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Cataluña

La 'operación diálogo' en Cataluña abre una fisura en el PP y en el Gobierno

Mariano Rajoy, y el presidente de la República Francesa, François Hollande, durante la rueda de prensa al término de la XXV Cumbre Hispano-Francesa.

Enric Millo, delegado del Gobierno de España en Cataluña: "Entre el Gobierno y la Generalitat hay contactos a todos los niveles". Xavier García Albiol, coordinador general del PP catalán: "El Gobierno no está manteniendo reuniones secretas con nadie". Y Mariano Rajoy: "La posición del Gobierno [sobre Cataluña] es conocida. Estoy dispuesto a hablar de los problemas reales que interesan a los ciudadanos". Estas tres declaraciones, pronunciadas entre este domingo y el lunes, reflejan la falta de unidad de discurso del PP y del Ejecutivo a la hora de hacer frente a la situación en Cataluña. Pero no sólo la falta de unidad de discurso. También ponen en evidencia la falta de acuerdo en las filas conservadoras sobre cuál debe ser la hoja de ruta en esta materia para los próximos meses.

Estas declaraciones se producen días después de que el expresidente de la Generalitat, Artur Mas, asegurara en una conferencia en la Universidad Autónoma de Madrid que existe una tercera vía para aliviar la tensión entre el Estado y la Generalitat y coinciden con la visita de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, a Barcelona para participar en dos actos de entregas de premios en los que tuvo la oportunidad de cruzarse con políticos y personalidades de la sociedad catalana. Es a ella, en su condición de ministra para las Administraciones Territoriales, a quien Rajoy ha encomendado la bautizada como operación diálogo.

Dirigentes del PP consultados por infoLibre admitían este lunes su malestar por el hecho de que el delegado del Gobierno hablara abiertamente de "contactos" con el Govern. "Las conversaciones, los encuentros, se producen, y a veces son públicas pero no siempre. De hecho, para que las cosas se puedan hablar con la serenidad que requieren, hacerlas públicas lo dificulta", explicó en una entrevista del 324. Un sector al que puso voz el propio García Albiol al asegurar que puede haber conversaciones entre administraciones pero a nivel de secretarías de ministerios y consellerias para resolver cuestiones que "en su día a día" afectan a su trabajo.

En este sentido, el futuro líder de los conservadores catalanes en sustitución de Alicia Sánchez-Camacho, sostuvo que el encuentro en Barcelona de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, con el vicepresidente catalán, Oriol Junqueras, fue "la última negociación". Esta cita tuvo lugar el 10 de enero.

"Lo que queremos es que el Govern se siente a la mesa, esté dispuesto a romper el bloqueo y esté dispuesto a hablar de los problemas reales de los catalanes", entre los que mencionó la sanidad, los servicios sociales, las infraestructuras y la financiación. Lo que no significa, dijo, que el Gobierno esté trabajando en "ningún tipo de propuesta que vaya en la línea de compensar la celebración de un referéndum".

"Estamos ante un tema muy delicado que divide a nuestro electorado: el de mayor o menor dureza con los independentistas, siempre desde el rechazo frontal al referéndum. Y no podemos permitirnos que cale la idea de que en esta funciona la bilateralidad y que Puigdemont va a lograr algo a cambio de frenar la consulta. La ley es igual para todos", señala un dirigente del PP de Cataluña. 

Rajoy no se pronuncia

En medio de este cruce de declaraciones contradictorias, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, evitó pronunciarse sobre las declaraciones de Millo y se limitó a señalar que la posición del Gobierno sobre la situación en Cataluña y los planes de referéndum la conoce tanto la Generalitat como el resto de la opinión pública. El Gobierno, dijo, está dispuesto a hablar con Cataluña de dependencia, infraestructuras, inversiones, del Corredor Mediterráneo... pero no de independencia. Así se manifestaba al término de la Cumbre Hispano Francesa, celebrada en Málaga. Similares argumentos vertió en una entrevista concedida horas después a Telecinco

"Si hubiera o no conversaciones discretas o secretas no las iba a contar yo. Porque entonces no iban a ser discretas o secretas", añadió. 

"Se puede hablar de todo, dentro de la ley y sin priorizar a Cataluña respecto al resto de comunidades autónomas. Pero no de referéndum", añade un líder territorial del PP.

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Desde que el pasado abril Rajoy y Carles Puigdemont se reunieron en Moncloa y el president trasladó al líder del PP un listado de 46 peticiones al Estado, en Moncloa han sido muy insistentes en que se puede hablar de todas, de 45, menos de una: la que reclama la consulta para la independencia. 

En las últimas semanas, Rajoy ha podido escuchar de su partido y de miembros de su Gobierno diferentes opiniones sobre cómo sería interpretada ahora una reunión con Puigdemont en la sede de la Presidencia del Gobierno. Las impresiones son contradictorias. Hay quienes creen que en las próximas semanas debería convocar al president para trasladarle de nuevo su mensaje. A saber: no al referéndum y posibilidad de hablar sobre el resto de demandas. También hay quienes creen que debe hacerle una oferta concreta dentro de la legalidad para no dar "munición" al Govern en la línea de que Rajoy no se mueve. Y quienes no son partidarios de un encuentro. 

Los dirigentes que se ubican en el último de los dos bloques consideran que el Govern está decidido a ir hasta al final con el "desafío" y que, sin referéndum sobre la mesa, no tiene sentido dar el paso. "No adelantemos acontecimientos. Nadie ha convocado el referéndum ni nos consta que se vaya a celebrar", zanjó Rajoy en Telecinco.

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