El auge de la extrema derecha

Adiós a la marginalidad: el lobby ultracatólico avanza en su conquista de la derecha española

Encapuchados frente a un conjunto de muñecos tirados en el suelo durante una escenificación organizada por Derecho a Vivir frente al TC.

La cristiandad reserva el 25 de marzo para celebrar la Anunciación, o la Encarnación, en suma para recordar cuando el Arcángel Gabriel se presentó a María para adelantarle que sería la madre de Jesucristo. Nueve meses después, el tiempo del embarazo, el 25 de diciembre, Navidad, la Virgen dio a luz al hijo de Dios en un pesebre de Belén, según el relato cristiano. Por eso el movimiento católico provida celebra en torno al 25 de marzo, Día Internacional de la Vida, sus marchas anuales contra el aborto. La fecha concreta depende de los organizadores. Hay que buscar un domingo. Este año han encontrado uno, este mismo, 12 de marzo, para celebrar en Madrid la "Marcha Sí a la Vida".

Se prevé una jornada fresca y soleada. También es previsible –si los mensajes se alinean con los vertidos estos días para calentar la marcha– una convivencia entre las críticas al Gobierno, las llamadas contra la rendición de los "provida" y riadas de tremendismo sobre una sociedad que ha perdido su anclaje religioso y se desliza hacia la "cultura de la muerte". Sí, el lobby ultracatólico, sacudido por el aval del Tribunal Constitucional a la Ley del Aborto, se mostrará este domingo como el último bastión de un viejo orden que sea cae, como el faro desatendido en medio de la tormenta del relativismo.

Pero, ¿es así? ¿Puede decirse con justicia que el movimiento de los Mayor Oreja, Arsuaga y compañía esté aislado y desatendido? Lo cierto es que no. Los hechos firmes demuestran que sus posiciones avanzan. Objetivamente, deberían estar de enhorabuena. Alicia Latorre, presidenta de la Federación Española de Asociaciones Provida, afirma: "Claro que estamos teniendo éxito porque cada vez está llegando la verdad a más rincones" [ver aquí la respuesta completa de Latorre a las cuestiones planteadas por infoLibre].

Un movimiento sacudido por el Constitucional

La convocatoria corre a cargo de la Plataforma Sí a la Vida, que aglutina a más de 500 asociaciones, entre ellas los grandes terminales del movimiento "provida". Al frente de la organización está la Federación Española de Asociaciones Provida, presidida por Alicia Latorre, el rostro más visible de la convocatoria. Movilizarán a los suyos el Foro de la Familia, Hazte Oír, Cristianos en Democracia, E-Cristians... Lo harán las asociaciones de padres de alumnos católicos y los farmacéuticos contrarios a la píldora del día después, los médicos objetores y la propia Iglesia diocesana, los Propagandistas Católicos del CEU y los "bioéticos", los "jóvenes" de Más Vida y los rescatadores –subvencionados– de embarazos de Red Madre. Todos. Los organizadores se han esmerado buscando patrocinadores, reclamando donativos, poniendo autobuses, encargando merchandising...

Es hoy imposible saber la asistencia, pero lo previsible es una marcha con gente suficiente para ser destacada en los telediarios del domingo y ser foto de portada el lunes. La cita es en la calle Serrano, esquina con Goya, a mediodía. Acabará en Cibeles, en un acto conducido por tres influencers –al igual que el Congreso Mundial de las Familias, el objetivo es dar una imagen "joven"–.

Los organizadores optan por una sola manifestación. La idea es no dispersar las fuerzas y mostrar el vigor del movimiento contra el aborto –y contra la eutanasia, y contra la Ley Trans y resto de las llamadas "leyes Lgtbi", y a favor de la "familia natural", etcétera–. Estos días las asociaciones multiplican el envío de correos y la publicación de mensajes. El momento es delicado. El movimiento acaba de llevarse el palo del Constitucional. Por eso es el mensaje más insistente es de resistencia. Si en la derecha católica la tendencia natural es ya de por sí a la épica del perseguido, la decisión del tribunal que preside Cándido Conde-Pumpido –uno de los villanos de la función, junto a Pedro Sánchez e Irene Montero– ha acentuado el victimismo y el resistencialismo.

Una muestra de la determinación de no dar la batalla por perdida la ha dado la Asamblea por la Vida, con más de 150 organizaciones y dentro de la Plataforma Sí a la Vida, que ha emprendido una guerra judicial contra el Constitucional. La consigna es clara: en esta hora oscura, luchar. "Urge dar la cara, no rendirse", ha declarado Alicia Latorre.

Pero lo cierto es que, lejos de esta imagen de fortaleza asediada, los hechos indican que la influencia de este movimiento se expande, tanto por el fortalecimiento de su estructura como por su peso en el PP y Vox.

