Justicia

Los testigos que pueden poner contra las cuerdas a Fernández Díaz en 'Kitchen'

El exministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, en el Congreso.

Un sacerdote, un director de comunicación, un jefe de gabinete y una asistente son las cuatro personas clave que podrían poner contra las cuerdas al exministro del Interior Jorge Fernández Díaz en la investigación que se sigue contra él en la Audiencia Nacional por su supuesta implicación en la conocida como operación Kitchen, el operativo policial que se puso en marcha en 2013 para sustraer información sensible del PP al que fuera su tesorero, Luis Bárcenas, cuando fue despedido del partido.

Los cuatro son antiguos y estrechos colaboradores del equipo que capitaneó Fernández Díaz en el Ministerio del Interior entre 2012 y 2016 y han sido llamados por el juez Manuel García Castellón como testigos en esta pieza 7 del caso Villarejo que salpica directamente a cargos de máxima confianza del expresidente Mariano Rajoy.

El titular del Juzgado Central de Instrucción número 6 ha preparado una calculada ronda de declaraciones a finales de octubre que culminará con la comparecencia del exministro en sede judicial dos años después de que se empezara a investigar esta supuesta trama que implica a confidentes, comisarios e inspectores de Policía --entre ellos José Manuel Villarejo-- y, ahora, a políticos que en aquel momento además ostentaban cargo público.

Fernández Díaz acaba de ser imputado por la operación Kitchen y tanto él como el que fuera su número dos, Francisco Martínez, están citados en la Audiencia Nacional el 30 y 29 de octubre, respectivamente. Debido a su condición de investigados, deberán acudir representados por abogado y podrán acogerse a su derecho a no declarar, a contestar sólo a determinadas preguntas o a no responder a alguna de las partes personadas. Como imputados, pueden, incluso, no decir toda la verdad si eso beneficia a su estrategia de defensa.

De ahí la importancia de los cuatro testigos que han sido convocados días antes que ellos y de la versión que aporten sobre el conocimiento que puedan tener acerca del operativo que llevó a cabo la que se conoce como policía patriótica. A diferencia de los investigados, los testigos están obligados a decir verdad y a responder a todas las preguntas que les sean formuladas de cualquiera de las partes personadas. Su relato servirá a juez y fiscales para preparar los interrogatorios a Fernández Díaz y a Martínez.

Conversación sobre Villarejo

El primero de los testigos en comparecer, el próximo 22 de octubre, es Juan José Esteban, exdirector de Comunicación de Interior. Según el auto de imputación del exministro, el 13 de marzo de 2020, justo cuando iba a entrar en vigor el estado de alarma por la pandemia de coronavirus, los investigadores del caso Villarejo registraron el domicilio de Francisco Martínez, de donde se llevaron documentación y una memoria externa con el volcado del teléfono móvil del exsecretario de Estado.

En ese volcado se constatan varias conversaciones vía mensaje con Esteban, en una de las cuales mencionan directamente a Villarejo. “No hace falta que te recuerde quién metió a Villarejo en escena, ¿no?”, preguntaba Martínez, a lo que Esteban contestó “está claro”. A continuación, el exsecretario de Estado incidía: “Y si quieres un día te cuento quién daba instrucciones sobre ‘cuidar’ a Villa… y en qué términos…”.

“Este pequeño extracto, entre otras conversaciones, evidencian la relación cercana existente entre el señor Martínez y el señor Esteban”, explica García Castellón en el auto, por lo que entiende que es “necesario recabar del testigo que ilustre cuanto pueda aportar acerca de los hechos objeto de la investigación”.

El segundo testigo es Silverio Nieto, un sacerdote que habría actuado como correa de transmisión entre Martínez y uno de los comisarios presuntamente implicados en el espionaje a Bárcenas, Enrique García Castaño, alias El Gordo. Fue éste quien en sede judicial el pasado mes de marzo exhibió a juez y fiscales mensajes de Whatsapp que se había intercambiado con Nieto recientemente, aunque no consta la fecha exacta. Nieto, además, estaba con el comisario ya jubilado cuando éste fue detenido en el marco del caso Villarejo en julio de 2018.

Según expone el magistrado en su auto, “estos mensajes al parecer fueron reenviados por Silverio Nieto a Enrique García Castaño tras haber sido recibidos previamente de Francisco Martínez. “Según me dice mi abogado, además de cuestiones formales la defensa mañana exige entregar en el juzgado las actas notariales en las que constan los mensajes recibidos a lo largo de 2013, 2014 con instrucciones muy claras y explícitas sobre los supuestos operativos policiales de los que trata todo esto (cuya legalidad siempre me pareció clarísima) y que necesariamente conlleva la situación de Jorge y probablemente Rajoy. Desde luego, nada más lejos de mi deseo”, decía el mensaje.

Enviado a "JF"

En otro mensaje, se indicaba que también había sido enviado a “JF”, lo que según García Castaño significaría que el mismo remitente lo habría podido enviar a Jorge Fernández Díaz. Fue a partir de esta revelación cuando el juzgado requirió los mensajes que Martínez se había intercambiado con el exministro en 2013 y que había depositado ante notario.

Si parece que el sacerdote Nieto actuó de enlace entre mandos políticos y policiales, el magistrado instructor quiere que comparezca como testigo “a fin de esclarecer qué sabe de los hechos objeto de la presente pieza separada, atendida la cercanía con Francisco Martínez, y el contenido de los mensajes que le reenvió al señor García Castaño, tal y como éste mostró en su declaración”.

Esteban y Nieto están citados el mismo día, el 22 de octubre, a lo largo de la mañana. Cuatro días después, el instructor ha llamado al tercer testigo, Jorge Sanchís, quien fuera director de gabinete del secretario de Estado Martínez. Se le considera una “persona muy cercana” a él que puede aportar “información relevante sobre la intervención del ex número dos de Interior en la operación Kitchen.

"Piscina de tiburones"

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Otros mensajes intervenidos del volcado del teléfono móvil del ex secretario de Estado han llevado a la citación de la última testigo, la que fuera su asistente Icíar Castro, a quien confesó a principios de 2019, unos meses después de que estallara el escándalo del supuesto espionaje a Bárcenas, que no valoró “bien los riesgos” y que el Ministerio del Interior era una “piscina de tiburones”.

Estos comentarios demostrarían que Martínez ya preveía su imputación mucho antes de que ésta se materializara a principios de 2020. Castro le contestó que, en su opinión, a él le habían “engañado” y que no es “un delincuente ni un corrupto”. “Eso lo sabemos tú y yo y algunos más… es evidente que no valoré bien los riesgos”, afirmó el ex secretario de Estado, a lo que su exasistente respondió: “No los valoraste porque no eres como ellos y no tenías ninguna experiencia en esto”.

“Pues eso… un pringado. Tú sabes que yo lo que quise es ser leal y eficaz… tal vez demasiado leal”, replicó Martínez, quien se quejaba entonces también de que Fernández Díaz dijera que no sabía nada de la operación Kitchen.

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