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Inmigración irregular

Cuatro propuestas para evitar el drama humanitario del Mediterráneo

Cuatro medidas para evitar la tragedia humanitaria del Mediterráneo

"Europa no puede continuar como si no pasara nada". Así se refirió este lunes el socialista Martin Schulz, presidente del Parlamento Europeo, al hecho de que cientos de inmigrantes hayan fallecido esta semana intentando llegar a las costas europeas cruzando en barcazas a través del mar Mediterráneo, un drama que ha puesto contra las cuerdas la política europea sobre inmigración. Los Veintiocho se reunirán este jueves para analizar posibles soluciones a este problema, pero las ONG exigen actuar lo antes posible abriendo corredores humanitarios o atendiendo el flujo de refugiados que huyen de guerras como las de Siria o Libia.

El pasado domingo, un pesquero con alrededor de 850 inmigrantes a bordo naufragó en el Canal de Sicilia. Todos sus pasajeros, a excepción de 28, fallecieron. Y ese elevado número provocó que se abriera el debate sobre la política de control de fronteras europea, basada en la llamada operación Tritón: de hecho, los países de la UE aprobaron un plan de urgencia de 10 puntos en el que se comprometen a incrementar los medios de esta misión, así como a aumentar –sin dar cifras– el número de solicitantes de asilo en territorio europeo.

Este documento, no obstante, también contenía iniciativas controvertidas, como la toma de huellas digitales a los demandantes de asilo o el compromiso de mejorar los programas para la repatriación rápida de los inmigrantes irregulares. De igual forma, el Gobierno español apuesta –y está promoviendo su postura en la ONU– por obtener un mandato internacional que permita a la UE hundir los barcos de los traficantes de personas en las costas libias cuando se encuentren vacíos. Pero ONG como Amnistía Internacional denuncian que el enfoque de los 28 es equivocado, y abogan por implantar cuatro medidas concretas que permitan acabar con un drama que, según las cifras ofrecidas por esta organización, se ha cobrado ya la vida de 1.700 personas sólo en 2015.

Operación de rescate

Todos los expertos consultados por infoLibre coinciden: la primera prioridad es que la UE cambie el enfoque de su política migratoria –actualmente centrada en el control de fronteras y no en el salvamento de los potenciales inmigrantes– y ponga en marcha un plan de emergencia para rescatar a aquellos que se embarcan en dirección a las costas europeas en embarcaciones precarias. "Antes que cualquier otra cosa, la UE tiene que adoptar una postura lógica y responsable que tenga como objetivo salvar vidas, causa sonrojo tener que pedirlo", denuncia Mikel Mazkiaran, portavoz de SOS Racismo, que asegura que "los principios básicos del derecho marítimo internacional" recogen esta obligación.

La misma opinión mantiene María Serrano, responsable adjunta de Política Interior de Amnistía Internacional, que exige que la UE "lance una operación con un mandato humanitario claro, que pueda patrullar en aguas internacionales" y que se encargue del "salvamento y no del control de fronteras". En este sentido, Serrano critica que los 28 hayan sustituido la operación Mare Nostrum –una misión de esta índole que mantenía Italia en solitario hasta este año– por el plan Tritón, y asegura que si hubiese existido un dispositivo de salvamento en lugar de uno ocupado únicamente de vigilar las costas europeas "se habrían salvado muchas vidas".

El dispositivo que plantea la responsable de Amnistía Internacional es similar al esta operación Mare Nostrumoperación Mare Nostrum, y contempla el despliegue de un grupo de vigilancia compuesto por pequeños barcos que trasladen a los inmigrantes a embarcaciones más grandes para ponerlos a salvo, así como otros medios de rescate. "Lo que ocurre ahora es que algunas grandes embarcaciones privadas intentan socorrer estas barcazas", explica la experta, que no obstante relata que el tamaño "enorme" de estos remolcadores "provocan unas olas muy elevadas que desestabilizan" a los buques de los inmigrantes y provocan estallidos de pánico que ponen en peligro sus vidas.

