Cataluña

Los ‘trabucaires’ de Cardedeu: ¿fiesta popular o delito?

El edil del PP Jaume Gelada, entre Alberto Villagrasa y Alberto Fernández Díaz, a su llegada a la Fiscalía Superior de Catalunya, este 25 de agosto.

La Fiscalía Superior de Catalunya ya tiene en su poder la denuncia de un concejal del PP por "acoso e intimidación" contra siete trabucaires que se apostaron frente a su casa y dispararon varias salvas de pólvora. Una simulación de "fusilamiento", según el edil conservador, Jaume Gelada. Acusación desmentida rotundamente desde el otro lado, que enmarca los hechos en las despertadas de las fiestas populares. 

Pero, ¿qué ocurrió? Fue el pasado 17 de agosto, en la pequeña localidad de Cardedeu (17.500 habitantes), en Barcelona. Los trabucaires comenzaron su ronda a primera hora de la mañana. ¿Pero qué son los trabucaires? Son hombres disfrazados y armados con trabucos, que perpetúan una tradición del siglo XVI. Fue entonces cuando comenzó una labor de acompañamiento de las fiestas locales catalanas para lanzar salvas de gala y dar más empaque a algunas ceremonias. 

A las siete de la mañana, según el relato del concejal Gelada a infoLibre, una docena de trabucaires de Cardedeu se apostaron frente a su domicilio particular y formaron dos hileras tarareando el himno del PP. Comenzaron a abrir fuego al aire, un hecho que el edil, que se hallaba en esos momentos en su terraza, sintió como un "fusilamiento", como si "estuviera en el paredón". Al acabar, se marcharon también tarareando la sintonía de los conservadores. A los miembros de la colla de Cardedeu les acompañaban otros integrantes –"cuatro o cinco"– de la de Igualada, pero estos "no hicieron nada". "Me sentí violentado, ultrajado, señalado en mi propio domicilio, donde estaba con mi familia, y es una línea roja que no voy a permitir que se traspase".

Gelada denunció primero los hechos ante la Policía y ayer lunes lo hizo ante la Fiscalía, en Barcelona, apoyado por el presidente del PP provincial, Alberto Villagrasa, y el líder del partido en el Ayuntamiento de la capital catalana y responsable de asuntos institucionales de la formación, Alberto Fernández Díaz. En la denuncia el edil identifica a siete trabucaires, a los que vincula a partidos o entidades soberanistas (ERC, CUP y Òmnium Cultural). El concejal ve detrás de la "agresión" un "fin vengativo", porque hace unos meses denunció la pintada de una estelada en un muro que era propiedad de Adif, y que un juez ordenó limpiar. Una pintada en la que participaron miembros de ERC y de la CUP, algunos de los cuales protagonizaron el disparo al aire del pasado 17 de agosto. "Yo acepto todo tipo de críticas, de mofas, pero no que vayan a mi casa y me señalen. ¿Tiene relación con la consulta soberanista del 9 de noviembre? Ellos lo relacionan todo. Yo no querría. Sí es cierto que ha habido vecinos que me han mostrado su apoyo en privado pero temen darlo en público", narraba ayer a este diario. 

Comunicado del Ayuntamiento

Entre quienes, según su testimonio, le ha prestado respaldo se encuentra la alcaldesa de la localidad, Calamanda Vila (CiU). "Me dijo que no era correcto acosar a un concejal". El Ayuntamiento emitió un comunicado con el que el equipo de Gobierno dejó constancia de que "no aprueba el comportamiento de los trabucaires cuando actuaron de forma molesta delante del domicilio de un edil que no les es próximo". Pero a continuación cargó contra Gelada: "Consideramos que, de esta manera, se han dado motivos para reaccionar, como lo han hecho, desmedidamente, él y los medios de comunicación estatales poco amigos de la derecha". El domingo, La Razón tituló en portada "Los soberanistas ejecutan al PP". 

