Escándalo tarjetas

Moral Santín: “Yo prefería tener despacho o vehículo pero me dieron una tarjeta black”

José Antonio Moral Santín entra a declarar en la Audiencia Nacional.

infolibre

El ex vicepresidente de Caja Madrid José Antonio Moral Santín aseguró ante el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu que hubiera preferido tener despacho, apoyo administrativo o técnico y poder disponer de un vehículo de la flota de la entidad, pero le dieron una 'tarjeta black', de la que podía disponer "libremente", sin aceptar justificantes de los gastos.

En su declaración judicial, a cuya grabación ha tenido acceso Europa Press, Moral Santín destacó que el entonces secretario general, Ángel Montero, le comunicó que se trataba de una "institución consolidada" desde hacía años en la caja de ahorros y que podía destinar la tarjeta tanto a gastos relacionados con el ejercicio de su actividad, como otros de "carácter más personal".

Al ser preguntado por el juez por la extracción de una sola tacada de 300, 500 o 600 euros de los cajeros automáticos, Moral Santín reconoció que sacaba este dinero y lo concebía como "una remuneración de la que podía disponer libremente". "Tenía un flujo de recursos para reparar el automóvil. Tenía una gran dedicación a la caja como consejero y en la obra social y esto me obligaba a tener muchas reuniones con asociaciones, interlocutores institucionales...", añadió.

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"No podía pasar ninguna factura ni la pasé nunca a la caja porque no me la aceptaban, entre otras cosas", continuó su exvicepresidente, para añadir que "hubiera preferido tener unos recursos normalizados". "Cuando nos dieron la tarjeta nos dijeron que no íbamos a tener despacho ni podíamos cargar ningún tipo de gasto de ninguna naturaleza, aunque fuera relacionada con la actividad de consejero".

Moral Santín, a quien el juez fijó después una fianza civil de 610.000 euros, aseguró que no tuvo "ninguna duda sobre el sentido legal y legitimo" de la tarjeta porque se trataba de una de las primeras entidades del país, con unos "reputados y magníficos" profesionales.

"Actué con la convicción de que actué correctamente", precisó. Finalmente, subrayó que los consejeros no tenían competencias en la gestión de las 'visa' y que no era un gasto de empresa, sino un "rendimiento de trabajo". "En este sentido, efectivamente Caja Madrid tenía que retener y cumplir las exigencias tributarias de esas remuneraciones", concluyó.

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