Terrorismo

Estado Islámico reivindica la masacre del Manchester Arena: 22 muertos y 59 heridos

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El atentado perpetrado el lunes por la noche junto al Manchester Arena ha vuelto a situar a Reino Unido en el centro de una amenaza terrorista que se ha extendido en los últimos años por algunos de los principales países de Europa y que ha dejado ya varios episodios trágicos en territorio británico.

El del lunes –22 fallecidos y 59 heridos– es el segundo atentado más mortífero que tiene lugar en Reino Unido desde el 7 de julio de 2005, cuando más de medio centenar de personas perdieron la vida por una cadena de explosiones que sacudió el sistema de transporte público londinense. Tres artefactos estallaron en el concurrido metro de la capital, mientras que una cuarta bomba hizo explosión en un autobús.

La organización terrorista Al Qaeda asumió la responsabilidad de un atentado al que seguirían numerosas amenazas a lo largo de los últimos años, en su mayoría derivadas del radicalismo islamista. El grupo Estado Islámico ha puesto a Londres en su punto de mira para seguir con un rastro de destrucción que ya ha dejado huellas en otras capitales europeas como París o Berlín.

El director de la agencia de Inteligencia MI5, Andrew Parker, aseguró en octubre de 2016 que las fuerzas de seguridad habían logrado frustrar doce ataques terroristas desde junio de 2015, si bien las autoridades han reconocido que el riesgo sigue estando muy presente.

El país, de hecho, mantiene su nivel de alerta en severo, el segundo más alto de la escala de amenazas. Existe por tanto un riesgo alto de que se produzca un atentado en territorio británico aunque, sobre el papel, el Gobierno sigue sin ver indicios de ataques inminentes.

El tipo de amenaza terrorista ha variado desde los atentados del 7-J, orquestados de forma organizada y cometidos por toda una célula. Las autoridades británicas han situado ahora entre los principales desafíos a los lobos solitarios, personas radicalizadas que actúan por su cuenta o al menos sin directrices claras de grupos internacionales.

En la memoria de los británicos aún sigue presente el caso del militar Lee Rigby, un soldado que fue asesinado en plena calle en el barrio de Woolwich el 22 de mayo de 2013. Fue atropellado y casi decapitado por dos hombres británicos de origen nigeriano y convertidos al islam: Michael Adebolajo y Michael Adebowale. Adebolajo y Adebowale dijeron actuar como venganza por los musulmanes muertos a manos de las fuerzas militares de Reino Unido. Ambos fueron condenados a cadena perpetua en febrero de 2014.

El último atentado registrado en suelo británico tuvo lugar el 22 de marzo de este año frente al Parlamento británico y fue obra de una sola persona, Khalid Masood, aunque en este caso Estado Islámico se atribuyó la autoría en un comunicado. Un atropello masivo y el posterior apuñalamiento de un agente se saldó con cinco víctimas mortales.

El grupo terrorista Estado Islámico ha reivindicado la responsabilidad por el atentado y ha asegurado que el ataque ha sido perpetrado con varios artefactos explosivos contra "una reunión de cruzados". "Con la gracia y el apoyo de Alá, un soldado del califato logró colocar varios artefactos en medio de una reunión de cruzados en la ciudad británica de Manchester, en venganza por la religión de Alá, en un intento por aterrorizar a los mushrikin (incrédulos) y en respuesta a sus transgresiones contra las tierras de los musulmanes", ha asegurado el grupo terrorista, en un mensaje publicado en Amaq y difundido por el grupo de Inteligencia SITE.

En su comunicado, publicado también con una versión en inglés, Estado Islámico asegura que el ataque ha incluido "varios artefactos explosivos" que estallaron en el "desvergonzado" concierto en el Manchester Arena, dejando "30 cruzados muertos y 70 heridos". Este balance contrasta con la cifra de las autoridades, que mantienen que han muerto al menos 22 personas y que hay 59 heridos. El grupo que lidera Abú Bakr al Baghdadi afirma que habrá más ataques contra "los seguidores de la cruz y sus aliados", "con el permiso de Alá".

La cadena Sky News ha informado de que el autor del atentado ha sido identificado como Salman Abedi, citando fuentes de la inteligencia norteamericana. Estas mismas fuentes apuntan a que el sospechoso habría viajado de Londres a Manchester en tren, según la agencia Reuters.

Abadi nació en Manchester en 1994 y es el tercer hijo de una familia de refugiados libios que llegó a Reino Unido huyendo del régimen de Muamar Gadafi, según el periódico Daily Telegraph. Inicialmente, se instalaron en Londres, pero se mudaron a Manchester y desde hace diez años vivían en la zona de Fallowfield, adonde la Policía ha acudido este martes.

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