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En cualquier democracia mínimamente madura, sería inimaginable que el presidente de un partido sentado en el banquillo por delitos relacionados con la corrupción y acusado de haberse beneficiado de actuaciones ilícitas pudiera seguir en el poder.
Los agentes argumentan que la calle es un espacio público y los afectados tienen derecho a protestar. Preferentistas se dan cita en frente a la Audiencia para recibir con gritos de "chorizos" a los procesados.
"Yo no soy un chorizo", declara ante el tribunal el exconsejero a propuesta del PSOE Ramón Espinar, tras reconocer que siguió utilizando la tarjeta después de dejar la caja.
"Parece que Bankia ha sacado un excel que pertenece a otra entidad financiera. Insisto, yo no reconozco el excel porque no es un extracto de tarjeta", ha explicado el ex secretario de Aznar.
El exvicepresidente del Gobierno reconoce que fue él el que propuso su utilización, pero dice ahora que las black eran como cualquier otra Visa, que se descontaban del sueldo.
El Miniterio Público sostiene que los correos de Blesa y otros empleados de Bankia pueden ser incriminatorios y ha negado que Bankia haya vulnerado el derecho al secreto de las comunicaciones y la ley de datos.
"Pedimos la nulidad por infracción de derechos fundamentales por obtener una serie de documentos por parte de Bankia, cuyo acceso entendemos ha sido ilegítimo", asegura el letrado de Blesa.
Miguel Blesa, Rodrigo Rato, José Antonio Moral Santín, Francisco Baquero y Estanislao Rodríguez-Ponga se sientan en la segunda fila del banquillo de los acusados.