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Cambios gobierno

Ventajas y riesgos de una crisis de gobierno a las puertas de un año electoral

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en su décima visita a la isla de La Palma tras la erupción del volcán, junto a la ministra de Sanidad, Carolina Darias.

Pedro Sánchez no es, precisamente, un líder predecible. En los últimos años el presidente del Gobierno se ha caracterizado por tomar decisiones que nadie esperaba, incluyendo a sus más afines. Sucedió con la crisis de gobierno del pasado año, cuando apartó de sus responsabilidades a la vicepresidenta Carmen Calvo, al ministro José Luis Ábalos o a su jefe de gabinete, Iván Redondo, entre otros. Lo hizo para dar paso a otros perfiles, menos ideologizados, más jóvenes y desconocidos, con el objetivo de impulsar la acción de Gobierno.

Sánchez ha negado este mismo martes que vaya a realizar más cambios dentro del Ejecutivo de coalición. "Este Gobierno es estable y va a durar hasta el final de la legislatura, estoy tremendamente orgulloso del trabajo de todos los ministros", ha afirmado ante los periodistas desde Canarias. El líder socialista ha insistido en que no ha pensado en una remodelación, tachando de "intoxicaciones" las informaciones publicadas por diferentes medios en los últimos días.

Sin embargo, eso es lo que deslizan, en privado, algunas fuentes gubernamentales a infoLibre, que no descartan cambios a la vuelta del verano. Hace escasas semanas, Sánchez ya lo hizo dentro del partido al situar en puestos de poder a algunos de los pesos pesados de su Gobierno, como la ministra María Jesús Montero, actual número dos del PSOE. Así, el presidente del Gobierno buscaba estrechar el vínculo entre Moncloa y Ferraz. Como parte de esta estrategia, Sánchez eligió al exlehendakari Patxi López como portavoz en el Congreso y a la ministra Pilar Alegría como la cara visible del partido.

López sustituyó al canario Héctor Gómez, mientras que Alegría hizo lo propio con Felipe Sicilia, muy cercano a Adriana Lastra. La exnúmero dos de Ferraz también abandonó su cargo alegando un embarazo de riesgo, aunque su complicada situación a nivel interno fue, a todas luces, el desencadenante de su marcha. Tanto a Gómez como a Sicilia se les achacaba la escasa proyección pública durante este tiempo. Una situación que desde el actual equipo de comunicación —también renovado— están decididos a revertir y por ese motivo estas nuevas (y viejas) caras han multiplicado sus apariciones en prensa. 

A las puertas de las elecciones autonómicas y municipales que se celebrarán en mayo de 2023, de vital importancia para la izquierda, Sánchez podría situar a ministros como candidatos, como ya hizo con Salvador Illa en Cataluña, donde ganó las elecciones. Pero una nueva crisis de gobierno también podría generar la imagen de que hay ministros de quita y pon y, por tanto, generar una cierta imagen de inestabilidad. Tres expertos consultados por infoLibre valoran los pros y los contras de abordar cambios en el Ejecutivo en la actual coyuntura.

Ventaja 1: impulso ideológico y legislativo

Para Verónica Fumanal, presidenta de la Asociación de Comunicación Política (Acop), la remodelación del Ejecutivo puede dar "un nuevo impulso narrativo" a Sánchez. "Es un nuevo inicio, como que de alguna manera el contador se pone a 0", valora Fumanal, que cree que el Gobierno podría decantarse por perfiles más ideológicos o figuras más vinculadas al partido. "Cuando hay una crisis de gobierno, los medios analizan los perfiles, qué han hecho, qué aportan y siempre pueden generar distintos tipos de mensaje. No es lo mismo un perfil técnico como Pedro Duque o un socialista más clásico como podría ser Miguel Sebastián, que cuentan con una dilatada trayectoria", explica la analista.

Tal y como lo ve Mario Ríos, analista político y profesor asociado en la Universitat de Girona, estos cambios podrían ir aparejados de un "impulso a las políticas legislativas": "Será decisivo ver qué clase de perfiles ganan peso y cuáles lo pierden", reflexiona. "Sánchez se prepara para una agenda legislativa llena de reformas en este último año y necesita de perfiles políticos potentes de cara la próxima campaña electoral", sintetiza.

Ventaja 2 (y posible inconveniente): candidatos conocidos para 2023

A juicio de Gabriela Ortega,  directora del Centro Internacional de Gobierno y Marketing Político de la Universidad Camilo José Cela, Sánchez podría aprovechar la proyección que tienen algunos ministros para situarlos como candidatos en 2023. "Los electores valoran bien a los gestores, lo vimos en el caso de Salvador Illa, y la exposición que está teniendo Pilar Alegría podría ser intencionada para situarla en la carrera electoral", opina. Sin embargo, Ortega advierte de que no todos los perfiles son válidos. "En el caso de Madrid, por ejemplo, se ha especulado con Margarita Robles pero hay que saber muy bien a quién se elige o, de lo contrario, 'quemas' a esa persona para no conseguir nada", opina.

