Inmigración

Las ONG te explican por qué un millar de inmigrantes cruza el Estrecho a la desesperada en agosto

La mañana de este martes 755 inmigrantes llegaron a las costas de Tarifa (Cádiz). Cerca de 80 embarcaciones, lanchas de juguete en su mayoría, pusieron rumbo a la Península. Son ya más de mil los subsaharianos que han puesto en riesgo sus vidas en las últimas 48 horas cruzando el Estrecho, en la mayor oleada migratoria desde 2006. Paralelamente alrededor de 750 inmigrantes intentaron saltar la valla de Melilla este martes, aunque sólo unos 80 lo lograron, a pesar de que se ha instalado una malla antitrepa y había un amplio despliegue policial.

El buen tiempo, la luna llena, la pasividad de las autoridades marroquíes o la instalación de una malla antitrepa en la valla de Melilla –que se ha demostrado poco operativa– han sido las principales explicaciones del Ministerio del Interior para justificar el fenómeno del cruce masivo en el Estrecho en las últimas horas. Sin embargo, tanto Amnistía Internacional (AI) como la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) asegura que se trata de un problema estructural fomentado por el cierre de fronteras a nivel europeo.

“Ante el cierre de fronteras tanto en España como a nivel europeo –explica AI a infoLibre– miles de personas tratan de superar estas barreras sin importar la forma que sea”. Se trata, al fin y al cabo, de inmigrantes que provienen de países en conflicto: Mali, República Democrática del Congo o República Centroafricana, recuerda la organización humanitaria. Este mismo argumento es compartido por Estrella Galán, secretaria general de CEAR, que asegura que la mayor parte de estas personas proceden de países donde se violan de forma insoportable los derechos humanos.

La estricta política fronteriza impide solicitar asilo a miles de personas que son perseguidas o refugiadas. Según informa Amnistía Internacional, el 50% de los subsaharianos que optan por dejar su país y lanzarse al mar en patera son potenciales refugiados. De la misma manera, CEAR recuerda que la propia agencia europea de protección de fronteras Frontex ha reconocido que los flujos migratorios son mixtos, lo que quiere decir que muchas de estas personas responden a perfiles susceptibles de necesitar protección internacional.

"Anteponen las fronteras a las personas"

Este grupo de personas es cada vez mayor, pero sin embargo, las polémicas “expulsiones en caliente” no permiten ni identificar ni regularizar la situación de estos inmigrantes. Así, “terminan por recurrir a otras formas de entrada que ponen en riesgo su integridad física”. CEAR asegura que a pesar de que cada vez se implantan medidas más agresivas, todas ellas suponen un fracaso para frenar la inmigración irregular. En este sentido, condenan las políticas de bloqueo que no cumplen con los convenios internacionales.

El blindaje de los países de la UE y la imposibilidad de pedir asilo empujan a miles de personas a optar por lanchas de juguete que les permitan llegar a costas europeas. Entre 2007 y 2013, la UE invirtió 2.000 millones de euros en el cierre y refuerzo de fronteras frente a los 700 millones destinados a solucionar los problemas de asilo y refugiados, denuncia Amnistía Internacional. “Anteponen las fronteras a las personas”, condena la organización, que recuerda el elevado coste de la nueva malla antitrepa en Melilla. “Son medios muy costosos que suponen un detrimento de los derechos humanos”.

Si bien es cierto que el buen tiempo y las diferentes formas de control fronterizo repercuten en la llegada de inmigrantes por mar, para AI no hay duda de que se trata de un problema estructural y no puntual, como ha asegurado el Ejecutivo. “Las políticas fronterizas se están situando por encima de la vida de las personas; los Estados miran hacia otro lado en materia migratoria olvidando que forman parte de convenios internacionales que la regulan”.

España no es el único país europeo que se enfrenta a la llegada de cientos de pateras a sus costas. A principios de este mes de agosto, 2.227 inmigrantes fueron interceptados en el Canal de Sicilia en Italia. Según datos oficiales, más de 70.000 personas de origen subsahariano han llegado a costas italianas en lo que va de año. Desde Amnistía Internacional aseguran que la llegada de inmigrantes es mínima y piden que se “relativice” esta cifra frente a los discursos más alarmantes.

Para la organización, la solución pasa por nuevas políticas migratorias que protejan los derechos humanos y respeten los convenios internacionales y europeos. Por su parte, CEAR demanda que "se habiliten vías seguras de llegada para todas aquellas personas susceptibles de necesitar protección internacional, puesto que de no ser así estos inmigrantes se ven abocados a acceder por rutas cada vez más peligrosas, lo que desemboca en dramas como el de Lampedusa".

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