Plaza Pública

La alianza del Gobierno andaluz con la ultraderecha nos está costando muy caro a las mujeres

La diputada del PSOE por Sevilla, Beatriz Carrillo de los Reyes

Beatriz Carrillo de los Reyes

El negacionismo sobre la violencia de género que propugna la ultraderecha en Andalucía vuelve a dejar a las mujeres en peligro, sin protección, como hace dos décadas, cuando las mujeres tenían que guardar silencio y conservar el sufrimiento y la amenaza contra sus vidas entre las cuatro paredes de su casa en favor de mantener el orden patriarcal establecido.

Gracias a las leyes de igualdad y contra la violencia de género impulsadas y defendidas por los gobiernos socialistas nuestro país ha sido un reconocido referente internacional en las políticas a favor de la igualdad entre hombres y mujeres.

Sin embargo, en estos días, el dictamen de la Comisión para la Reconstrucción de Andalucía presentado en el Parlamento regional atenta contra los principios constitucionales y derechos fundamentales amparados en nuestra Carta Magna, como son los derechos a la igualdad y a la no discriminación, a la vida y la libertad de las mujeres.

Que a nadie se le escape que el llamado documento "despolitizado" de las conclusiones de dicha comisión tiene un mensaje claro de la ultraderecha contra nuestra seguridad y dignidad, al desdeñar los grandes avances y consensos logrados por las fuerzas democráticas en materia de igualdad. Una lucha feminista que ha alcanzado revoluciones históricas en la conquista de los derechos de las mujeres y que la antipolítica retrógrada y cavernaria sigue pretendiendo recluirnos de nuevo en el armario franquista.

Ese armario que defienden a gritos los Abascales y las Olonas responde a esa nostalgia de que la violencia machista no existe, que el único bien jurídico digno de protección debería ser solo el ámbito intrafamiliar para diluir y arrancar la esencia al concepto de violencia de género. Concepto incuestionable alcanzado por todas las fuerzas políticas para vencer las escandalosas cifras de asesinatos de mujeres año tras año a mano de sus parejas o exparejas y las de sus hijos/as menores con el objetivo de dañar a las madres por el único hecho de ser mujeres.

Los hombres y mujeres socialistas de Andalucía, así como el Gobierno de España encabezado por Pedro Sánchez, reiteramos nuestro más firme compromiso para acabar con este terror. No vamos a consentir que el pacto de las derechas ponga en peligro la vida de las mujeres. Y más ahora, cuando la reciente reestructuración del gobierno regional se salda con el vaciado de parte de competencias en materia de violencia de género de la única consejería cuya razón de ser es la defensa de la igualdad entre hombres y mujeres. Un propósito diluido ahora en una burocracia y un laberinto de competencias por conveniencias partidistas, que dejan en vilo a las destinatarias naturales de las políticas sociales de igualdad.

Es intolerable. Y más cuando las cifras demuestran la indefensión a la que nos encontramos sometidas las mujeres. El aislamiento, que se ha considerado la manera óptima para frenar la curva del covid-19, ha sido, paradójicamente, la mayor correa de transmisión para la expansión de la violencia de género: miles de mujeres se han visto confinadas con sus maltratadores. Hay cifras que deben resonar constantemente en nuestra conciencia comunitaria y hacer mella en nuestra dignidad para no errar en la toma de decisiones y en la distribución sectaria de competencias y atribuciones en asuntos de tanta importancia. En lo que llevamos de año son ya 30 las mujeres asesinadas por violencia de género, que dejan un total de 15 huérfanos menores de 18 años. Y tres menores han sido asesinados, cifra que iguala a la de todo el año pasado. Son en total, 1.063 la mujeres asesinadas por violencia de género desde 2003, cuando se empezaron a recopilar datos.

Un contexto aún más preocupante si cabe a tenor de la última memoria del TSJA, que sostiene que "nos debe poner en alerta la persistencia de actitudes de este tipo de violencia en nuestros jóvenes". La violencia se extiende en detrimento de los valores de igualdad, respeto y libertad, mientras nos distraemos en cuestiones semánticas y léxicas que solo valen para invisibilizar el problema social, en vez de considerarlo acreedor de eficientes políticas públicas dirigidas a su erradicación.

La sociedad, y especialmente las feministas y socialistas, vamos a seguir trabajando más que nunca para que en nuestra tierra se siga protegiendo la dignidad de las mujeres y niñas cincelada sobre la base de desigualdad y desprecio por nuestros derechos.

Los intereses partidistas y mercantilistas de las derechas no podrán amedrentarnos por más que lo intenten y si los que tienen la obligación y responsabilidad de salvaguardar nuestros derechos no lo hacen, la sororidad y hermanamiento progresista nos seguirá teniendo enfrente.

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Beatriz Carrillo de los Reyes es diputada por Sevilla y presidenta de la Comisión de seguimiento y evaluación Acuerdos Pacto de Estado contra la Violencia de Género

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