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La ONG FSC ha puesto en marcha una metodología para identificar los principales impactos del cambio climático en nuestros bosques y, así, luchar con más armas en favor de su supervivencia.
Los expertos no se fían del nuevo estudio de la revista Science, que asegura que es posible reducir un 25% el CO2 de la atmósfera con plantaciones masivas.
El fuego devastó 163.000 metros cuadrados de terreno forestal, de los que 125.000 pertenecen a la Zona de Especial Conservación de las cuencas del Rumblar, Guadalén y Guadalmena.
2017 es el tercero peor de los últimos diez años en cuanto a superficie devastada, por detrás de 2012, cuando se perdieron 200.856 hectáreas y de 2009, cuando se quemaron 106.347.
Somos los bomberos forestales, privatizados y precarizados hasta la extenuación, los que vemos cómo se invierte el dinero público en lo mediático y espectacular de la extinción de incendios, mientras el modelo de gestión del monte convierte el suelo en desierto.
El Gobierno se implicó en la lucha contra el deterioro de los ecosistemas adoptando una estrategia a nivel europeo de cara a 2020 que no cumplirá, según Ecologistas en Acción.
Han resultado afectadas unas 70 hectáreas y en el control del fuego trabajan cuatro agentes forestales, 12 brigadas, siete camiones motobomba y una pala bulldozer.
Senderistas recogen firmas y denuncian presiones de los cazadores al Gobierno para que imponga sanciones a quienes paseen por el bosque durante las monterías.