de PNV y las fuerzas canarias, así como la flexibilidad del PSOE a la hora de dar entrada en los ministerios a personas con empatía y capacidad de diálogo y de pacto que representen a las diferentes sensibilidades del acuerdo.

3– Un Gobierno reformista y regenerador conviviría con un Congreso empoderado como reconocimiento del valor de la oposición. Me explicaré: el acuerdo tendría que incluir un calendario legislativo, un comité de coordinación y seguimiento parlamentario del pacto y de las tareas del gobierno, el compromiso de presentar por el presidente –a los dos años– una moción de confianza en el Congreso y una metodología para el debate y el consenso sobre el proyecto de Presupuestos Generales.

4– Pero es evidente que los 17 votos de los diputados secesionistas catalanes condicionan totalmente, y lo seguirían haciendo tras unas terceras eleciones, la formación de Gobierno en España. Tanto para Rajoy como para Sánchez la gobernabilidad de España está en manos de quienes quieren forzar la salida de Cataluña de España. La paradoja merece una seria reflexión, alejada de discursos patrióticos y de la judicialización extrema del conflicto, si bien el llamado derecho a decidir no podría incluirse en un pacto alternativo.

5– Si la propuesta de construir una alternativa a Rajoy no fuera asumida por los órganos del PSOE o no encontrara apoyos suficientes para recibir el encargo del rey, todos los partidos tendrían que actuar para evitar unas terceras elecciones que supondrían un reconocimiento público de la incapacidad de los diferentes líderes de gestionar la voluntad democrática –gusten o no los resultados– expresada en las urnas por la ciudadanía. También afectaría a la credibilidad del sistema democrático.

6– Unas nuevas eleciones en diciembre mostrarían el hartazgo ciudadano, una fuerte abstención y el riesgo cierto de un nuevo crecimiento del Partido Popular. Además, se mantendrían las actuales dificultades para formar gobierno al seguir siendo necesarios pactos transversales. Aunque no es descartable que el PP y C's alcancen la mayoría absoluta.

7– Cabe celebrar una nueva investidura de Rajoy en octubre si, fallando el plan B, el Comité Federal del PSOE decidiera facilitar que España tuviera un Gobierno del PP en situación de debilidad y una oposición fuerte con mayoría absoluta que condicionara la labor del ejecutivo y pudiera acordar en el Congreso la derogación de leyes y la aprobación de reformas indispensables. La abstención del PSOE se limitaría a 11 votos, el resto votaría en contra para demostrar que ni renuncia a sus principios ni rinde su programa. Esa abstención, explicada en términos de responsabilidad democrática –y no de apoyo a Rajoy–, no precisa de un pacto con el PP para evitar confusiones y por razones prácticas, ya que los pasos a dar para revertir las políticas del Gobierno anterior se aprobarían en el Congreso por encima de la voluntad de Rajoy.

8– La firmeza y vehemencia del discurso de Pedro Sánchez con el no a Rajoy hace difícil abordar un giro hacia la abstención por el riesgo de provocar y desgarramientos en la militancia y en sectores del electorado. Para evitarlo o mitigarlo, el PSOE ha de intentar con decisión, convicción, paciencia y una metodología acertada la formación de un Gobierno alternativo.

9–Nadie en la izquierda debería aventurarse con alegría a unas terceras eleciones sin pensar antes que eso es lo que realmente desean Rajoy y el PP. Es obvio que también hay nostálgicos del bipartidismo que apuesten por esa huida ante la complejidad de un pluralismo parlamentario que exige otra forma de hacer política, con capacidad de negociación, seduciendo, sabiendo ceder y rectificar.

¿Debatimos sobre la libertad de expresión o sobre qué salidas proponemos al país?

10– La reflexión se impone en el PSOE de cara a las iniciativas a emprender, conscientes de que su credibilidad dependerá del grado de cohesión interna en torno a las decisiones del Comité Federal. Se necesitan luces largas en el PSOE, que ha de pensar cómo defiende mejor las demandas ciudadanas y los valores de la izquierda en una sociedad que, atravesando una grave crisis social, económica, territorial e institucional, sigue votando a la derecha. Si no puede ser desde el Gobierno se deberá trabajar desde una oposición incluyente y con afán de transformar un sistema que dispara la desigualdad y la exclusión.

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Odón Elorza es diputado socialista por Gipuzkoa

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