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Los críticos de Podemos aparcan la petición de un Vistalegre III pero piden una "conferencia política"

Pablo Iglesias, a punto de entrar en la reunión del Consejo Ciudadano de este sábado.

Los barones críticos de Podemos no piden, al menos por el momento, que Pablo Iglesias someta su cargo de secretario general a la votación de los afiliados, pero sí un volantazo que cambie el rumbo del partido morado. Los malos resultados de las elecciones del 26M habían provocado que algunas voces pidieran a Iglesias la convocatoria de un congreso extraordinario –un Vistalegre III–, pero por el momento la mayor parte de direcciones autonómicas críticas con Iglesias se conforman con pedir a la dirección que reconsidere su hoja de ruta a largo plazo. De hecho, en la reunión que mantuvo el Consejo Ciudadano de Podemos este sábado, hubo mayoría de dirigentes que coincidieron en la necesidad de esperar a que terminen las negociaciones para conformar gobiernos antes de poner en marcha cambios en el partido.

El revuelo interno generado por la debacle electoral en los comicios municipales, autonómicos y europeos llegó a su culmen cuando, hace unos días, el ex secretario general madrileño Ramón Espinar planteó en un artículo la necesidad de celebrar un congreso extraordinario de Podemos. Varios barones, como el aragonés Nacho Escartín, ya habían vertido antes duras críticas contra Iglesias y la dirección estatal de Podemos, pero la mayor parte de los dirigentes autonómicos, incluso los contrarios a Iglesias, optaron por guardar silencio hasta escuchar este sábado el análisis de Iglesias sobre la situación.

El secretario general, por su parte, rechaza convocar un congreso extraordinario, aunque sí ha realizado cambios orgánicos. En el Consejo Ciudadano de este sábado, Iglesias anunció una remodelación en profundidad de su ejecutiva, cuyo cambio más relevante ha sido la sustitución de Pablo Echenique por Alberto Rodríguez en la Secretaría de Organización. Y, por el momento, esos serán los únicos cambios, ya que los dirigentes críticos no exigieron este sábado que se adelante Vistalegre III, ni tampoco tienen pensado hacerlo en las próximas semanas. No obstante, entre ese heterogéneo sector crítico sí que se exige poner en marcha un cambio de rumbo en la dirección del partido.

Ese cambio de rumbo, para varias de las direcciones que se han pronunciado en las últimas semanas de forma crítica con Iglesias, debe debatirse más allá de un mero Consejo Ciudadano. Y fue el secretario general de la Región de Murcia, Óscar Urralburu –que se mostró muy crítico con el análisis de Iglesias sobre los resultados del 26M–, quien le puso nombre a ese formato: "conferencia política". La propuesta de Urralburu pasa por que Podemos celebre un encuentro amplio en el que se renueve la hoja de ruta política del partido, pero sin que ello suponga tener que renovar los cargos de dirección, como ocurre de manera obligatoria en un congreso. "Ese debate político se tendrá que hacer una vez esté muy clara la entrada de Podemos en el Gobierno de España y en los gobiernos de las comunidades autónomas", detalló el barón murciano.

Fuentes próximas a Urralburu aventuran que esa conferencia política podría celebrarse a finales de este año o principios de 2020 sin interferir en ninguna negociación. Y, aunque todo el mundo prefiere ser cauto antes de pronunciarse sobre los próximos pasos a dar, la propuesta ha gustado en varias de las direcciones autonómicas de Podemos. Fuentes de varias de estas direcciones, entre ellas la andaluza –muy crítica con Iglesias y la más potente de las que han mostrado sus discrepancias con él– ven con buenos ojos la posibilidad, aunque algunos de estos dirigentes se remiten a las reuniones que mantendrán en los próximos días sus respectivas cúpulas autonómicas a la hora de fijar una posición al respecto.

"No toca hablar de dimisiones ni de Vistalegre III"

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Y es que los principales dirigentes críticos, y entre ellos los andaluces, coincidieron en la reunión de este sábado en que lo primordial es, ahora mismo, mantener las aguas lo más calmadas posibles para evitar que la inestabilidad interna interfiera con las negociaciones entre Podemos y el PSOE para alcanzar acuerdos programáticos que permitan conformar tanto el Gobierno central como varios ejecutivos autonómicos. Así lo planteó, por ejemplo, Pablo Pérez Ganfornina, secretario de Comunicación de Podemos Andalucía. "Toca debatir de programa", y "desde Andalucía reivindicamos más financiación para los servicios públicos, derechos laborales y aumento de las inversiones en infraestructuras", planteó el dirigente.

El cambio de discurso es sutil, pero importante, porque hace apenas unos días el propio Pérez Ganfornina aseguraba que "toca debatir tranquilamente primero sobre la política, sobre cuáles son las tareas, prioridades, y después sobre quiénes ocupan los puestos", mientras este sábado fue tajante al afirmar que "no toca hablar ni de dimisiones ni de Vistalegre III, sino de políticas para los próximos años". Aunque eso sí: la dirección andaluza, capitaneada por la anticapitalista Teresa Rodríguez, sigue insistiendo en que Podemos no debe entrar a ningún gobierno liderado por el PSOE.

"Hay muchos ejemplos" de que gobernar con el PSOE reduce la fuerza electoral de los partidos a su izquierda: "Portugal es uno, Castilla-La Mancha es otro, y el País Valencià con Compromís es otro, más allá del propio caso de Andalucía", aseguró Pérez Ganfornina. Sin embargo, Andalucía parece estar prácticamente sola en esta reivindicación. De hecho, antes de la reunión del Consejo Ciudadano de este sábado, Iglesias y Echenique mantuvieron otro encuentro con los candidatos de Podemos en la Comunidad Valenciana, en Baleares, Canarias y La Rioja para coordinar las negociaciones que están manteniendo los dirigentes del partido morado en esas comunidades para entrar en ejecutivos del PSOE.

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