Día Mundial de la Lucha contra el Sida

Un virus 'olvidado' que ya ha matado a 35 millones de personas

Campaña en redes sociales de la FELGTB para este 1 de diciembre.

"El VIH, que continúa siendo uno de los mayores problemas para la salud pública mundial, se ha cobrado ya más de 35 millones de vidas". Así de tajante se muestra la Organización Mundial de la Salud (OMS), que calcula que, solo en el año 2016, un millón de personas fallecieron como consecuencia de esta enfermedad del sistema inmunológico, conocida como sida.

Las perspectivas de futuro, sin embargo, tampoco invitan al optimismo, y es que el número de infecciones, aunque lentamente, no deja de aumentar. A finales de 2016 había aproximadamente 36,7 millones de personas afectadas por esta enfermedad en todo mundo, cifra que aumentó en 1,8 millones en esos 12 meses, según ONUSIDA, el programa de Naciones Unidas sobre el VIH. Según las estadísticas regionales, los países de África Oriental y Meridional son los más afectados. El pasado año, 19,4 millones de personas vivían su día a día junto a esta enfermedad, especialmente dura con mujeres y niñas, que representan más de la mitad de los casos, concretamente, el 59%. 

En Europa, a pesar de que las cifras son mucho más optimistas, tampoco hay ningún motivo de celebración, pues continúa creciendo el número de pruebas que dan positivo. Según el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés) y la OMS, 160.453 personas fueron diagnosticadas con VIH en 2016, lo que supone una tasa de 18,2 afectados por cada 100.000 habitantes, el número anual más alto y una tasa que nunca antes se había dado en la región. Además, destacan, se están viendo especialmente afectados los países del Este, que acumulan casi el 80% de estos nuevos casos.

¿Cuál es la explicación de este espectacular aumento? Según explica a infoLibre Vanessa López, directora de la ONG Salud por Derecho, todos los esfuerzos de financiación destinados a luchar contra la enfermedad se han centrado en los países con rentas más bajas y no tanto en aquellos con población de renta media, como son algunos Estados del Este. "Los grandes donantes como Estados Unidos o Reino Unido creen que los propios gobiernos de esos países son capaces de asumir ese coste, pero muchas veces no lo hacen", critica. 

En España, según el último informe del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad publicado este mes de noviembre, se registraron un total de 3.353 nuevos casos en el año 2016, aunque aun no están contabilizados todos con exactitud. "Aunque la mejora respecto a décadas pasadas es indudable, la tasa es superior a la media de la Unión Europea y de los países de Europa Occidental", indica el informe.  

Con este panorama, varias organizaciones han lanzado campañas con motivo de la conmemoración del Día Mundial de la Lucha Contra el Sida con el objetivo de concienciar para paliar los efectos de la enfermedad. Es el caso de ONUSIDA, con la iniciativa, #myrighttohealth (#misaludmiderecho). Según explica la propia asociación, la iniciativa tiene como objetivos principales "proporcionar información sobre el derecho a la salud y su importancia en la vida de las personas" y "aumentar la visibilidad en torno a la necesidad de lograr una realización plena del derecho a la salud para todos y en todos los lugares". 

"Nadie puede desaparecer de la lucha contra el sida. Si los gobiernos desaparecen, si los donantes desaparecen, si la sociedad civil desaparece, no podremos acabar con el sida". Ese es el lema de la campaña de la ONG Salud por Derecho, que pone el foco en las instituciones como único mecanismo capaz de revertir la situación de nuevas infecciones. Del mismo modo, la asociación Apoyo Positivo pretende, a través de la iniciativa Intransmisible, incidir sobre la importancia del diagnóstico precoz y de las pruebas como medida preventiva clave a la hora de frenar la enfermedad. 

Por su parte, la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB) insiste en la necesidad de que "se acuerde de forma urgente un pacto de Estado frente al VIH, reclamado desde hace años por las organizaciones que más activamente trabajan en este ámbito". El pacto de Estado, señala, contribuiría a "eliminar las barreras de acceso al diagnóstico precoz y a los tratamientos, fomentaría la formación de personal sanitario y colectivos vulnerables e impulsaría la investigación científica, epidemiológica y psicosocial de esta infección".

Mediante la etiqueta #NoolVIHdamos, la  FELGTB pondrá en marcha durante todo este 1 de diciembre una campaña en redes sociales centrada en las personas, centrándose principalmente en "las mujeres trans y hombres gais y bisexuales que viven con el VIH y son objeto de estigma y discriminación".

 

Campaña en redes sociales de la FELGTB para este 1 de diciembre.

