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El Congreso resultante del 20-D es un puzzle (como la propia España). La aritmética para formar gobierno es tan compleja que no puede descartarse un adelanto electoral. Y abona las presiones de otros poderes para buscar soluciones ajenas al mandato de las urnas.
El PP se convierte en el partido más votado en las elecciones del 20-D, pero sólo consigue 123 escaños, muy lejos de la mayoría absoluta que obtuvo en las pasadas legislativas.
Los españoles votan hoy nuevo Parlamento en unos comicios plagados de incógnitas. Si los sondeos no fallan, el 20-D echará el cierre temporal a las mayorías absolutas y los partidos se verán abocados a los pactos.
El PP promete que 20 millones de personas estarán trabajando en 2020. IU, PSOE y Podemos proponen elevar de forma significativa el salario mínimo. Ciudadanos y UPyD apuestan por la implantación del contrato único.
La formación presume durante la campaña de ser el único partido limpio y de haber llevado a cabo métodos reales y efectivos para combatir la corrupción.
El PP promete mejorar la web del Congreso y el PSOE crear una ley de participación ciudadana, mientras que Podemos e IU plantean aprobar los referéndums revocatorios. C's quiere eliminar las limitaciones de la Ley de Transparencia, y UPyD incluir en ella a la Casa Real.
La legislatura termina con un 40% de españoles que consideran la corrupción como uno de los principales problemas de la sociedad. Los programas de todos los partidos están llenos de medidas para ponerle coto.