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Plaza Pública

Disculpas aceptadas

Xabier Fortes

"La culpa es de los periodistas", dijo en medio de una asamblea vecinal uno de los concejales de Cangas do Morrazo que lideraban la revuelta popular contra el alcalde socialista, Lois Pena, en octubre de 1988. La coalición contra el regidor era de lo más variopinta: PP, IU, nacionalistas de izquierda moderada, independentistas y hasta creo recordar que un grupo de orientación proalbanesa. Un día llegó desde el País Vasco Ion Idigoras para dar una arenga en medio de la refriega. Horas más tarde el portavoz del PP en el Ayuntamiento se refería a la dotación de la Guardia Civil enviada a proteger al alcalde como fuerzas de ocupación. Acabó de senador.

"La culpa es de los periodistas", repitió por segunda vez el concejal desde la tarima colocada frente a la fachada del Ayuntamiento y solo entonces me di cuenta de que era el único periodista que estaba allí, con mis 22 añitos, grabando toda su alocución con un magnetofón de Radio Cadena Española y su cantoso paravientos de color amarillo. Era mi primer contrato. Tendrían que haberme visto. Solo me faltaba un sombrero como el de reportero novato de Primera Plana, un brazalete con la palabra PRESS y que alguien me diera por consejo no acabar nunca una frase con una preposición... ni coincidir con Bensinguer en los lavabos.

Unos 500 ojos se posaron de inmediato sobre mí y una avanzadilla me pidió la documentación. Les di el carné de prensa, el DNI, el de la biblioteca y hasta el de socio de fondo norte de Pasarón por si servía para que se compadeciesen.

"Bueno, no todos los periodistas son iguales, ese en concreto parece buen chaval", dijo el concejal al ver la escena y mi cara más blanca que una pared encalada. Me devolvieron mis carnés, regresé a casa y pude enviar la crónica.

Desde entonces la apelación genérica o individual a los periodistas me pone en posición de prevengan y eso me volvió a pasar cuando Pablo Iglesias habló de modo tan faltón de mi gremio y de mis compañeros. Yo sí creo que es pertinente un debate crítico sobre los medios y su relación con el poder, y, al igual que criticamos y opinamos, también podemos y debemos ser objeto de crítica y opinión. Nadie lo explicó mejor que Iñaki Gabilondo cuando el propio Pablo Iglesias le preguntó si no estaba extrañado del nivel de críticas que provocaba el fenómeno de Podemos tras la elecciones europeas: "Habéis llegado para disputar el poder y no debeis esperar que suenen las cítaras a vuestro paso", contestó.

Pero el tono y el fondo empleado por Pablo Iglesias en este caso fue injusto al personalizar en un currito sus críticas y no sobre la superestructura, y calumnioso al generalizar y decir que veía a los periodistas que seguían la información de Podemos con cara de miedo. Créeme, Pablo, para cara de miedo la que yo tenía en aquella asamblea de Cangas.

La catarata de reacciones ha sido enorme y creo que es justo que el gremio reaccione así cuando alguien que puede llegar a ser presidente del Gobierno hace ese tipo de reflexiones. Desde los medios en general (unos más que otros) a la práctica totalidad de representantes politicos, todos se han escandalizado y mostrado su rechazo, con alguna sobreactuación hipócrita en más de un caso.

Me gustaría también la misma furia reactiva en algún partido en concreto cuando se denuncia con pruebas y datos la manipulación, la censura o incluso la elaboración de listas negras en los medios públicos controlados por el Gobierno para apartar a profesionales en función de supuestas derivas ideológicas.

En mi casa, TVE, desde el Consejo de Informativos hemos denunciado el doble rasero a la hora de informar del Gobierno y de la oposición. A algunos en concreto nos han inflado la cara a hostias (metafóricamente hablando) por defenderte, Pablo, cuando denunciamos las encerronas de las que fuiste objeto en TVE y te preguntaban si realmente estabas en contra de ETA o si estábais poco menos que bailando una jota porque habían soltado al asesino Santi Potros. Por eso nos dolió especialmente esa manifestación genérica a los periodistas con miedo que hiciste. Al menos habéis pedido disculpas en menos de 24 horas. Bienvenidas sean.

Estos días hemos visto en el Telediario de TVE titulares de apertura, noticias, reportajes, reacciones, directos y hasta preguntas a ministros en ruedas de prensa para denunciar tus palabras del otro día. No voy a ser yo el que lo critique. Únicamente me gustaría que esa misma manera crítica de hacer periodismo desde los medios públicos se hubiese empleado por ejemplo en los famosos años del plasma, cuando desde la más alta instancia del poder se humillaba a los periodistas en ruedas de prensa sin preguntas y con una pantalla plana interpuesta. O cuando la Federación Internacional de Periodistas vino a Madrid a denunciar lo que estaba sucediendo en la televisión pública. Ahí también la oposición, el gremio, las asociaciones de prensa, los profesionales y los medios protestaron vivamente, pero en el Telediario no salió ni un breve.

Los dos últimos escándalos que afectaron al Gobierno fueron el caso Soria y el caso Aznar. Del primero, hasta su dimisión, sólo se informó con las palabras de propio ministro, sin reacciones de la oposición. En el caso de los impuestos no pagados por el expresidente del Gobierno, hasta el momento de escribir estas líneas, ni pío.

Por cierto, el caso más humillante, grotesco, maleducado y machista contra un periodista que recuerdo fue cuando hace unos años el propio Aznar colocó sobre el canalillo de una informadora un bolígrafo porque no le gustó una pregunta. Creo que Marta Nebot aún está esperando una disculpa del expresidente y de su propio partido.

__________________* Xabier Fortes es periodista y miembro del Consejo de Informativos de TVE

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