políticos y paraísos fiscales

Eurodiputados desviaban dinero de su partida de gastos generales al fondo privado de pensiones de Luxemburgo

Eurodiputados en una sesión del Parlamento en Estrasburgo , en 2013.

Al menos parte de los eurodiputados que formaban parte del fondo de pensiones creado en 1990 y gestionado por una sicav en Luxemburgo utilizaban fondos públicos para financiar su aportación teóricamente privada. Así lo han denunciado a infoLibre varios parlamentarios y exparlamentarios europeos, que explican que, a pesar de que el Parlamento Europeo tan sólo ingresaba formalmente dos euros por cada uno que abonaba el eurodiputado, la fracción que supuestamente pagaba cada representante salía de las diferentes dietas que la Eurocámara ponía a su disposición.

En concreto, ese dinero procedía de la partida destinada a gastos generales, pensada para cubrir los costes de material de oficina, teléfono o gastos informáticos. A pesar de que el Reglamento del Parlamento Europeo deja claro que esos fondos tienen que dedicarse a la finalidad prevista, parte del dinero se habría desviado para el pago de las pensiones de los eurodiputados, algo que ya denunció Jesús Bueno, exasesor del antiguo eurodiputado Antonio González Triviño.

Un portavoz oficial de la Eurocámara, a preguntas de este periódico, ha explicado que esta asignación "es un gasto fijo" que se ingresa a los eurodiputados y por el cual no se han pedido cuentas, a diferencia de lo que ocurre con dietas como la de viajes, donde el parlamentario tiene que presentar las facturas para que la Eurocámara le reembolse el gasto. Y destacan que, si el eurodiputado no gasta toda la suma, la cantidad restante "no hay que devolverla".

Un antiguo miembro español de la Eurocámara, que pidió a este periódico mantener el anonimato, explica que "el Parlamento Europeo, durante años, retenía al eurodiputado su contribución 'privada' al fondo de pensiones de estos gastos de oficina, con la idea teórica de que luego el eurodiputado reembolsaría esas cantidades", algo que, señala, no se ha producido. En la misma línea, la exeurodiputada de IU Laura González ha reconocido que el tercio que aportaba al plan provenía de lo que le pagaba la Eurocámara –hasta 2009 los parlamentarios recibían su salario base de las Cortes Generales–, si bien ha señalado que no recuerda "de qué dieta en concreto" se sacaba el dinero.

La mayoría "no conoce" o "no recuerda" el método

"El problema de este fondo no es que sea una sicav", denuncia un exparlamentario que ha hablado con infoLibre. "El problema es de dónde han salido las aportaciones 'privadas' de los eurodiputados". En este sentido, reconoce que no puede "probar que nadie haya devuelto esas aportaciones a cuenta hechas desde la partida de gastos [generales]", pero es tajante al denunciar que "así se montó, así te lo vendían y así ha sido". Otros eurodiputados consultados, sin embargo, se muestran menos claros, aunque no desmienten la información y la gran mayoría afirma "no recordar" o "no conocer" el mecanismo exacto utilizado para cubrir esa parte privada del fondo.

La socialista Inés Ayala, eurodiputada desde 2004, señala que no sabe cómo se financia su aportación al fondo y ha señalado que hasta la semana que viene, cuando vuelva a España y disponga de la documentación, no podrá "ofrecer datos concretos sobre el tema". No obstante, Ayala ha admitido que la asignación de gastos generales carece de control por parte del Parlamento, aunque ha matizado que "lo primero que le dicen" a los eurodiputados cuando toman posesión de su escaño es que "guarden los recibos", ya que pueden ser objeto de una inspección para comprobar si están dedicando este dinero a los fines a los que está destinado.

Por su parte Willy Meyer, el antiguo líder de IU en Bruselas que ha dimitido tras desvelar este diario que formaba parte de la sicav, ha explicado igualmente que no tiene "constancia de esta circunstancia" y que la semana que viene aprovechará el viaje que tiene planeado a Estrasburgo para formalizar su renuncia para informarse sobre el fondo de pensiones. Desmemoria, por su parte, ha sido lo que ha alegado el exparlamentario y exconsejero andaluz de Agricultura Luis Planas, que abandonó el Parlamento Europeo en 1993. Y Camilo Nogueira –eurodiputado entre 1999 y 2004 por el BNG– ha declinado hacer declaraciones a este periódico y ha asegurado que no tiene "ningún interés en participar en la información" porque el plan de pensiones no es "ningún misterio".

De los eurodiputados consultados por infoLibre, la única que ha negado de forma tajante que una parte de su fondo de pensiones saliese de la partida de gastos generales ha sido la eurodiputada por el PP Cristina Gutiérrez Cortines, quien asegura que el tercio que abonaban los eurodiputados al plan de pensiones procedía "de su ahorro", si bien ha reconocido que la dieta de gastos generales carece de control y que "algún" parlamentario podría utilizarla para sufragar otro tipo de gastos. 

El portavoz oficial del Parlamento europeo, por su parte, no ha podido confirmar si esta aportación partía directamente del bolsillo de los parlamentarios o de una parte de la dieta de gastos generales a la que tiene derecho cada diputado, y se ha limitado a responder a este periódico que "la cotización de los diputados al régimen de pensión se fijó en un tercio" y que "todas las contribuciones se invirtieron en el fondo de pensiones creado por la sociedad que gestionaba la sicav".

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¿Qué es la partida de gastos generales?

Pero esta asignación, ¿en qué consiste? Pues según explica la página web de la propia Eurocámara, "estas dietas [de gastos generales] están destinadas a cubrir los gastos en el Estado miembro de elección, tales como los gastos de gestión de oficina de los diputados, los gastos de teléfono y los gastos postales, así como la compra, el funcionamiento y el mantenimiento de los equipos informáticos y telemáticos", y en la actualidad asciende a 4.299 euros mensuales, que se ven reducidos a la mitad si el parlamentario no asiste a la mitad de las sesiones plenarias de un año "sin la debida justificación".

El escándalo saltó la semana pasada, cuando infoLibre publicó que un número indeterminado de eurodiputados mantenía un fondo de pensiones en Luxemburgo con una sicav. Este fondo, según reconoció con el paso de los días el Parlamento Europeo, estaba cofinanciado por la propia institución, que aportó hasta el año 2009 casi 100 millones de euros. El grupo de eurodiputados adscritos al fondo cuenta con más de 100 parlamentarios españoles, entre los que se encuentran tres ministros de los Gobiernos de Rajoy –Cristóbal Montoro, Ana Mato y Miguel Arias Cañete–, así como la líder del PSOE en Bruselas, Elena Valenciano, además del mencionado Willy Meyer y la líder de UPyD, Rosa Díez.

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