17/02/2015 - 06:00
Olivia Carballar | Sevilla
Trinidad Barrera, ahora con 73 años, se pasó dos años sola llamando a todas las puertas que pudo para que su hijo, Manuel Trancoso, enfermo de hepatitis C, recibiera el tratamiento prescrito por los médicos pero denegado por Instituciones Penitenciarias. Su caso ilustra la situación de indefensión que padecen los presos en Andalucía, que llevan ya casi tres años sin asistencia jurídica gratuita dentro de las cárceles.