Fuerza organizativa y despliegue internacional

Los históricos enfrentamientos, como el del Foro de la Familia y Hazte Oír, están hoy superados u orillados. A pesar de las distintas sensibilidades, cada vez hay más iniciativas comunes. La Marcha Sí a la Vida es un ejemplo. Pero hay más, como la Asamblea por la Vida, que tiene a Jaime Mayor Oreja como referente y se dedica a la presión política. También el exministro del PP lidera NEOS, una suma de organizaciones que ha hecho algo hasta ahora inédito: una síntesis del cuerpo ideológico del movimiento tema a tema, que junto al catálogo provida y por la familia natural integra una defensa cerrada de la monarquía y un rechazo a la Agenda 2030 que guiña el ojo a negacionistas y conspiranoicos.

La Asociación Católica de Propagandistas, que trata de adueñarse del discurso contra la "cultura de la cancelación", ha abierto un periódico, El Debate, con su propio espacio ya en el saturado mercado derechista, donde la televisión 7NN –que tuvo entre sus impulsores a Marcial Cuquerella, vinculado a Hazte Oír– también da cancha a las posiciones de la cruzada.

María San Gil, de la Fundación Villacisneros, y otros referentes del lobby ultracatólico han tenido un papel destacado en la organización de grandes manifestaciones contra el Gobierno esta legislatura, como las celebradas contra las cesiones al independentismo en junio de 2021 y enero de 2023.

Más. Referentes del enjambre ultracatólico han alcanzado posiciones destacadas en la estructura internacional de este movimiento. Mayor Oreja, además de presidente de la liga europea One of Us, que realiza tareas de lobby en Bruselas, es presidente de honor de Political Network for Values, un punto de encuentro de políticos y activistas cristianos de todo el mundo que tienen al republicanismo trumpista y a Viktor Orbán como referentes. Acompañan a Mayor Oreja en Political Network for Values Ignacio Arsuaga, presidente de Hazte Oír y Citizen Go, y el senador del PP Javier Puente, a quien nadie desautoriza en la dirección de su partido. Leonor Tamayo, histórica activista de Profesionales por la Ética, lidera Women of The World, una organización internacional contra el feminismo y en defensa del rol de mujer-madre.

¿Un PP blando y un Vox duro? No es tan sencillo

Las declaraciones de Alberto Núñez Feijóo dando por "correcta" en general la Ley del Aborto de 2010 han suscitado malestar. Vox las ha aprovechado para presentar al PP como un partido rendido al consenso progresista. Pero un examen detenido en absoluto muestra a un PP ajeno a las posiciones duras. El PP ha votado junto a Vox tanto en contra de la reforma del Código Penal que castiga el acoso a embarazadas a las puertas de las clínicas de aborto como de la ley de Irene Montero que permite abortar a las menores de 16 y 17 años sin permiso paterno, ya con Feijóo como presidente.

La idea de un PP blando en contraste con un Vox duro es engañosa. En las filas de Feijóo hay posiciones indistinguibles de las de Santiago Abascal y los suyos. El mejor ejemplo es la Fundación Familia y Dignidad Humana, que defiende la prohibición del aborto incluso si hay violación y en la que ha llegado a haber siete parlamentarios y cargos del PP, entre ellos su presidente, Javier Puente, que ha anunciado que estará este domingo en la marcha.

Está por ver qué representación popular hay en la manifestación. En una protesta similar en junio del año pasado, en la que se celebró la sentencia del Supremo de Estados Unidos que derogó el derecho al aborto a nivel federal, hubo una presencia significativa. Además de Puente, acudieron sus compañeros en el Senado Rodrigo Mediavilla –ya no es senador–, Ana Camíns, Antonio Román y Patricia Rodríguez Calleja y el diputado en el Congreso José Ignacio Echániz. Entre los representantes del PP de Madrid estuvo su secretario general, Alfonso Serrano. También hubo cuadros de Nuevas Generaciones.

En declaraciones a infoLibre, Latorre advierte, en un mensaje veladamente dirigido al PP: "Los políticos que vengan bienvenidos sean como cualquier otra persona, aunque lo que queremos ver es el compromiso cuando toca defender la vida humana en la política. Este es un tema para nosotros innegociable y por supuesto que hay una parte importante de la sociedad muy atenta no solo a las palabras sino a la forma de actuar de cada partido".

Latido fetal y pin parental

La presión de organizaciones como Hazte Oír, con el vicepresidente Juan García-Gallardo en su punto de mira por ser el primer gobernante autonómico de Vox, contribuyó al anuncio por parte del Ejecutivo de Castilla y León de un "protocolo" para que las madres que quisieran abortar oyeran antes el "latido fetal". Finalmente el PP reculó y el protocolo está en suspenso. Eso sí, García-Gallardo insiste en que se implantará y se reúne con la embajadora de Hungría, país al que Vox pone como ejemplo de políticas en defensa de la vida y la familia, sin que el presidente Alfonso Fernández Mañueco le replique.

