Terrorismo

El miedo se apodera de Estados Unidos tras la matanza de Orlando

Maniquíes que representan a las 50 víctimas de la matanza de Orlando adornan el techo del apartamento del artista estadounidense ChadMichael Morrisette.

El despertar fue especialmente doloroso en Estados Unidos este lunes, un día después del ataque perpetrado en una discoteca gay de Orlando que ha causado 49 muertos y 53 heridos. Se percibían una mezcla de enfado y de miedo, un estado de confusión y de cansancio. Hartazgo por las reiteradas matanzas masivas, por la imposible reforma del control de las armas de fuego, así como por los crímenes de odio que se cometen contra las minorías, ya sean sociales, raciales, religiosas. Beaudau, un joven bailarín neoyorquino de 21 años, que estudia en Florida, se mostraba conmocionado en Facebook: “Tengo miedo; podía haber estado en esa discoteca. Los bares y los clubes como el Pulse se supone que son sitios en los que la comunidad LGTB se siente segura. Son de los pocos sitios donde es posible ir sin miedo, sin avergonzarnos de lo que somos. Olvidarlo todo y divertirnos. El asesino nos ha robado eso. Estamos en el mes del Orgullo, debería sentirme exultante con la idea de poder celebrar los logros que ha conseguidos comunidad. Sin embargo, me asaltan las dudas”.

Desde el domingo, en Greenwich Village, al sur de Manhattan, la entrada al histórico bar Stonewall Inn –local emblemático en la lucha por los derechos LGTB desde finales de los 60– es un memorial donde se rinde homenaje a las víctimas de la matanza de Orlando. Policías armados hasta los dientes vigilan la zona. Todo el mundo se pregunta por qué.

“¿Ha sido un crimen contra los norteamericanos o contra los gais?, pregunta un curioso. Alguien le mira indignado y le responde: “Ambas cosas”. Chris ha venido a rezar por las víctimas y por sus familias. “No bajo la guardia, tampoco la comunidad LGTB. Sin embargo, es más complicado que todo eso, no creo que se sepa realmente qué es lo que llevó a actuar al asesino”, explica. “Me siento conmovido por la declaración del Council on American-Islamic Relations, en la que se dice que los musulmanes hacen causa común con la comunidad LGTB para luchar contra los crímenes de odio. Es una reacción importante” (en este enlace se puede consultar los comentarios en Twitter del director de la organización). A Chris no le interesan las declaraciones políticas ni de los candidatos a la Presidencia, como Donald Trump: “Prefiero mantener las distancias con ese circo”.

Ninguno de los presentes menciona al Daesh, en general mucho menos presente en el debate norteamericano que en Francia. Todos hacen más bien una lectura norteamericana de los hechos; a su entender, esta tragedia es fruto de la tensión y de la división en que se halla inmerso el país. “En Nueva York, vivimos en una burbuja, ya que hay algo más de tolerancia que en otras zonas del país. Cuando se produce una matanza así, nos acordamos de los niveles de odio y de violencia que hay en Estados Unidos. Y el colectivo LGTB lo sufren siempre”, dice Aviva, de 31 años. Su amiga Perry insiste: “La retórica del odio de Donald Trump funciona precisamente por eso, porque tiene su público. Hoy, la mayor amenaza a la que debemos hacer frente es a él. Debemos votar en noviembre, es nuestra única arma”.

Los candidatos a la Presidencia en las elecciones de noviembre no tardaron en referirse a la matanza de Orlando. Los comentarios de Donald Trump en la red social Twitter se suceden desde el domingo, lo que hace plantearse cuál será la incidencia de la tragedia en la campaña y en el electorado, a cuatro meses de los comicios.

Desde que arrancó la campaña, y sobre todo después de la matanza de San Bernardino de diciembre, perpetrada por dos simpatizantes del Estado Islámico, Donald Trump apela al miedo ante la amenaza terrorista y presenta una visión negativa de la política de Barack Obama en la materia, que considera muy laxa. Dado el éxito de Donald Trump en las primarias –según varios sondeos a pie de urna, el 70% de los electores republicanos veía con buenos ojos su propuesta de prohibir la entrada de musulmanes en Estados Unidos–, la pregunta es cómo percibirá el electorado sus reacciones.

De momento y como suele suceder, las numerosas salidas de Trump reciben el aplauso de aquellos que le apoyan (sobre todo sus seguidores en Twitter), mientras que se muestran muy críticos sus rivales políticos, tanto demócratas como republicanos. “Su tendencia a la autosatisfacción (tras conocerse la tragedia, el candidato se felicitó por no haberse equivocado ante la amenaza terrorista), su comportamiento inspirado en la telerrealidad, muestran hasta qué punto Donald Trump puede empequeñecerse en momentos históricos que requieren de un presidente de talla”, escribe Glenn Trush en Politico. No obstante, Donald Trump no ha dicho su última palabra en la materia: ha prometido volver a hablar de terrorismo durante la campañacampaña.

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Traducción: Mariola Moreno

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