El PSOE celebra los primeros pasos de la vicepresidenta Díaz: "A partir de ahora, los trapos sucios se lavan en casa"

El pasado 31 de marzo, Yolanda Díaz tomó posesión como vicepresidenta tercera del Gobierno, un paso obligado tras la marcha de Pablo Iglesias, que ejercía de vicepresidente segundo, a la política madrileña para ser candidato a las autonómicas del 4 de mayo. Pese a la prudencia a la que obliga el hecho de que la también titular de Trabajo lleve poco tiempo en sus nuevas funciones, el balance que hacen en la otra pata del Gobierno de coalición es "muy positivo". Las fuentes socialistas consultadas por este diario coinciden en que su aterrizaje en la vicepresidencia, como peso pesado de Unidas Podemos, "le sienta bien" al Gobierno en un momento en el que las relaciones entre socios venían muy tocadas.

"A partir de ahora, los trapos sucios se lavan en casa". Es la expresión en la que coinciden diferentes dirigentes socialistas consultados cuando se les demanda hacer un balance exprés de estos días. "Es innegable que vamos a seguir teniendo diferencias, porque las hay en todos los gobiernos, sean o no de coalición, pero Díaz parece dispuesta a marcar otro estilo en la forma de relacionarse de la coalición, en la forma de marcar y exteriorizar las diferencias", mantiene una de las fuentes consultadas. "Ese estilo, en todo caso, no impide que vaya a ser una negociadora durísima, como ha demostrado en asuntos relacionados con la cartera de Trabajo, pero ayuda a recomponer puentes", añade.

En los primeros días de Díaz como vicepresidenta han quedado patentes los esfuerzos de ambas partes del Gobierno a la hora de rebajar la tensión y darle un nuevo impulso a la coalición. Para la bancada del Grupo Parlamentario socialista no pasó inadvertido que Pedro Sánchez se acercara al escaño de Díaz en el Senado después de su intervención en el Pleno de control de esta semana. También fue muy aplaudido su estreno como vicepresidenta en la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados, donde respondió a las preguntas del secretario general del PP, Teodoro García Egea. En su intervención, replicó a los conservadores que la gestión que hicieron de la última crisis económica hizo que 3,3 millones de personas fueran al paro.

"Por lo que llevamos recorrido a día de hoy, todo apunta a que habrá menos tensiones visibles, menos debate fuera del Consejo de Ministros. Hay una hoja de ruta, que es el acuerdo de coalición, y se va a cumplir y eso es más que suficiente para que la coalición se mantenga engrasada", señalan desde el Ejecutivo.

En una reciente entrevista concedida a infoLibre y eldiario.es, Díaz definió cuál iba a ser su seña de identidad en su nueva función: "Voy a tender puentes, la política del ruido y los muros no conduce a nada".

Buena acogida

En el equipo de la nueva vicepresidenta reconocen tener la sensación de haber sido "muy bien acogidas" desde su toma de posesión por el conjunto del Gobierno y, en especial, por el presidente. La comunicación entre ambos es constante. Han podido hablar cara a cara antes de los consejos de ministros de los martes y cada día intercambian varias llamadas y decenas de mensajes. La idea es poder mantener una reunión de trabajo en privado en cuanto lo permitan las agendas e institucionalizar esa comunicación como espacio solucionador de conflictos. No está sobre la mesa, sin embargo, recuperar los llamados maitines,maitines las reuniones de los lunes suspendidas hace ya algunos meses y en las que los equipos de trabajo de los socios de Gobierno despachaban para coordinar estrategias. Explican desde ambas partes que ahora la coordinación se establecerá directamente a través de esos encuentros de Sánchez y Díaz, y también a través de la vía de interlocución que abran a partir de ahora Josep Vendrell, recién nombrado jefe de gabinete de la política gallega, con su homólogo Iván Redondo.

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La sensación que reina en el seno del Gobierno es que el nuevo liderazgo de Yolanda Díaz ha provocado que bajen los decibelios en la coalición, principalmente de puertas para afuera. En el equipo de la vicepresidenta remarcan, sin embargo, que las negociaciones entre los socios en asuntos como la reforma laboral o la ley de vivienda siguen siendo igual de intensas o más que antes y que "cuando se tiene que discutir se discute, y mucho". Pero es evidente que en las últimas semanas han bajado ostensiblemente el número y el nivel de los incendios políticos entre socios que llegaron a ser habituales en los últimos meses de liderazgo de Iglesias. Varios miembros del Gobierno coinciden en atribuirle a la vicepresidenta tercera la capacidad de haber conseguido en estas semanas que los suyos también cambien el paso y empiecen a adoptar como propia esta nueva forma de trabajar. Aunque algunas fuentes ponen en duda que vaya a ser capaz de conseguirlo durante mucho tiempo.

Cuidar la mayoría parlamentaria: ahora, con ERC

Como vicepresidenta, Yolanda Díaz también despliega ya una agenda propia de contactos que arrancaron con el PNV y que seguirán esta semana con ERC. Desde ambas formaciones nacionalistas reconocen tener una muy buena relación con la nueva líder de Unidas Podemos dentro del Gobierno, y también coinciden en que esta nueva etapa puede asentar a la mayoría parlamentaria que sustenta la legislatura en el Congreso.