Columnas
02/06/2014 - 06:00
Raquel Martos
Hola, Alfredo, o mejor dicho, adiós. Aquí me tienes, agitando el pañuelo desde el puerto mientras veo tu barco partir. Me cuesta tanto creer que te vas, no me hago a la idea. Siempre estuviste y parecía que siempre seguirías estando, por los siglos de los siglos, amén.