Cuentas públicas

Madrid y Murcia, las dos únicas autonomías que no han presentado ni un borrador de los Presupuestos de 2021

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
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La última vez que el Ejecutivo de la Comunidad de Madrid presentó y aprobó unos presupuestos en la Asamblea fue el 21 de diciembre de 2018, con Ángel Garrido como líder del Gobierno regional tras la salida de Cristina Cifuentes de la Puerta del Sol. Aquellas cuentas, aprobadas gracias al acuerdo articulado entre PP y Ciudadanos, fueron concebidas para marcar el final de una legislatura y el comienzo de otra. Sin embargo, dos años después, son las que siguen definiendo el rumbo económico de la región. El Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso decidió prorrogarlas por primera vez hace un año, cuando el coronavirus se veía todavía como un problema lejano. Y ahora tendrá que volver a pulsar ese botón de cara al arranque del nuevo ejercicio. El Consejo de Gobierno todavía no ha dado ni siquiera luz verde a un borrador de presupuestos. Algo que, sin embargo, no es la tónica habitual en el resto de comunidades. Con Madrid, la única región que aún no ha puesto sobre la mesa unas cuentas para el próximo año es Murcia. Tampoco lo ha hecho Cataluña, pero en este caso porque la situación en funciones del Govern le impide dar ese paso. El resto de gobiernos, de todos los colores políticos, ya han llevado a sus Parlamentos regionales los respectivos proyectos de ley.

La primera vez que el Ejecutivo madrileño prorrogó las cuentas de Garrido fue en diciembre de 2019, pocos meses después de que Ayuso se instalase en la Real Casa de Correos, sede del gobierno regional. Por aquel entonces, se achacó esta decisión a la falta de estabilidad política a nivel nacional. Desde el Gobierno de Díaz Ayuso argumentaban que no era “responsable” sin un Ejecutivo central constituido y “sin previsión de los ingresos” que le corresponderían a la comunidad autónoma “en concepto de entregas a cuenta”, algo que “podría suponer tener que realizar modificaciones posteriores” en las cuentas. El plan, por aquel entonces, era mantener la prórroga hasta que recibieran desde Moncloa todos los datos necesarios para elaborar el nuevo borrador. Sin embargo, la posibilidad de tenerlos en primavera se fue alejando poco a poco. A mediados de febrero, el vicepresidente, Ignacio Aguado, deslizó la opción de seguir con las de Garrido y meterse a fondo en la elaboración de las de 2021. Pero un mes después estalló la crisis sanitaria, que se cebó con la Comunidad de Madrid, y las prioridades cambiaron por completo.

Pero con el año a punto de cerrarse, la Comunidad de Madrid todavía no ha dado luz verde a un borrador presupuestario. De nuevo, el Ejecutivo regional traslada la responsabilidad del retraso a Moncloa. “La información que necesitábamos todas las comunidades autónomas para hacer los presupuestos, en vez de tenerla en julio, como todos los años, la hemos tenido bien entrado el mes de octubre y alguna incluso a finales”, aseguraba hace un mes el consejero de Hacienda, Javier Fernández-Lasquetty. En aquella rueda de prensa telemática, el dirigente conservador se limitó a decir que la preparación de las cuentas estaba “muy avanzada”. Pero no dio plazos. Y el hermetismo en este sentido es absoluto. Cada vez que se pregunta por esta cuestión, la respuesta es que los socios siguen trabajando en ello. Según dijo el vicepresidente Aguado, están “en una etapa final” y esperaba que la aprobación definitiva de las cuentas en la Cámara autonómica pueda ser una realidad “antes de marzo”.

En 2017, con Cifuentes en la Puerta del Sol, el Consejo de Gobierno no dio luz verde al borrador de presupuestos hasta que no lo acordó previamente con Ciudadanos, su entonces socio de investidura. Ahora, parece que la estrategia a seguir es la misma. El Ejecutivo de Ayuso pretende negociar las cuentas con Vox, a quien consideran socio preferente, antes de dar luz verde al borrador y llevarlo a la Asamblea. El plan no pasa, necesariamente, por tener totalmente atado un acuerdo antes de ponerlo sobre la mesa del Consejo de Gobierno. Vale con dejar encarriladas mínimamente las negociaciones con la formación de extrema derecha antes de dar un paso al frente, de forma que el grueso de los presupuestos pueda comenzar el trámite legislativo con un respaldo sustancial –aunque luego se intenten retocar algunas cuestiones por la vía de las enmiendas en la Cámara regional–. Por el momento, desde Vox aseguran que no han recibido todavía ninguna propuesta. Y señalan que cuando reciban el documento lo estudiarán con detalle. “No se trata de sacar un presupuesto rápido, se trata de sacar un presupuesto que se ajuste a la realidad”, señalaba la portavoz, Rocío Monasterio, en una entrevista reciente en 20 Minutos.

