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Junts redoblará su ofensiva contra Illa en la recta final de la campaña mientras devora voto de ERC y la CUP

Una imagen del expresident de la Generalitat Carles Puigdemont en un mitin en Argelès-sur-Mer, en Francia.

Cuatro días de infarto para terminar la campaña catalana. Y Junts ha logrado superar a ERC en todas las encuestas en la segunda posición y emerge en estos momentos como el rival más fuerte contra el PSC. Carles Puigdemont y los suyos se preparan para el arreón final y su gran estrategia, como señalan fuentes posconvergentes, pasa por redoblar la ofensiva contra Salvador Illa.

Estos ataques contra el aspirante de los socialistas se deslizarán por una premisa muy directa al electorado: “Diremos que Cataluña necesita un presidente que no dependa de Pedro Sánchez, que tenga las manos libres para gobernar y negociar con Madrid”. De esta manera en Junts buscan aunar en la figura de Puigdemont el mayor voto posible del espacio independentista. A pesar de que el eje territorial no está entre las prioridades electorales (en lo más alto se sitúan la sequía, la sanidad, la economía y la vivienda), en Junts han visto cómo su discurso duro les está dando resultados en los sondeos y tienen todas las probabilidades de encabezar en votos el espacio soberanista frente a una ERC que no logrado remontar durante la campaña.

De hecho, la subida de Carles Puigdemont viene principalmente de robarle votos a las opciones de Esquerra y de la CUP. Los votantes de Junts, según la encuesta de 40dB para El País y la Cadena Ser, son en estos momentos los más fieles (78,2% de los electores de 2021 dicen que cogerán la papeleta de ese partido otra vez). Pero, además, esta formación ve como el 20% de los electores de la CUP se va hacia ellos, a la vez que un 16,2% de los que estuvieron con Esquerra Republicana hace algo más de tres años.

El botín de los indecisos

El principal problema que tiene Junts en estos momentos está en el espectro de los indecisos, ya que un 8,3% de su apoyo ahora está dudando sobre si repetir. En el cuartel general de los posconvergentes señalan que esa franja es clave para poder mirar de tú a tú al PSC y dejar por detrás a los republicanos. El otro agujero que le puede jugar una mala pasada a Puigdemont está en Aliança Catalana, un grupo de extrema derecha independentista que puede entrar en el Parlament. Más de un 6% de los apoyos del expresident ahora se transfieren a esa formación.

Los votantes de Junts se movilizan especialmente, según la encuesta, por dos cuestiones: la calidad democrática y la cuestión territorial. Y otro de los éxitos que ha logrado Junts para subir en los sondeos es haberse visualizado como el principal pegamento del independentismo frente a Esquerra. De hecho, unas de las principales líneas que explotarán durante estos días es que ellos son la garantía de un Govern soberanista frente a las dudas de ERC y la posibilidad cierta de un tripartito entre Salvador Illa, Pere Aragonès y Jéssica Albiach.

Puigdemont, que ofreció una candidatura conjunta a Esquerra, quiere sacarle provecho en las urnas a su intento de unidad independentista. Durante la campaña ya ha puesto líneas rojas: no pactará ni con el PSC, ni con Aliança, ni con PP ni con Vox. De esta manera, se enfoca en la base parlamentaria que ha dominado Cataluña en la última década con las columnas de Esquerra, Junts y la CUP. Su principal problema radica en estos momentos en que esa fórmula no logre el mágico número de los 68 escaños que otorgan la mayoría absoluta.

Puigdemont busca desactivar a ERC

Esta carta de los pactos la quiere jugar fuerte Puigdemont frente a una ERC que quiere pasar de puntillas hasta el día después del 12 de mayo. La preferencia de un Gobierno de Junts y los republicanos se queda tan sólo a una décima de la del tripartito, y tiene principalmente como apoyos a los posconvergentes y a los votantes de la CUP. Por eso, en Junts entienden que tienen margen en estos días para seguir rascando votos de ERC.

En el partido ponen mucho en valor la figura de Carles Puigdemont. Pese a que en el PSC y en ERC lo dan por amortizado, expresidente consigue superar, en la encuesta del CIS, a Pere Aragonès en nivel de confianza y en predilección por llevar las riendas del Palau, aunque queda por debajo de Illa. Los posconvergentes tienen un electorado predominantemente masculino, mientras que baja casi tres puntos la intención de voto entre las mujeres, según los datos del CIS.

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Además, han identificado otro problema: su nivel más bajo de apoyos está entre los jóvenes menores de 24 años (donde se ven superados por el PSC, ERC y Vox). Conscientes de ellos, en el partido están intentado conectar a última hora con esos nuevos votantes y este domingo se organizó un acto con el expresidente y las juventudes de la JNC. Hubo hasta partida de futbolín y los temas que se trataron especialmente fueron la vivienda, los salarios, la lengua y la inmigración. Con este mensaje contra las “soluciones fáciles” de Tiktok: “Desconfiad de los pueden explicar todo en un minuto y medio o con un tuit”. Una alusión en toda regla a las redes sociales de Aliança.

ERC y el PSC vaticinan que Junts "ha tocado techo"

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En Esquerra, su máximo rival dentro del independentismo, creen que Puigdemont se irá desinflando, en cambio, en los últimos días porque no puede entrar en medidas concretas. “Es mejor político que gestor”, indican en el entorno de Aragonès, donde quieren poner el foco en anuncios frente al brindis al sol del expresident. También los socialistas creen que Junts “está tocando techo” y ya “no va a arañar mucho más votos de Esquerra. La gran confianza en Ferraz y en el PSC es que el independentismo no sume y se agarran a superar la cifra olímpica de los 40 escaños (ahora tienen 33), que creen que les catapultará a la formación de Govern.

A Junts le queda otra gran carta que nadie sabe vaticinar: ¿será capaz de cruzar la frontera Puigdemont en este tramo final? Para muchos de los suyos esto sería el empujón definitivo, pero conllevaría su detención pues todavía no está aprobada de manera definitiva por las Cortes la ley de amnistía. Hasta el momento él ha dejado caer que su intención es volver el día de la investidura, sea el candidato o no, aunque también ha puesto otra línea roja: dejará la política institucional y su escaño si no logra formar Govern. “En absoluto me veo como líder de la oposición”, ha manifestado.

En esta pugna final Puigdemont hizo esta declaración de intenciones este lunes: "Hay que retomar la conversación y construir una estrategia ganadora. Y hay una diferencia: hoy tenemos un marco jurídico mucho más nítido y estructuras fuera para afrontar oleadas de exiliados. Hoy estamos mucho más preparados para aguantar un embate con el Estado que en 2017". "Nos hemos pasado queriendo ser un movimiento asambleario. No haremos la independencia cantando El Virolai ni regalando claveles a la policía. Nos tenemos que preparar mucho mejor y ser más asertivos", subrayó en una entrevista en El Periódico.

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