Menos infecciones por drogas, más por vía sexual

La organización Salud por Derecho habla de "poblaciones clave" que, independientemente de la zona de residencia, tienen un mayor riesgo de contraer el virus. Como explican, se trata de los y las trabajadoras del sexo, los consumidores de drogas, la población transgénero, los hombres que tienen sexo con otros hombres (denominados HSH) y la población reclusa. Sin embargo, y tal y como apuntan todos los expertos consultados por infoLibre, ha habido un cambio en el perfil de personas que han sido diagnosticadas con esta enfermedad en los últimos años, especialmente en España. 

Dentro de nuestras fronteras, según los datos que maneja el Ministerio de Sanidad, el 53,1% de las nuevas transmisiones se ha dado en hombres que han mantenido relaciones sexuales con otros hombres. Por el contrario, entre las personas que consumen drogas, se han contabilizado un 3,6% de nuevos diagnósticos. "El número de infecciones en estas personas está estabilizado desde hace cinco años, se mantiene prácticamente intacto", afirma el doctor Javier de la Torre, portavoz de la Junta Directiva de GeSIDA (Grupo de Estudio del Sida de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología). Por ello, indica, es en estas personas en las que hay que poner el foco de la prevención, ayudándoles con información de, por ejemplo, los beneficios del uso del preservativo.

Sin embargo, y a pesar de que los nuevos casos registrados transmitidos a través del consumo de drogas suponen un porcentaje ínfimo –al contrario de lo que ocurría en la década de los años 80 y 90–, las fuentes consultadas coinciden en señalar la peligrosidad de nuevas prácticas que suman estas sustancias a sus relaciones sexuales. Se trata, por ejemplo, del llamado chemsex, una actividad que suma sustancias estupefacientes que "desinhiben a la persona" y provocan relaciones más duraderas. Esta combinación, sin embargo, es especialmente preocupante y determinante a la hora de provocar nuevos diagnósticos positivos. "Con este tipo de prácticas hemos vuelto a los años 80", lamenta Reyes Velayos, presidenta de Apoyo Positivo. El Ayuntamiento de Barcelona, de hecho, ya lo ha incluido como un problema de salud pública

Diagnóstico precoz y tratamientos preventivos como única solución

Con este escenario, sin una cura definitiva y con tratamientos que únicamente permiten convivir crónicamente con el virus, todos los esfuerzos deben centrarse en la disminución de las infecciones hasta que estas dejen de producirse. "La única medida de prevención es el uso del preservativo y el tratamiento preventivo que impide nuevas transmisiones", explica Ramón Espacio, presidente de la Coordinadora Estatal de VIH y Sida (Cesida). 

 

Solo en nuestro país, el 46% de las personas diagnosticadas de infección por VIH por primera vez en 2016 presentaba un diagnóstico tardío. Este es, según apuntan los expertos, uno de los principales problemas a la hora de luchar contra la enfermedad. "Hay muchas personas que no saben que tienen la enfermedad, no se tratan y, por tanto, la transmiten", explica Espacio. 

Según De la Torre, además, la pérdida de "miedo" a la enfermedad, que ya no es mortal, provoca que "las nuevas generaciones no perciban el peligro" de la misma manera que antes y que, en consecuencia, no se realicen las pruebas de diagnóstico. "Estas personas pueden estar años transmitiendo el virus sin ni siquiera saberlo", lamenta. 

Además del diagnóstico a tiempo, la prevención es igual de importante en la lucha contra esta enfermedad. Y en la prevención, aunque no en España, se han dado pasos muy importantes. Algunos países de Europa como Francia o Inglaterra ya lo están usando y en Madrid está aprobado, pero aún no ha llegado. Se trata de la profilaxis preexposición (conocida como PrEP), un método preventivo que está destinado a las personas que, aunque no tengan el virus, tienen riesgo de contraerlo. "En los países en los que ya se utiliza, los casos de nuevas infecciones se han reducido hasta un 90%", indica Velayos.

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Miedo a la estigmatización

¿Por qué, a pesar de todas las campañas que se han llevado a cabo, el principal problema continúan siendo los diagnósticos tardíos? Según detalla Velayos, hay dos motivos principales que, junto con la falta de uso de la PrEP, lo explican y que provocan, además, la consecuente falta de tratamiento que podría impedir nuevas infecciones. Por un lado, afirma, no hay suficiente educación sexual, lo que conlleva que no haya una adecuada percepción del riesgo que supone contraer el virus.

Por otro, "existe un miedo terrible a la prueba y al diagnóstico positivo por el estigma" que tiene la enfermedad, por lo que muchas personas, aunque puedan pensar que están en riesgo, no acuden a realizarse la prueba. Sin educación, principal forma de prevención, la situación no remitirá, según apuntan las fuentes consultadas. "Si no hacemos nada, la situación va a seguir igual", sentencia De la Torre. 

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