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La tierra de nadie del periodismo español: la desregulación deja el código deontológico en papel mojado

La afiliación a la Seguridad Social retrocede a niveles de 2001

Carlos Sánchez

Esta tasa -que es la más representativa- es similar a la del mes anterior, lo que significa que no se observa ningún cambio de tendencia: ni para bien ni para mal. Aunque lo cierto es que hoy la Seguridad Social cuenta con 16,17 millones de afiliados cotizantes, lo que supone que ha retrocedido a niveles de 2001. Desde el comienzo de la crisis, la Seguridad Social ha perdido prácticamente 3,5 millones de afiliados, lo que da idea de la intensidad de la catástrofe.

Los datos de enero, sin embargo, hay que matizarlos. Cuando se corrigen las cifras de las variaciones estacionales y del efecto calendario, se estima que la afiliación -excluidos los cuidadores no profesionales- habría retrocedido en torno a 50.000 personas. Según el servicio de estudios del BBVA, las cifras son algo mejores que las estimadas inicialmente.

En todo caso, la consecuencia de tan fuerte pérdida de empleo no puede ser otra que un desplome de la relación entre cotizantes y pensionistas. Hasta el punto de que ya hay 2,31 afiliados por cada trabajador en situación de retiro. Pero si se elimina a los desempleados que cobran alguna prestación y, por lo tanto, cotizan a la Seguridad Social durante ese tiempo (lo hace el Estado), la comparación es todavía más dramática. En estos momentos, hay 1,96 afiliados cotizantes por cada pensionista. Es decir, ya por debajo de las dos unidades, que se considera la 'línea roja' que marca la sostenibilidad del sistema de protección social.

De hecho, la firma del Pacto de Toledo en 1995 tuvo que ver, precisamente, con el hecho de que ese año la relación afiliados-pensionistas llegó a situarse por debajo de las dos unidades. Y fue entonces cuando los grandes partidos se pusieron de acuerdo para evitar la quiebra de la Seguridad Social.

La situación es especialmente dramática en el caso del régimen general, el más importante del sistema por su enorme peso, que registra tasas de destrucción de empleo del 5,4%, por encima de la media. Por el contrario, el ritmo de destrucción de puestos de trabajo entre los autónomos se sitúa en el 1,15%, aunque este dato está sesgado por el hecho de que muchos asalariados se han visto obligados a colocarse como trabajadores por cuenta propia para poder mantener su empleo.

Construcción: suma y sigue

En todo caso, lo que reflejan los datos de enero es que el mercado laboral continúa bajo mínimos. Incluso se sigue destruyendo empleo a velocidades de vértigo en sectores que llevan en crisis desde 2007. Este es el caso de la construcción, que sigue perdiendo afiliados a un increíble ritmo del 20%, mientras que las industrias manufactureras (muy dependientes del 'ladrillo') han perdido el 6,6% de su fuerza laboral en los últimos12 meses.

Las actividades inmobiliarias, por el contrario, aumentan su empleo en un 2,17%, lo que puede tener que ver con el hecho de que las entidades financieras (propietarias de muchos de los pisos que están hoy vacíos) intentan sacar al mercado sus enormes stocks de viviendas.

La crisis, igualmente, está afectando a sectores que en los últimos años habían creado empleo, como los servicios sanitarios y la asistencia social, pero los recortes en el gasto público han quebrado la tendencia. El ritmo de pérdida de afiliación en ese sector es de nada menos que del 12%, casi el triple que el general.

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