El respaldo de la extrema derecha es clave para que los presupuestos salgan adelante. Por ello, la líder de Vox en la Comunidad de Madrid ya ha puesto sobre la mesa algunas exigencias. Por un lado, recortar consejerías, suprimir algunas subvenciones o eliminar comisionados u observatorios que considera innecesarios. Y, por otro, reducir impuestos. “Cuando en los próximos días, las próximas semanas o los próximos meses nos sentemos a negociar los presupuestos pediremos que se haga una reducción en el IRPF en el tramo autonómico a todos los madrileños”, recordaba hace unos días Monasterio, quien también ha exigido que el borrador de presupuestos sobre el que se negocie lleve la firma de Aguado. El vicepresidente, sin embargo, siempre se ha mostrado más partidario de buscar un gran acuerdo con todos los grupos, pero haciendo especial hincapié en el PSOE. En las filas socialistas, por el momento, no saben nada de las cuentas: “Con nosotros no se ha puesto nadie en contacto para negociar nada. Como siempre, nos remiten al proceso de enmiendas, modificaciones que siempre nos tumban”.

Murcia y Euskadi los quieren antes de que acabe el año

Desde el grupo que dirige Ángel Gabilondo resaltan la importancia de tener unos presupuestos fuertes en un escenario de pandemia como en el que nos encontramos. De hecho, han deslizado en más de una ocasión la posibilidad de que se elaboren tomando como base el dictamen de la Comisión de Reconstrucción Económica y Social, un documento al que dieron el visto bueno todos los grupos menos Vox, que decidió salirse del órgano parlamentario al considerar una “vergüenza” que no se tratasen “temas fundamentales”. En el PSOE recuerdan que las cuentas no se sacan de la noche a la mañana. Como mínimo, el proceso legislativo se puede demorar un par de meses –con un periodo navideño de por medio–. Las de Garrido, por ejemplo, se presentaron a finales de octubre y no recibieron el visto bueno final de la Asamblea regional hasta finales del mes de diciembre. 

La Comunidad de Madrid no es la única que no ha presentado todavía un borrador presupuestario. Tampoco lo ha hecho Murcia. Los dos socios que conforman el Ejecutivo autonómico –PP y Ciudadanos– están en fase de negociación. Sin embargo, ya se da por hecho que no se presentarán hasta el próximo año. Del mismo modo, también Cataluña arrancará 2021 con las cuentas prorrogadas. Pero, en este caso, porque para cuando recibieron los datos procedentes del Ejecutivo central, el Govern ya se encontraba en funciones, una situación de interinidad que le impide aprobar las cuentas. No obstante, a comienzos de noviembre, el Departament d'Economia de Pere Aragonès aseguró que se habían iniciado los trabajos entre los diferentes departamentos para que el Ejecutivo que salga de las urnas el próximo mes de febrero pueda tener ya parte del camino construido. Hace ya una década que la Generalitat no aprueba unos presupuestos a tiempo.

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Andalucía y Castilla y León ya tienen sus cuentas atadas

A pesar de que el Ejecutivo de Ayuso se escuda en el retraso a la hora de recibir la información económica por parte del Gobierno central, lo cierto es que la inmensa mayoría de regiones ya están tramitando en sus respectivos parlamentos las cuentas públicas para el próximo ejercicio. En Andalucía, el Gobierno de Juan Manuel Moreno Bonilla, que también necesita del respaldo de Vox, aprobó el proyecto de ley de presupuestos a comienzos de noviembre, pocos días después de que Pablo Casado escenificase el alejamiento del PP con la extrema derecha en la moción de censura. Y un par de días más tarde, lo entregó a la Cámara regional para el comienzo de la tramitación. Como ocurrió en 2019, la formación liderada por Santiago Abascal presentó una enmienda a la totalidad, un movimiento que ponía la aprobación del proyecto de ley en una situación delicada. Pero al final, la situación se recondujo. A mediados de noviembre, el Gobierno andaluz selló un acuerdo con Vox para el respaldo a las cuentas. Un documento de una treintena de puntos que incluyen medidas que cuestionan los informes de impacto de género y vinculan a los menores extranjeros con la delincuencia en los barrios.

Menos problemas tendrá el Ejecutivo de Castilla y León, que presentó su propuesta de cuentas a finales de noviembre y que las sacará adelante solo con los votos de los dos socios de gobierno –PP y Ciudadanos–. También estarán aprobadas a tiempo en otro de los grandes feudos conservadores: Galicia, donde Alberto Núñez Feijoó cuenta con mayoría absoluta. Pero de todos los Gobiernos autonómicos que ya han presentado sus cuentas, los que lo hicieron con la mayor premura fueron los de Castilla-La Mancha y Comunitat Valenciana, que las pusieron sobre la mesa antes de que finalizase el mes de octubre. En ambos territorios ya se ha superado el trámite de las enmiendas a la totalidad –se rechazaron las registradas por PP y Vox–, por lo que se encuentran actualmente en proceso de modificaciones parciales. En el resto de comunidades autónomas, las cuentas públicas se han ido presentando progresivamente a lo largo del mes de noviembre y, en el caso de Asturias y Euskadi, en el mes de diciembre. La primera, lo hizo la primera semana. La segunda, sin embargo, se demoró algo más. El borrador fue presentado el pasado miércoles, por lo que será de las últimas en tener aprobadas las cuentas.

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