También lo ve así Ríos, que asegura que todos los partidos buscan "perfiles mediáticos potentes" y cita el ejemplo de Gabriel Rufián (ERC), como posible candidato a la alcaldía de Santa Coloma de Gramanet. "Hay ciudades en las que el PSOE necesita un revulsivo que, actualmente, no tiene", opina el politólogo. "Entiendo que se critique que ministro deje su puesto para competir en unas municipales, por otro lado la imagen que da es que ha pasado de la política nacional a la local porque ese territorio es importante", analiza.

No lo ve así Fumanal, que asegura que los candidatos municipales tienen que tener "un proyecto municipal" muy claro o de lo contrario carecen de "credibilidad": "Tienen que haber trabajado en los barrios, conocer a las asociaciones, las fiestas populares, eso cuenta muchísimo", expone. "Tenemos ciertos experimentos recientes de candidatos municipales que no han funcionado precisamente por eso, como por ejemplo Pepu Hernández. Almeida, sin ser muy conocido, era concejal en la oposición. Pablo Casado, en lugar de hacer experimentos como hizo con Cayetana Álvarez de Toledo, se decantó por un perfil más clásico con pedigrí municipal".

Ventaja 3: un proyecto que sigue vivo

La presidenta de Acop cree que la estrategia de Sánchez es visibilizar que su proyecto "sigue vivo" y no está "agotado", a diferencia de lo que hacía su antecesor en el cargo, Mariano Rajoy, con posiciones más inmovilistas. "De Sánchez todo el mundo espera a ver si saca de nuevo ese Manual de Resistencia que le ha llevado hasta donde está ahora", opina. Fumanal cree que si Sánchez diera el gobierno por perdido, no impulsaría estos cambios.

También lo ve así Gabriela Ortega, que aplaude la estrategia de Sánchez de no revelar nada hasta el último momento. "En comunicación política se conoce como el deber ser, negar el cambio hasta que sucede y, en ese momento, implementar una narrativa para dejar sin relato a la oposición", valora. "Este gobierno, a diferencia de lo que muchos otros creen, maneja muy bien la comunicación", prosigue. "Y Sánchez se ha construido esa imagen de líder que hace frente a todas las catástrofes (pandemia, volcán, crisis energética)".

Inconveniente 1: crisis con Unidas Podemos

Si se produce una reducción de carteras, tal y como apuntan algunas informaciones publicadas estos días, se podría desencadenar una crisis con el socio de gobierno, Unidas Podemos. En el acuerdo rubricado en 2019 se pactó que los cambios en el ala morada correspondían a esa formación. "Sánchez no se va a meter ahí porque, además es consciente de que Unidas Podemos no lo forma un único partido con una sensibilidad. Esos cambios tensionarían mucho al espacio", opina Ríos. Sin embargo, cree que la medida de "adelgazar" la estructura de Moncloa, como le pide el PP, tiene "cierta lógica" en un momento de "desafección política": "Lo popular y lo populista es reducirlo".

También lo ve así Ortega, que cree que de esa manera el Ejecutivo tendría una "baza" contra el PP, pero al mismo tiempo eso le podría repercutir en la relación con su socio. "Si, por ejemplo, fuerza que el ministerio de Igualdad, dirigido por Irene Montero, asuma otras competencias, eso generaría bastante inestabilidad", apunta.

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Por su parte, Fumanal descarta que esa reducción de ministerios se vaya a producir porque, precisamente, esto dejaría al PSOE más debilitado respecto a Unidas Podemos. "¿Se van a quedar con menos carteras? ¿Para qué? ¿A quién le dice Sánchez que reduzca carteras? ¿A Díaz, a Belarra? Yo, sinceramente, lo descarto por completo", afirma.

Inconveniente 2: los cambios anteriores no funcionaron

Ríos cree que si se produce la remodelación se comprobará que los cambios que realizó Sánchez el pasado año no han funcionado. "Trató de impulsar al babyPSOE, a perfiles jóvenes, mayoritariamente mujeres, pero no parece que eso se haya trasladado en ningún beneficio. No ha impulsado nuevos liderazgos. Es más, según lo que indican las encuestas, esas ministras no tienen un alto grado de conocimiento entre la población y sus valoraciones no son gran cosa", expone.

Fumanal coincide: "Cuando haces un cambio a un gobierno que ya cambiaste hace un año te estás enmendando a ti mismo, de alguna manera estás diciendo que los cambios que se llevaron a cabo hace un año no acaban de funcionar", valora. La analista también cree que eso generaría una imagen de "falta de estabilidad" que no beneficiaría al Ejecutivo.

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