Elecciones 26-J

¿Qué entiende el PP por una campaña “en positivo”?

¿Qué entiende el PP por una campaña “en positivo”?

"Los ciudadanos no quieren el 'y tú más', el cuerpo a cuerpo, ni la confrontación. El Partido Popular planteará un debate en positivo. Cada uno debe explicar lo más atractivo de su oferta". Así se pronunciaba Javier Maroto, vicesecretario de Sectorial de los conservadores en rueda de prensa en la sede del partido el 17 de mayo de 2016.  Y así, Mariano Rajoy el 18 de junio en un acto de campaña: "Si se divide el voto moderado beneficiará a los malosa los malos". Entendiéndose que esos "malos" son los de Podemos. Estas dos expresiones, contradictorias, ponen de manifiesto que las anunciadas intenciones del PP de cara al 26-J se han quedado en eso, un mero anuncio. Y que donde se había vendido una campaña que supuestamente huiría de la confrontación, se ha ejecutado otra en la que cualquier opción que no sea votar a Rajoy es una suerte de lotería en la que siempre se pierde.

Se trata de un discurso al que no sólo se ha abrazado el presidente del Gobierno en funciones y aspirante a seguir en La Moncloa otra legislatura. El mensaje del miedo a lo que pueda ocurrir si gobierna Podemos, el del riesgo de votar a Ciudadanos porque no se sabe dónde acabará ese sufragio o el de hurgar en el liderazgo de Pedro Sánchez cuando su posición en el PSOE es muy débil, es replicado por la plana mayor del partido y por los candidatos en el grueso de los mítines. Un ejemplo: la semana pasada, tras el debate a cuatro, Rafael Hernando, portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, calificaba a Pablo Iglesias (Unidos Podemos) de "Heidi con coleta". A Pedro Sánchez (PSOE) le llamaba "zombi" y a Albert Rivera (Ciudadanos), "veleta".

A continuación infoLibre repasa los argumentos más recurrentes de los conservadores en esta campaña y que se alejan de esa anunciada pretensión de campaña "en positivo".

El "extremismo" y el "corralito"

Los conservadores lo tienen claro: "El extremismo conduce al corralito". Así lo pusieron de manifiesto la semana pasada varios dirigentes territoriales conservadores haciendo caso a un argumentario interno en el que se alertaba de los "riesgos" de que los "radicales" se hagan con el poder.

El Partido Popular ha llegado a calificar al programa electoral de Unidos Podemos de "un disfraz a la sueca", "un corta y pega" del programa "con el que el radical Alexis Tsipras llegó al poder en Grecia". "El mismo con el que ha hundido a su país en la pobreza", añadían.

Sin moverse de este argumentario, Pablo Casado, vicesecretario de Comunicación del PP, señalaba este sábado en un acto en Pozuelo de Alarcón (Madrid) que "la opción del catálogo sueco, la del populismo venezolano o griego, el de la frustración de promesas incumplidas que han acabado en corralitos, pensiones recortadas y sueldos de los funcionarios recortados" se contraponía a otra, la "opción moderada, la fuerza tranquila de un partido que quiere seguir mejorando España".

A medida que han ido pasando los días, los conservadores, que han negado con insistencia cualquier responsabilidad en la polarización de la campaña, han sentenciado que el 26-J los españoles elegirán entre dos opciones: un Gobierno "moderado" del PP o un Gobierno "liderado por los extremistas". En definitiva, lo que ellos entienden como un Gobierno que ha demostrado que es capaz de sacar a España de la "quiebra" frente a otro que puede llevar, precisamente, a la "quiebra" y al "rescate". Un proyecto integrador, el del PP, frente "a un Gobierno aliado con los independentistas para romper todo lo que nos une", figura en un documento interno del partido difundido el día 13.

Tres días más tarde, en Génova insistían en el mismo mensaje pero poniendo todavía más énfasis en los "riesgos", en lo "peligroso" de que el 26-J acabe venciendo "el extremismo".

Así, se animaba a los dirigentes conservadores a vender la idea de que "todo el extremismo se presenta a las urnas en coalición". "Una coalición con extremistas que pretende derribar todo lo bueno que hemos construido: nuestro sistema constitucional, la unidad de España, el progreso económico y la creación de empleo, que es el sostén de nuestras pensiones y de nuestro estado de bienestar", advertían.

Fuentes del PP consultadas por infoLibre al respecto mantienen que no puede decirse que su campaña no esté siendo "en positivo". Y que sus críticas se limitan a "relatar una realidad". "Nuestra campaña está siendo limpia, propositiva y con la mano tendida a todos los partidos con los que compartimos los asuntos esenciales", relata un miembro de la dirección nacional del PP en conversación con este diario.