Corredores humanitarios

"Un 80% de las personas que han perecido o que están intentando llegar a Europa son potenciales solicitantes de asilo", asegura Mazkiaran, que explica que en los últimos años se ha incrementado el flujo migratorio en gran medida por los ciudadanos que huyen de las guerras en países como Libia, Siria o Yemen. Por ello, el portavoz de SOS Racismo plantea la necesidad de establecer "corredores humanitarios", rutas seguras desde estas zonas hasta Europa para que "aquellas personas que quieran solicitar asilo puedan hacerlo salvaguardando su integridad".

El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, aseguró que establecer mecanismos para facilitar el acceso de los inmigrantes a Europa podría fomentar el "efecto llamada". No obstante, los expertos consultados por infoLibre lo niegan. "El flujo migratorio va a existir, y va a existir el mismo número de personas que quieran salir de los países en conflicto sea o no sea seguro", asevera Cristina de la Serna, abogada especializada en protección de derechos humanos de la ONG Rights International Spain. "Basta hablar con cualquiera de las personas que han llegado de esta forma a las costas europeas: entre la muerte segura y la potencial, eligen la potencial", señala.

"No podemos aceptar que el Líbano acoja a más de un millón de refugiados, al igual que Turquía, y que además se les pida que sigan teniendo abiertas sus fronteras por la situación desastrosa de Siria o Irak", critica por su parte Serrano. Mazkiaran se muestra de acuerdo y asegura, además, que el flujo de solicitantes de asilo "no es tan grande" si se compara con el que están recibiendo los países limítrofes a aquellos en guerra. Un informe de Amnistía Internacional hecho público este miércoles pone cifras: hasta abril de 2015, un total de 21.385 personas han intentado cruzar el Mediterráneo para llegar a Europa, una cantidad irrisoria al lado, por ejemplo, "del medio millón de desplazados que soporta Jordania".

Cuotas de reasentamiento y legados humanitarios

Serrano menciona, además, otras herramientas legales por los que los Estados europeos podrían hacerse cargo de los potenciales refugiados que huyen de los conflictos en países como Siria, Libia o Eritrea: las "cuotas de reasentamiento" y los "legados humanitarios". El primero de estos mecanismos es un cupo anual de asilados que cada Estado se compromete a acoger en su territorio, mientras que el segundo consiste en unos "visados que los Gobiernos pueden dar a personas en situación de vulnerabilidad para que puedan llegar a otro país", explica la activista.

"Comparado con Alemania o Suecia, la cuota de reasentamiento que ha asumido España, 130 personas en 2015, es muy escasa", denuncia Serrano. La reponsable de Amnistía Internacional señala que "es innegable que el número de intentos de salida de África y otros países de Oriente Medio se han incrementado", pero asegura que "aún así las cifras son gestionables" y critica a la UE que, a su juicio, "puede asumir mucha más responsabilidad". Y Mazkiaran, por su parte, ahonda en la tesis de que el flujo de inmigrantes es inevitable: "O se garantiza su entrada a través de visados, o vamos a tener estas entradas irregulares en Europa a través de intermediarios", asegura.

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Cambio en la política exterior

"La UE tiene que unir la política de control de los flujos migratorios con los conflictos que los provocan, actuar en esos países y no mirar para otro lado", plantea con una perspectiva más amplia el portavoz de SOS Racismo, que plantea que los 28 deben actuar con mayor firmeza "en el terreno de la diplomacia" e incluso no descarta una intervención directa. Lo mismo opina Serrano, que plantea que "si la UE se centra en el control de fronteras y cierra las vías legales de entrada la gente va a intentar conseguir protección igualmente, porque no se va a solucionar el problema de fondo".

En este sentido, la dirigente de Amnistía Internacional pide que Bruselas proteja a la población civil en el territorio de los países en conflicto, y plantea otras dos medidas concretas: llevar los crímenes de guerra de regímenes como el sirio ante la Corte Penal Internacional y, especialmente, "decretar un embargo de armas para Siria, que es una iniciativa que llevamos mucho tiempo pidiendo". Mazkiaran, por su parte, coincide en que la raíz del problema de la inmigración irregular se encuentra en estos conflictos, y sostiene que la guerra en Siria "ha superado en número de refugiados al genocidio de Ruanda de 1994". "Esas cifras tienen que obligar a la UE a adoptar una postura política", remacha.

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