Con el protocolo de "latido fetal" ha pasado algo parecido a lo acontecido con el pin parental, idea promovida por Profesionales por la Ética y Hazte Oír. Vox no ha logrado materializarlo como quería en las comunidades en que ha sido clave: Andalucía, Madrid y Murcia, pero sí meterlo de lleno en el debate, demostrando que el PP está dispuesto a ceder en el tema. Murcia sí aplica una versión rebajada de esta herramienta, que alimenta la idea de que en las aulas públicas se instruye a los menores en una sexualidad antinatural.

Contra la eutanasia y la Ley Trans

El PP –antes de que Feijóo fuera su presidente, pero sin que haya dado el menor síntoma de desacuerdo– no sólo ha votado en contra, sino que ha recurrido ante el Constitucional la Ley de Eutanasia.

También han votado PP y Vox juntos en contra de la ley trans. En Madrid Isabel Díaz Ayuso ya ha anunciado que la próxima legislatura cambiará la ley aprobada en 2016 con Cristina Cifuentes. El PP va hacia atrás en este tema. Feijóo también ha dicho que derogará la norma nacional si puede. Esto rompería lo que viene siendo una constante: el PP vota en contra de algunas normas polémicas para su base más conservadora–el matrimonio igualitario, por ejemplo–, pero una vez consigue una mayoría, no las deroga. Feijóo también ha prometido derogar las leyes del solo sí es sí, el aborto y la eutanasia.

"Invierno demográfico" y Valle de los Caídos

Ayuso es una figura ecléctica. Por un lado, se desmarca de Feijóo al defender que las adolescentes de 16 y 17 años aborten sin consentimiento paterno. Por otro, conecta con el tono de los sectores más corrosivos de este movimiento. Lo hace cuando presenta el aborto como un capricho propio de una sociedad inconsciente, igual que hacen Mayor Oreja y los suyos. Así dijo en octubre de 2021: "[El aborto] no se ha de celebrar como una fiesta [...] Muchas [...], como no ven alternativas, pues, venga, 'me lo quito de encima'".

La presidenta no complace a organizaciones como Hazte Oír, que le pide obedecer todo lo que exige Rocío Monasterio (Vox). Pero ofrece guiños como sus bromas con la transexualidad –como esa sobre su futura vicepresidenta "Enriqueta Ossorio"–, que considera una "moda". Además, es altavoz de numerosas líneas de discurso del lobby ultracatólico. Por ejemplo, su Ley de Patrimonio Cultural establece la protección del Valle de los Caídos, un fetiche de la derecha cruzada.

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Tanto Vox como un sector del PP liderado por Ayuso están alineados con parte de las ideas de los "provida" sobre natalidad –se vincula el aborto con el "invierno demográfico"–, contra la Agenda 2030 o sobre la historia de España, nación narrada con nostalgia de su pasado de imperialismo católico en Latinoamérica. Referentes como Ayuso, Abascal o José María Aznar abanderan esta cruzada revisionista cebada por el boom del españolismo cultural y el éxito editorial de la teoría de la "leyenda negra", líneas de pensamiento de gran fuerza en el movimiento católico radical. Su alerta ante el ocaso de la "civilización occidental" es ya indiscutida en PP y Vox. Los discursos que alertan del peligro de la continuidad histórica de la nación si vuelve a ganar la izquierda se han oído en foros ultracatólicos antes de llegar a los partidos: "Sánchez o España".

Andalucía, presidida por el considerado adalid del ala moderada del PP, Juan Manuel Moreno, se erige como ejemplo la profundidad de los logros de la factoría católica radical. Durante la legislatura en que Gobierno dependió de Vox, la mayoría del partido de ultraderecha, PP y Cs introdujo medidas como el "teléfono de violencia intrafamiliar" o el encargo a asociaciones antiabortistas de la atención a embarazadas. Son medidas que siguen hoy, ya con la formación de Abascal en la irrelevancia parlamentaria.

España no está todavía como EEUU o de Brasil, donde los sectores integristas –en su caso, evangélicos– marcan casi al milímetro el rumbo de la derecha. Pero esos son los referentes del movimiento católico radical español, que ni deja de organizarse ni baja los brazos. Y que también tiene referentes cerca, como Hungría o Polonia, con agresivos planteamientos "provida" y "profamilia", que son del agrado de Giorgia Meloni en Italia. El propio entorno europeo demuestra que un revival nacionalcatólico es posible.

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