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08/02/2014 - 21:46
Joan Carles Carbonell Mateu
Empezaré mi reflexión con tres afirmaciones que, como es lógico, intentaré desarrollar:
a) los “escraches”, si son violentos, contienen amenazas o suponen ejercicio de la violencia, son delictivos y, por consiguiente, intolerables;
b) el Auto ordenando el sobreseimiento provisional de las diligencias abiertas es jurídicamente impecable, y
c) las reacciones de rechazo al mismo resultan altamente preocupantes en la medida en que suponen un ataque directo a la independencia del Poder Judicial.