Las autorizaciones de Altri y el 'conseguidor' en Madrid señalan los puestos 'a dedo' que la Xunta ve como técnicos

El 7 de mayo la Xunta creaba un nuevo puesto de intermediario en Madrid para las empresas gallegas, un conseguidor que será elegido "por el procedimiento de libre designación o contrato de alta dirección". Dos meses antes se hacía pública la autorización ambiental de Altri, firmada por un subdirector general de Medio Ambiente que ocupaba en comisión de servicios un puesto que ahora va a ser otorgado por libre designación. Su dictamen final estuvo basado a su vez en informes sectoriales firmados por otros subdirectores generales nombrados con las mismas figuras de la comisión o la libre designación. La legislación permite que esos cargos sean ocupados con esas figuras, pero otros varios cientos de puestos inferiores (jefaturas de servicio, de sección o secretarías) son también otorgados con procedimientos de selección similares que el Consello de Contas viene criticando por su discrecionalidad.

Sin embargo, el Gobierno gallego opta por presentar todo tipo de cargos discrecionales como "técnicos" mientras demora desde hace una década la normativa para regular los concursos de acceso a cientos de puestos en toda la administración.

En 2015, cuando la Xunta impulsó una nueva Lei de Emprego Público, el entonces conselleiro de Facenda, Valeriano Martínez, lamentó en el Parlamento que "los ciudadanos no entendieran que los puestos técnicos vayan elegidos por libre designación" y aseguró que impulsaría un cambio en el sistema de cobertura de las jefaturas deservicio, "más de 500 en la Administración gallega, pasarán a proveerse por medio de un concurso público específico con convocatoria pública". Jefaturas de servicio que son sólo una parte de los 2.700 puestos que el Consello de Contas cuantificó en 2021 como otorgados a dedo o sin motivación suficiente, entre procedimientos de libre designación y comisiones de servicios.

Pero aquella ley publicitada para otorgar por concurso jefaturas de servicio que se daban por libre designación estableció una amplia excepción: "Excepto aquellos que, por sus especiales características, deban proveerse por el sistema de libre designación". Lo que hizo la ley fue establecer qué es la Relación de Puestos de Trabajo (RPT) de cada consellería, que se modifica periódicamente, la que fija qué puestos son de libre designación por sus especiales características o responsabilidades, algo que se hizo siguiendo unas instrucciones con un amplio margen de discrecionalidad. Y el concurso específico quedó como un deseo de futuro, de forma que la Xunta lleva diez años de retraso en el diseño de ese proceso. Tiempo durante el que las designaciones a dedo, con comisiones de servicio, aún más discrecionales que las libres designaciones, siguen siendo lo habitual.

Tras la ley de 2015 el decreto que la desarrolló no llegó hasta 2022, pero quedaron pendientes de aprobar las bases generales de cómo deben ser esos concursos específicos, cuyo borrador no fue presentado por la Xunta a los sindicatos hasta enero de este año y sigue pendiente de aprobación. Unos concursos que después aún deben ser desarrollados por cada consellería con un procedimiento que aún contiene amplio margen de discrecionalidad, ya que las comisiones valoración, según el borrador, son nombrados por el Gobierno gallego sin reservar puestos a los sindicatos. Cuatro meses después de dar a los sindicatos unos pocos días para estudiar ese borrador, la norma aún sigue en negociación tras pasar hace unos días por la mesa de la función pública.

Según las cifras manejadas por los sindicatos a partir de las relaciones de puestos de trabajo, que se fueron actualizando en los últimos años, en la administración general de la Xunta, sin tener en cuenta entes instrumentales, la libre designación es el procedimiento de nombramiento previsto para unas 300 subdirecciones y una cifra similar de jefaturas de servicio. Otras 700 jefaturas de servicio están ya cuantificadas como de concurso específico, pero esos procesos de selección siguen pendientes del procedimiento que la Xunta aún no logró aprobar una década después. Por otra parte, la relación 30/70 existente entre las jefaturas de servicio de libre designación y las de concurso específico ponen en duda la premisa legal de que la libre designación quedase para situaciones "excepcionales", lo que no cuadraría con el hecho de que sigan siendo un tercio de las totales.

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En cuanto a las comisiones de servicio, el Consello de Contas las cuantificaba en 2021 en cerca de 1.884, casi el doble que las 981 de 2014. Es una figura que la Xunta viene empleando para cubrir puestos de todo tipo que no pueden quedar vacíos, dando un plazo de tan sólo cinco días a las posibles personas interesadas para que presenten sus candidaturas, lo que provoca la sospecha en diversas fuentes sindicales de que podría haber avisos previos a las personas concretas para que estén preparadas. No todos los funcionarios puede decidir en tan poco tiempo si quiere cambiar o no su puesto de trabajo.

Contas recordaba que "el carácter excepcional de las comisiones de servicio requiere de motivación justificativa de las razones de urgencia e interés público para la cobertura del puesto y de la ausencia de otro procedimiento para hacerlo". Motivación que el ente fiscalizador echaba en falta y que la Xunta evitó facilitar durante años.

Es habitual que subdirecciones generales y jefaturas de servicio sean cubiertas primero en comisiones de servicio y después acaben en manos de las mismas personas a través de libres designaciones. A pesar de la discrecionalidad de esos procesos denunciada por Contas, para el Gobierno gallego son puestos "técnicos" y no políticos.

El 7 de mayo la Xunta creaba un nuevo puesto de intermediario en Madrid para las empresas gallegas, un conseguidor que será elegido "por el procedimiento de libre designación o contrato de alta dirección". Dos meses antes se hacía pública la autorización ambiental de Altri, firmada por un subdirector general de Medio Ambiente que ocupaba en comisión de servicios un puesto que ahora va a ser otorgado por libre designación. Su dictamen final estuvo basado a su vez en informes sectoriales firmados por otros subdirectores generales nombrados con las mismas figuras de la comisión o la libre designación. La legislación permite que esos cargos sean ocupados con esas figuras, pero otros varios cientos de puestos inferiores (jefaturas de servicio, de sección o secretarías) son también otorgados con procedimientos de selección similares que el Consello de Contas viene criticando por su discrecionalidad.