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Javier Gurruchaga: “En España hay poco respeto hacia los artistas”

Javier Gurruchaga: “En España hay poco respeto hacia los artistas”

“Parece mentira”, cuenta Gurruchaga en un café del centro de Madrid, “pero el texto de Aristófanes, escrito hace 2.500 años, tiene una actualidad tan viva que podría figurar en las páginas de un periódico de hoy. El autor griego habla de temas eternos como son el reparto de la riqueza, las desigualdades sociales o la codicia humana. Es decir, que los dirigentes de la izquierda como Sánchez, Iglesias o Garzón podrían seguir los consejos de Aristófanes”.

Está encantado el artista con la acogida del público en el reciente Festival de Teatro Clásico de Mérida a este montaje dirigido por Magüi Mira, en una versión de Emilio Hernández y donde Gurruchaga está acompañado por actores de la talla de Marisol Ayuso, Marcial Álvarez, Jorge Roelas o Toni Misó. En la obra, Gurruchaga encarna a Pluto, el dios de la riqueza, “un protagonista utópico y soñador”, y a la diosa de la pobreza, “una bruja al estilo de la actriz Bette Davis”. El montaje podrá verse a lo largo del mes de agosto en varias ciudades, incluido el festival de Sagunto el próximo día 22.

Entre la rebeldía y la lucidez el intérprete confiesa que causa un cierto escepticismo que la condición humana esté marcada desde hace siglos por la avaricia, las guerras o la indiferencia social hacia los conflictos. En una muestra de su profunda cultura, pese a su imagen desenfadada e irónica, Gurruchaga señala que esa codicia está muy presente en obras maestras como Avaricia, el filme clásico de Stroheim; o las piezas teatrales El avaro, de Moliére, o La ópera de tres peniques, de Brecht. Tiene especial interés Gurruchaga en subrayar que Pluto no se trata de un musical, sino “de una comedia con número musicales” y esa vertiente le sirve al artista para recordar que la música que ha compuesto se nutre de referencias tan diversas como los Beatles, Tina Turner o ritmos de godspell.Plutogodspell

En medio de la crisis, Gurruchaga no puede quejarse, toca madera y bulle de proyectos tanto musicales como teatrales y cinematográficos. Mientras prepara Tiempo de bandidos, un nuevo disco con su ya mítica y veterana Orquesta Mondragón,Tiempo de bandidos tiene también en el horizonte dos proyectos teatrales (El rey se muere, de Ionesco; y Los caciques, de Arniches) y un papel en una película sobre Cantinflas que rodará en México. A sus 56 años conserva una vitalidad envidiable y este showman sentencia que “un artista se muere siendo artista”.

“El arte”, explica, “no tiene que ver con horarios de oficina o con pagas de Navidad. Para mí resultan admirables ejemplos como Frank Sinatra, Charles Aznavour o Mike Jagger”. Ahora bien, Gurruchaga lamenta que “en España haya poco respeto hacia los artistas y menos cuando envejecen”. A partir de esta reflexión, critica el acoso a la cultura de los gobernantes con el aumento del IVA o con el desprecio hacia la creación artística. “Gobiernos como el actual conciben la cultura como un adorno prescindible e ignoran que lo único que diferencia a los hombres de los orangutanes radica precisamente en la cultura”.

¿Cuál es la clave de una trayectoria tan larga y exitosa como la suya? Detrás de sus ojos saltones e irónicos, Javier Gurruchaga no duda ni un segundo en ofrecer una respuesta al periodista. “En este oficio te examinas todos los días y resulta difícil acertar con los gustos del público o encontrar buenos papeles. Dicho esto, la clave pasa por estar siempre en la carretera, al pie del cañón”. En los años ochenta y noventa, el artista donostiarra fue una de las figuras del espectáculo más populares y admiradas de España, pero siempre procuró Gurruchaga no sobreexponerse ni cansar al público de tal manera que podría decirse que nunca ha pasado de moda porque nunca estuvo de moda. De otro lado, su increíble versatilidad le ha permitido regresar, una y otra vez, al primer plano de los escenarios.

Buena prueba de ello fue su reciente gira formando dúo con Charo López en Carcajada salvaje, unos monólogos teatrales de Christopher Durang.Carcajada salvaje O ahora mismo, su Pluto. En cualquier caso, Gurruchaga tiene pinta de ser un maratoniano de la cultura y, aunque confiesa que a partir de cierta edad cuesta más que suene el teléfono con proyectos interesantes, no vacila cuando repite: “El caso es estar en la carretera y yo llevo 44 años de carretera artística. Espero morir con las botas puestas”.

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