EL 'CASO VILLAREJO'

Goirigolzarri asesta la peor estocada a Francisco González por su contrato con Villarejo para espiar a Sacyr

Francisco González, expresidente del BBVA.

Tres días después de que José Ignacio Goirigolzarri, presidente de CaixaBank y exconsejero delegado del BBVA, declarase el lunes que la contratación del comisario Villarejo por su antiguo banco se hizo a sus espaldas y que solo el número 1 de la entidad podía dar ese paso, todo apunta a que la Audiencia Nacional acaba de ser escenario del peor estocazo recibido por el financiero Francisco González, más conocido como FG. En 2004, con González en su cúpula, el BBVA encargó a la empresa de cabecera de Villarejo, Cenyt SL, la investigación de terceros. En el foco se situaba la empresa Sacyr, cuyo desembarco accionarial en la entidad financiera constituía el objetivo a batir.

Una operación cuyo nombre se supo luego —Trampa— acabó saliendo a la luz en 2018 a raíz de las investigaciones judiciales. Y se supo que entre 2004 y 2005 esa operación había implicado seguimientos, pinchazos telefónicos, múltiples medidas de presión, intoxicación a medios informativos e incluso –como desvela el sumario– reuniones con miembros de los servicios de inteligencia para bloquear la entrada de Sacyr en el BBVA.

La interceptación telefónica masiva afectó incluso a un exministro socialista: Miguel Sebastián. También a Luis del Rivero, que presidía Sacyr. Y a Carlos Arenillas, entonces vicepresidente de la CNMV. En 2019, Del Rivero describió la gravedad de lo sucedido afirmando lo siguiente en una entrevista: “De haber seguido con la compra del BBVA no habría conocido a mis nietos”.

 Con un coste global para la entidad financiera de 10,28 millones, el primero de los contratos del BBVA con Villarejo se remonta a diciembre de 2004, mientras que el último no se dio por resuelto hasta 11 días después de que el policía fuese detenido el 3 de noviembre de 2017.

Ahora, y como remarcan fuentes del caso que presenciaron su declaración, las palabras de Goirigolzarri como testigo del caso colocan la carga de la responsabilidad no sobre el banco como institución sino sobre el que durante 18 años (de 2000 a 2018) fue su presidente. “Pero sostiene una de las fuentes también daña a la persona jurídica porque no funcionaron los controles a su presidente, y eso en Europa pesa mucho”.

Goirigolzarri fue tan preciso en sus declaraciones que aseguró que no se enteró del contrato con Cenyt hasta que en mayo de 2005 lo conoció durante una reunión con quien en aquel momento era el director de recursos humanos, Ángel Cano. Y como —prosiguió— nadie le había dicho nada al respecto, el hoy presidente de Caixabank saltó como un resorte contra lo que consideraba “una deslealtad”: Goirigolzarri era el número 2 del banco y, sin embargo, su subordinado Cano no le había dicho ni media palabra sobre Villarejo.

Cuando declararon ante el juez, tanto Cano como el ex responsable de Seguridad Julio Corrochano, también investigados en esta pieza del caso Villarejoya habían señalado a Francisco González como quien decidió en última instancia la contratación de Villarejo.

En resumen: Cano sostuvo que Corrochano le trasladó que había que contratar a Cenyt y que tal instrucción venía de González. Y Corrochano mantuvo que fue el entonces presidente del BBVA quien le instó a fichar a una empresa de investigación para colocar bajo la lupa a quienes, por lo que sospechaba, querían descabalgarlo.  

Ni siquiera un caso único

Villarejo había sido detenido y encarcelado en 2017. Comenzó a saberse que había trabajado también para otras empresas del Ibex como La Caixa, entonces dominada por Isidre Fainé, o Repsol, controlada por Antonio Brufau.

Ambos también han permanecido como investigados en la causa, al igual que sus empresas. Pero nada más arrancar junio, y después de que la Sala Penal de la Audiencia los hubiese imputado de nuevo tras un primer archivo, el juez instructor, Manuel García Castellón, decidió de nuevo desimputarlos. Adoptó esa decisión tras llevar a cabo nuevas diligencias sobre cómo ambas empresas contrataron a Cenyt para una supuesta operación de espionaje en 2011. ¿Y quién era el espiado? Pues Luis del Rivero, entonces todavía máximo responsable de Sacyr y que buscaba controlar Repsol tras un acuerdo con Pemex, la petrolífera mexicana. El acuerdo no llegó a fraguarse.

Carta de Francisco González [PDF]

Lo que concluyó García-Castellón fue que ni de Fainé ni de Brufau partió la “iniciativa de contratar a Cenyt”. Y que ninguno de ellos conoció los “pormenores” del trabajo encargado al policía.

De momento, el otro jefe supremo de una empresa del Ibex que continúa involucrado es Ignacio Galán, presidente de Iberdrola. Pero en el campo financiero, lo sucedido con Goirigolzarri aísla a Francisco González y empeora así su situación.

¿Efecto mariposa?

El papel de FG en la contratación de Villarejo puede acabar teniendo algo parecido al efecto mariposa. Porque todo indica que fue la investigación de Cenyt la que, convertida en una denuncia anónima, llegó a los tribunales contra el fundador de Ausbanc, Luis Pineda, tras una comida que Francisco González celebró con la “cúpula de la Policía” en enero de 2015: así lo indica un documento interno intervenido y del que informó infoLibre en su día. Pineda acabó juzgado y condenado a ocho años por extorsión y estafa. Pero ha presentado recurso ante el Tribunal Supremo. Y nadie descarta que nuevos audios de conversaciones entre el policía y cargos de distinto nivel y adscripción siembren dudas que terminen favoreciendo a Pineda. 

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