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La situación en el PP

El PP carece de líderes territoriales con peso para hacer frente a Rajoy en el congreso del partido

El PP carece de líderes territoriales con peso para hacer frente a Rajoy en un escenario de sucesión

Los estatutos del Partido Popular establecen que cada tres años debe celebrarse un congreso para la elección de un presidente y la renovación de la dirección nacional del partido. Teniendo en cuenta que el último cónclave se celebró a comienzos de 2012, el PP debería haber convocado a este órgano hace ya casi un año. Pero dado que en 2015 se han celebrado elecciones generales Mariano Rajoy decidió que el congreso nacional se celebraría después de los comicios y, a partir de ahí, todos los regionales en los que estatutariamente fuese preciso.

Hace unas semanas, justo un día después de la cita ante las urnas, el expresidente José María Aznar hurgó todavía más en la herida de los malos resultados electorales plantándose en el Comité Ejecutivo Nacional y exigiendo que se convocase un congreso abierto. Rajoy, acostumbrado a los golpes del hombre que le escogió para presidir el PP, le respondió que éste se iba a celebrar en 2016 y que todas estas citas son abiertas. Pero no pasó de ahí. Nadie se abonó a las exigencias de Aznar. El 20-D ha supuesto los peores resultados para los conservadores desde 1989. Pero a día de hoy Rajoy no tiene ningún dirigente territorial que pueda salir a sacar pecho y disputarle, o por lo menos cuestionar, su liderazgo.

A esta circunstancia se suma el hecho de que los dirigentes del PP se han conjurado para que en los próximos meses, hasta que quede claro cómo va a ser el futuro Gobierno de España, no se ponga en duda a su líder. Rajoy respondió a Aznar que el congreso se celebrará en 2016 y nadie le tosió. Tampoco nadie le replicó cuando en rueda de prensa en la Moncloa señaló que, en el supuesto de celebrarse nuevas elecciones, él querría ser el candidato de su partido. Y este martes, en la primera entrevista del año concedida a la Cadena Cope, insistió en que piensa seguir al frente del PP: "Mi idea ha sido y sigue siendo el volver a presentarme a la presidencia del partido, se produzcan los acontecimientos que se produzcan".

"Sería irresponsable cuestionar ahora el liderazgo de Rajoy. Primero, porque es incuestionable. Y segundo, porque no hay nadie en el partido con los apoyos suficientes como para liderar un sector crítico", resume un miembro del Comité Ejecutivo Nacional del PP en conversación con infoLibre.

Sin posiblidad de sacar pecho tras el 20-D

Con los resultados electorales de las pasadas generales en la mano se pone de manifiesto que, efectivamente, no hay ningún dirigente territorial tan respaldado en las urnas como para hacerle sombra a Rajoy. A nivel estatal el Partido Popular perdió el 34,16% de los votos respecto a las generales de 2011. Pero esta es sólo la media. El resultado fue peor a la media en siete comunidades autónomas: Cataluña (-41,75%), Asturias (-41,09%), Comunidad Valenciana (-39,79%), Murcia (-37,79%), Canarias (-36,49%), Baleares (-35,33%) y Andalucía (-34,90%). 

En el extremo opuesto, en el de las comunidades que resistieron mejor que la media, salvo en Navarra, donde los conservadores bajaron un 19,46% de los votos respecto a 2011, en ningún caso la pérdida de sufragios fue inferior al 28%. 

El PP gallego, en manos de Alberto Núñez Feijóo, que periódicamente suena en círculos conservadores como posible recambio a Mariano Rajoy, cosechó el pasado 20-D un 30% de votos menos que hace cuatro años. Un resultado que no hace que este barón destaque por encima de sus compañeros. Además, en su caso, hay elecciones autonómicas este año y en el partido esperan que repita como candidato.

Algo menos perdió el PP de Madrid (-29,98%), presidido por Esperanza Aguirre y cuya dirigente más relevante ahora es Cristina Cifuentes, si se tiene en cuenta que Aguirre está en la oposición en el Ayuntamiento de Madrid mientras que Cifuentes logró, con el apoyo de Ciudadanos, el Gobierno de la Comunidad de Madrid.

