De nuevo una protesta, de nuevo la aparición de encapuchados y de nuevo, un final cargado de violencia. No tenían autorización para seguir, y ante la aparición de barricadas decenas de patrullas se despliegan por la zona. Masiva intervención que provoca la repulsa de algunos vecinos y el inicio de una persecución por el barrio. Frente a las cargas, se utiliza todo lo que se puede para cortar el paso de los agentes que en algunos momentos quedan acorralados. Sobre ellos comienza a caer otra lluvia de piedras y todo tipo de objetos. Cuando consiguen abrirse paso se reanudan los movimientos que son controlados desde el aire. En tierra se suceden las detenciones, criticadas por algunos y defendidas por otros. Al menos 28 personas han sido detenidas en una noche en la que Sants ha vuelto a arder.

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