Muy fan de...

El quilombo en el PSOE

A 41 días de las elecciones, el PSOE ha tenido que recoger a toda velocidad los trastos que tenía por el suelo, meter las pelusas debajo de la cama y guardar la ropa arrugada en armarios y cajones, para exhibir una casa aparentemente ordenada y nombrar candidato a Pedro Sánchez. Los socialistas tienen una empanadilla y la han rescatado de la sartén en Móstoles... Muy fan.

La presentadora de Pedro en el escenario ha sido Susana, un diez para el director de casting de la performance, ya quisiera José Luis Moreno haber fichado a una pareja tan bien avenida para Matrimoniadas...

La ausencia más comentada en ese evento federal al que faltaron cuatro barones –Iceta, García Page, Fernández Vara y Puig– fue la del líder valenciano que cambió el acto de partido por la Primavera educativa, un encuentro sobre educación que se celebraba estos días en Valencia. Ximo Puig es el disidente tranquilo que negaba la semana pasada estar echando un pulso a Pedro mientras trataba de dar su brazo– el de Sánchez– a torcer.

Aquel fue el último, o el penúltimo, disgusto para Sánchez. Pablo le propuso a Sánchez ir en listas conjuntas al Senado para despojar al PP de la mayoría en la Cámara de representación territorial y Pedro respondió tajante: “No gracias, no fumo”. Pero a Ximo Puig no le disgustó la idea de dar un par de caladas a la pipa de la confluencia con Podemos para caminar juntos hacia la Cámara Alta.

En medio de la humareda, Hernando le recordó a Puig que los pactos con otras formaciones son competencia del Comité Federal y Ximo respondió que no renunciaría a dar un paso por miedo al no: “No sería democrático, sería cobardía y desde luego yo no he venido a ser cobarde, ni en esto, ni en nada”. Aquí Belén Esteban habría metido un “¿Me entiendes?”. Pero Ximo es más sosegado.

Si se cumple el dicho “lo que no mata engorda”, una de dos: o Pedro acaba muriendo como líder o se va a poner orondo cual luchador de sumo, porque lleva más puñaladas en el body que Jon Snow.

En el circo político español, Pedro aguarda, apoyado en el tablón, el lanzamiento de cuchillos por turnos. Se los lanzan desde el PP, se los lanzan desde Podemos y hasta le pasa rozando alguno de su socio eventual, Albert Rivera, cuando afirma que lo mismo podría gobernar con el PP que con el PSOE...

Pero los cuchillos más peligrosos y lacerantes, ♪ “Sobre Pedro de bruces tres cruces, una en la frente la que más dolió”♪, le llegan desde su propio partido.

Los barones se emplean a fondo para marcarle la silueta de vez en cuando, y Susana aguarda con el cuchillo entre los dientes, ya tendrá tiempo de lanzar en la segunda sesión del espectáculo... Total, hay más cuchillos en torno a Pedro que en un anuncio de la Teletienda.

Solo le faltaría llegar al hogar familiar y encontrarse con que el vecino de arriba le ha robado el felpudo de “Bienvenido a la república independiente de tu casa”. Sánchez en la intimidad estará pensando en modo Jorge de Gran Hermano:

“¡Quién me pone la pierna encima para que no levante cabeza, quién, joder!”

En esta semana fantástica del socialismo, en la que se ha hablado mucho más del quilombo en Ferraz que de los planes electorales para la repetición de la jugada, Patxi López llegó a decir: “Esto me avergüenza, que estemos hablando de estas cuestiones internas del Partido Socialista, lo dramático es que estemos ahora hablando de estas cosas, la gente tiene que estar mirándonos absolutamente perpleja”.

Sí, Patxi, el gesto de parte del paisanaje navega entre la perplejidad y el aburrimiento. El emoticono del careto de las personas que asisten como público a vuestros líos internos de partido sería un mix entre estos dos:

Costará borrar de nuestra memoria reciente algunas estampas de los líos de familia socialista. Por ejemplo, aquella en la que Fernández Vara había afirmado estar prácticamente seguro de que Susana se presentará al próximo congreso. Y cuando los periodistas le trasladaron a Díaz las palabras del barón extremeño, a ella le dio la risa floja precedida de un “¡Vaya!” picarón.

Después dijo lo que toca... “toca hablar de España y no del PSOE”. Esto es como cuando en la adolescencia te cuentan que le gustas al chico de 3ºB y tú te pones coquetuela a batir las pestañas. Cuando te das cuenta de que igual se ha notado un poco tu satisfacción interna, repliegas y afirmas que estás centrada en los estudios y que ni hablar de novietes.

Mario Conde, de banquero precoz a bibliotecario en prisión

El sábado asistimos al cierre de filas en el Comité Federal de Móstoles. Varios barones negaron que existan tensiones internas, o sea qué va, para nada. Veremos si las bocas territoriales permanecen cerradas de aquí al 26-J, o si aún escucharemos algún solo de voz en el coro socialista.

De momento, Pedro se ha marcado un Suárez: “Puedo prometer y prometo decencia”. Y Susana un Florentino: “¡El PSOE no puede estar loco por la medalla de plata, somos el PSOE, HAY QUE GANAR!”. Y juntos, aunque un poco revueltos, han presentado su lema: “Sí por el cambio”. En precampaña electoral, ya se sabe, hay que mostrar unidad, toca ponerse la máscara como Stanley Ipkiss (The Mask) para sonreír de par en par y dar a entender que en casa todo bien, gracias.

Volverán las repetidas elecciones en sus urnas nuestros votos a colgar. Y si en esta segunda oportunidad Pedro pinchara o pinchase, probablemente se quemará la empanadilla rescatada este domingo en Móstoles y puede que entonces, en vez del grito “¡Encanna!, escuchemos algo así como “¡Susana! ¡hola bonita que me gusta mucho tu pograma!”.

Más sobre este tema
stats