Los amagos de la 'lideresa'

En 2008 fue precisamente Madrid uno de los focos de rebelión contra Mariano Rajoy. El ahora presidente del Gobierno en funciones acababa de perder las elecciones del 9 de marzo y la etapa previa al congreso del partido, que se celebró a finales de junio en Valencia, se le puso muy cuesta arriba. 

Esperanza Aguirre, ayudada por Francisco Granados e Ignacio González, sus hombres fuertes por aquellas fechas en el Gobierno regional de Madrid, amagó con plantear una candidatura alternativa a la de Mariano Rajoy. Al final no se atrevió a dar el paso, pero la etapa precongresual estuvo muy agitada. De aquellos días son las declaraciones en las que no descartaba que el PP pudiese llegar a tener una "lideresa".

Llegó Aguirre incluso a amadrinar una iniciativa para que los estatutos del PP acogiesen a partir del siguiente cónclave la elección del líder del partido mediante el sistema de primarias. "Un militante, un voto", era la consigna. La idea, nacida en el seno del PP del madrileño distrito de Salamanca, no triunfó en ese congreso, ni en el celebrado en 2012. Pero su promotor, Íñigo Henríquez de Luna, se sumó desde aquel momento al núcleo de personas de confianza de Esperanza Aguirre. Llegó a ser portavoz del PP en la Asamblea de Madrid. Ahora es portavoz del PP en al Ayuntamiento de la capital.

Aguirre, como ocurría con otros líderes territoriales del PP, gobernaba con mayoría y absoluta y el revuelo que se generó después de que Rajoy perdiera las generales se prestaba a tantear posibles apoyos de cara al congreso. Otra de las voces que surgió fue la del diputado castellonense Juan Costa. La Comunidad Valenciana en 2008 era uno de los territorios talismán. Al final, se retiró de la carrera por la presidencia del PP al ver que le iba a ser imposible conseguir los apoyos necesarios para plantar cara a Rajoy.

Blindado hasta que se despeje el panorama

Antes del próximo congreso al que Rajoy dice que se presentará, el presidente del Gobierno tiene una prueba de fuego: las negociaciones encaminadas a ser investido presidente del Gobierno. Todas las fuentes consultadas comparten la necesidad de que el partido no se enrede en batallas internas en estas semanas. "No nos podemos permitir dar el espectáculo que está dando el Partido Socialista de Pedro Sánchez, sobre todo porque hemos ganado. Hemos ganado", insiste un diputado elegido el pasado 20-D.

Pero aunque Rajoy dice que, en el supuesto de repetirse elecciones él quiere ser candidato, este escenario conllevaría un proceso de reflexión interna en el seno del PP que podría acabar con otro cabeza de lista. Así lo interpretan las fuentes consultadas por este periódico.

La "opción Santamaría"

En un contexto en el que no hay liderazgos territoriales claramente enfocados a dar el salto a la política nacional, el candidato podría salir del entorno del Rajoy. En los últimos meses se ha especulado con la posibilidad de que esa persona podría ser la vicepresidenta del Gobierno en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría. Hace unas semanas el jefe de los conservadores ya apostó por ella para representar a su partido en el debate electoral a cuatro, al que no quiso asistir con el argumento de que se estaba reservando para un cara a cara con el líder del principal partido de la oposición.

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"Si Rajoy quisiese organizar una sucesión ordenada, a lo mejor podría pensar en ella", valora un dirigente regional. El problema de Santamaría, no obstante, es similar al de los barones territoriales: le falta apoyo en las bases del partido.

Lo ajustado del resultado electoral ha hecho que el nombre de Santamaría esté ahora en boca de muchos de sus compañeros de partido. Hace meses, cuando en el PP no veían tan complicado el futuro inmediato de Rajoy, sectores conservadores radicados sobre todo en Madrid apostaban por Santamaría como futura líder del PP de Madrid en sustitución de Aguirre. Era, decían, el "mal menor" para una formación muy complicada para la dirección nacional. Y un perfil de consenso que iba a provocar poco rechazo tanto entre los aguirristas como entre los partidarios de Cifuentes.

Ahora todo depende de cómo se digieran los resultados del 20-D.

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