No obstante, no todos los miembros del PP defienden esta estrategia. Poco antes de comenzar la campaña, el expresidente del Gobierno José María Aznar criticaba los intentos de "polarizar", "amedrentar". Y Esperanza Aguirre, expresidenta del PP de Madrid, ya ha señalado en varias ocasiones que ella se equivocó en la campaña de las municipales al dedicar gran parte de sus esfuerzos a criticar a su rival, Manuela Carmena, en lugar de centrarse en su oferta a los ciudadanos.

El domingo por la noche se comprobará si esta estrategia ha logrado lo que los conservadores pretenden: superar la barrera del 30% de los votos, algo que ya

Rivera "divide" del voto moderado

En las semanas previas a la campaña, la cúpula del PP, con Mariano Rajoy a la cabeza, debatió sobre el trato que debían dar a Ciudadanos en campaña. ¿Por qué? Conscientes de que el 26-J no iban a obtener los votos suficientes para gobernar, algunos miembros de la dirección nacional de la formación consideraban, y lo siguen pensando a día de hoy, que había que medir sus ataques a la formación de Albert Rivera.  Estas voces, no obstante, están perdiendo peso a medida que el líder de la formación ha ido dando por cerrado su no apoyo a un PP que lleve a Rajoy como candidato a la Presidencia del Gobierno.

Así las cosas, el mensaje hasta el cierre de campaña va a ser el de que los votos a Rivera son indirectamente votos para Podemos. Así lo mantuvo este lunes el portavoz del PP en el Parlamento Europeo, Esteban González Pons. En un acto en Cáceres pidió a los votantes de Ciudadanos “que no malgasten su voto y se lo den al PP porque votar a Rivera en estas elecciones puede acabar haciendo presidente del Gobierno a Pablo Iglesias”.

En un sentido similar se mostró el dirigente del PP vasco y secretario de Justicia y Libertades Públicas de los conservadores, Iñaki Oyarzabal, en su perfil de Twitter. A su juicio, votar a Rivera, sólo beneficia al "populismo".

Precisamente, a los votantes que dudan entre PP y Ciudadanos iba dirigido parte del argumentario conservador de este lunes. "Hay gente que duda en votar directamente al Partido Popular, pero sí quiere que España tenga un Gobierno de moderación liderado por el Partido Popular. Tienen que pensar que un voto a otro partido puede perderse por el camino. Hay 28 provincias en que votar a Ciudadanos es conceder, sin darse cuenta, diputados y senadores al radicalismo. Un voto al intermediario, puede abrir la puerta, sin buscarlo, a los extremistas e independentistas", mantienen desde la formación que sostiene al Gobierno en funciones.

Contra Pedro Sánchez

El líder de los socialistas ha sido uno de los protagonistas de los mítines y de los mensajes internos del partido que aspira a revalidar el Gobierno. Nada más arrancar la campaña, Pedro Sánchez recordó que cualquier política de pactos posterior al 26-J iba a pasar de nuevo necesariamente por la militancia. Y los conservadores aprovecharon para atacar al jefe de los socialistas

Según uno de los argumentarios, titulados 'Hoy en campaña', que los estrategas de Mariano Rajoy han elaborado en las últimas semanas se interpreta que "Sánchez se parapeta preventivamente detrás de las bases socialistas". A juicio del PP, el líder del PSOE, recurriendo de nuevo a las bases antes de tomar cualquier decisión sobre alianzas postelectorales "vuelve a utilizar" a los militantes de su partido "a modo de escudo" frente a los "inocultables intentos de sus barones territoriales de destituirle si el 26-J se consuma el fracaso electoral socialista que vaticinan todas las encuestas".

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Los conservadores siguen confiando en que la presión de los líderes territoriales socialistas conduzca a que su líder dé su brazo a torcer.

También el PP fue clave a la hora de mover este domingo en redes sociales el vídeo en el que se acusaba de racista al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez.

En el vídeo, difundido en Twitter, entre otros, por la cuenta oficial de Nuevas Generaciones del PP de Madrid bajo el título Pedro Sánchez el limpio, puede verse al líder socialista dando la mano a unas personas de raza negra y cómo parece limpiarse la mano tras haberlas saludado "Ese momento después que define el postureo de Pedro Sánchez", se puede leer en la cuenta oficial del PP regional. El vídeo también fue compartido en las cuentas de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, y la portavoz del PP en la Asamblea, Isabel Díaz Ayuso.

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