El futuro de la izquierda

El CIS refleja la dificultad de Unidos Podemos el 26J para captar votos en el centroizquierda

Pablo Iglesias, Alberto Garzón e Íñigo Errejón tras conocer los resultados del 26J.

El mayor talón de Aquiles de Unidos Podemos y sus confluencias a la hora de atraer votantes se encuentra en aquellos que se consideran a sí mismos como de centroizquierda. Al menos, esa es la conclusión que se extrae del último barómetro del CIS, que se hizo público este miércoles y que revela que únicamente el 24% de las personas que se autoubican en el 4 (en una escala en la que el 1 es la extrema izquierda y el 10 la extrema derecha) aseguran haber votado a Unidos Podemos o alguna de sus confluencias territoriales el pasado 26 de junio, la mitad de las que dicen haber elegido la papeleta del PSOE.

El sondeo se ha hecho público en un momento en el que Podemos se encuentra –ya desde hace meses– sumido en un intenso debate estratégico en el que, entre otros temas, también se está discutiendo sobre si la formación debe aspirar a abrirse a sectores sociales que tradicionalmente no votan a la izquierda del PSOE –la tesis defendida por el secretario de Política, Íñigo Errejón– o si, por el contrario, debe centrar sus esfuerzos en movilizar e ideologizar a sectores de la sociedad desencantados con la política y que habitualmente votan poco.

La estrategia a seguir se determinará en el próximo congreso del partido, conocido como Vistalegre II, pero el barómetro del CIS sirve da pistas sobre cuál fue uno de los agujeros de Unidos Podemos el 26J: el centroizquierda. Y es que, según los datos de la encuesta publicada este miércoles por la institución, sólo el 24% de todas las personas que se autoubican en el número 4 de la escala de ideología dice haber votado en las anteriores elecciones a alguna de las candidaturas en las que participaba el partido morado: el 16,8% a Unidos Podemos, el 2,9% a En Comú Podem, el 2,5% a la coalición À la valenciana (que incluía a Podemos, Compromís e IU) y el 1,8% a En Marea.

El absoluto dominador entre los ciudadanos con esta ideología es el PSOE. El 48% de ellos aseguran haber votado a los socialistas el pasado 26 de junio, lo que supone duplicar el resultado de Unidos Podemos y las confluencias. Por el contrario, Podemos y sus coaliciones están por encima de los socialistas en el recuerdo de voto de las personas que se autoubican en la izquierda o la extrema izquierda: el 41,1% de quienes se autoubican en el punto 3 de la escala asegura haber votado morado, por un 47,7% de quienes se sitúan a sí mismos en el 2 de la escala y un 55,7% de quienes se ubican en el 1. La mayor parte de los encuestados se sitúa entre el 3 y el 5 de la escala ideológica: el 21,2% en la posición central, el 13% en el 4 y el 14,3% en el tres.

La clase social y los ingresos

Pero las dificultades de Unidos Podemos para disputar el voto del centroizquierda no serán las únicas que se plantearán en Vistalegre II. Iglesias afirmó hace varias semanas que su intención –en línea con el resto de sus tesis– es que el partido no trate de disputar el concepto de clase media a sus rivales políticos, sino centrarse en construir la fortaleza del partido "en lo popular" y la clase obrera. Pese a que el secretario general ha aclarado en varias ocasiones que considera que el concepto de clase media tiene que ver con las "aspiraciones" del ciudadano, lo cierto es que también cuenta con un componente económico.

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Utilizando la clasificación de clases sociales que ofrece el propio barómetro, y tomando como referencia lo que los encuestados aseguran haber votado el 26J, Unidos Podemos y sus confluencias fueron tercera fuerza entre los obreros cualificados ("manuales cualificados, semicualificados, capataces y artesanos") y no cualificados ("obreros de la industria y de los servicios y jornaleros del campo"). El 13,8% del primero de los grupos afirma haber votado a Unidos Podemos o alguna de sus alianzas –por un 22,2% del PSOE y un 15,8% del PP–, mientras que entre los obreros no cualificados este porcentaje se reduce al 11,1% –por un 26,8% de los socialistas y un 14,4% de los conservadores–.

De igual forma, Unidos Podemos tuvo –según los datos de recuerdo de voto del CIS– problemas el pasado 26 de junio para movilizar en su favor precisamente a los ciudadanos con menor renta. Entre las familias sin ingresos, que ingresan menos de 300 euros o que tienen una renta de entre 301 euros y 600 euros mensuales, Unidos Podemos y sus confluencias tienen resultados similares al resto de los partidos, que recogen muy poco porcentaje de sus sufragios de entre estos grupos. Pero únicamente el 7,6% de los encuestados que dice haber votado a la coalición de Podemos e IU tenía unos ingresos familiares mensuales de entre 601 y 900 euros, por apenas un 2,9% de los votantes de En Comú Podem. La excepción es la alianza de Compromís, Podemos e IU: el 14,3% de quienes dicen que la votaron tenía unos ingresos familiares de entre 601 y 900 euros.

Frente a este dato, el 15,5% de quienes aseguran haber votado al PSOE pertenecen a familias con esta categoría de ingresos mensuales, un porcentaje que es del 11,2% en el caso del PP. Por el contrario, y tomando como referencia el recuerdo de voto, Unidos Podemos y sus confluencias fueron más fuertes el pasado 26J entre familias con situaciones económicas más desahogadas: el 9,4% de los encuestados que recuerdan haber votado a la coalición tenían unos ingresos familiares mensuales de entre 2.401 y 3.000 euros, una cifra que se eleva hasta el 12,9% en el caso de En Comú Podem y que se reduce hasta el 4,8% en el de À la valenciana. Por su parte, el 5,2% de los votantes del PSOE pertenecieron a este grupo, por un 6,7% del PP.

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