"Los hechos ocurridos –concluyó la nota del Consistorio– no representan de ninguna manera el sentir de todos los ciudadanos, que lo que quieren es una convivencia pacífica y amable, y disfrutar de la fiesta mayor". 

El grupo de trabucaires, según ha ido explicando en los últimos días en los medios y a través de las redes sociales, niega el acoso a Gelada y recuerda que su función es despertar a los vecinos en los días de los festejos, durante su recorrido de más de horas por las calles del municipio. Y "gran parte del tiempo, como se puede comprobar en las imágenes, desfilamos y disparamos en formación, como parte de la recreación histórica que queremos emular", se puede leer en la cuenta de Facebook del portavoz de la entidad, Manel Àlvarez. Los trabucaires sí admiten que algún miembro pudo tararear el himno del PP al ver al concejal en el balcón de su casa, y añaden que se desfiló por toda la localidad, "no sólo delante" de su domicilio, informa TVE. Los integrantes de la colla de Cardedeu se quejan de la "manipulación" y de que se hayan sacado los hechos de su contexto, una despertada en fiestas. Este diario no logró contactar con Àlvarez ni con otro responsable de la asociación. 

Los 'trabucaires' de Cardedeu, apostados frente a la casa del concejal del PP | FACEBOOK TRABUCAIRES

Las reacciones se han ido multiplicando en los últimos días. Ayer, Albert Rivera, líder de Ciudadanos (C's), tachó de "injustificable" el "fusilamiento" simulado de Gelada, y presumió que detrás no hay bromas, sino "delito o amenazas". Lo achacó a la cuestión soberanista, al "debate encima de la mesa que divide a los catalanes en dos bandos". La portavoz del PSC, Esther Niubó, aseguró que su partido condenará "sin paliativos" la actuación de los siete trabucaires denunciados siempre que "se demuestre que hubo mala intención, vinculada a un acto violento", algo que "se desconoce por el momento", informa Europa Press. 

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¿Por qué esta última matización? "Si los trabucaires lo hicieron adrede, intentando acosar al concejal del PP, por supuesto que condenamos. Pero de momento hay dos versiones contrapuestas, no sabemos si en realidad existió esa intención", aclaró Niubó posteriormente, en conversación telefónica con infoLibre. Los socialistas creen que aún no se palpa una "crispación social" en la calle a cuenta de la consulta, de modo generalizado, aunque se temen que la tensión aumente una vez que se dé un portazo al referéndum. "Y eso es lo que hemos advertido muchas veces, que se puede romper la unidad civil de los catalanes por la que siempre hemos trabajado", insistió. 

¿Pero tras estos hechos puede haber delito? El PP, desde luego, no tiene dudas, y denuncia "acoso e intimidación" a Gelada. Miguel Olmedo, catedrático de Derecho Penal de la Universidad de Granada, no lo tiene tan claro. Entiende que el escrito ante la Fiscalía contenga esa apreciación, pero presume que lo ocurrido encaja mejor dentro de la categoría de "coacciones", puesto que el comportamiento de los trabucaires el 17 de agosto fue "genérico", no se vieron "amenazas concretas dirigidas contra el edil". Las coacciones son castigadas con cárcel –entre seis meses a tres años– o con multa de 12 a 24 meses, según estipula el artículo 172 del Código Penal. Pero, según este catedrático, "el 99%" de las denuncias por coacciones se derivan finalmente por el artículo 620. 2ª. O sea, que se catalogan como falta, lo que acarrea simplemente una multa. 

Para Olmedo, si los acusados hubieran actuado con reiteración, entonces "sí quizá podría perseguirse como acoso", pero incluso en esa circunstancia, por la característica de los hechos del 17 de agosto, sería complicado, a su juicio, que superasen la etiqueta de mera coacción. Este experto, en cualquier caso, sí considera que este tipo de sucesos están ligados al "clima de crispación" existente en Cataluña. 

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