Blanqueamiento de ano
Recientemente, ese reputado intelectual español que es Ramón Arcusa, nos ha explicado cómo el calentamiento climático es una patraña urdida por los fabricantes de placas solares y de generadores eólicos para forrarse vendiendo sus productos. También ha dicho que la pandemia no existió.
No ha explicado, sin embargo, cómo los pequeños productores (todavía) de sistemas limpios o menos contaminantes de generación de energía han podido derrotar a las todopoderosas empresas petroleras y de fabricación de automóviles que, naturalmente, hacen todo el lobby que pueden para proteger sus intereses, y ellas sí que son poderosas. Tampoco ha explicado cómo esas empresas que nos pretenden vender el cambio climático y el impacto de la actividad humana en el mismo, han logrado convencer a toda la comunidad científica internacional para que defienda, con datos e investigaciones que les avalan, la idea de que la Tierra se está calentando y que en buena parte es debido a la expulsión masiva a la atmósfera de gases que producen el famoso efecto invernadero.
Hemos echado de menos también la explicación de por qué los médicos y demás sanitarios que en todos los hospitales de España y del mundo se han partido el alma para atender y tratar a los pacientes infectados por el covid no han denunciado la falsedad de la existencia de la pandemia, sin duda, una operación de las farmacéuticas para forrarse vendiendo vacunas, pero que ha estado tan bien concebida que ha llenado las urgencias de todo el planeta de pacientes con síntomas similares que, en muchos casos y por desgracia, fallecían como consecuencia de su dolencia y que poco a poco fueron pudiéndose curar en paralelo con la aparición de fármacos diseñados ad hoc y aprobados por las agencias internacionales de gestión de medicamentos. Todos los gobiernos del mundo han tomado medidas para proteger a sus ciudadanos del contagio. Todos víctimas del engaño de la industria farmacéutica, menos Don Ramón y unos cuantos listos más.
O los científicos desde el mismísimo Carl Sagan están equivocados con el cambio climático o son los negacionistas como Ramón Arcusa y otros gigantes del saber como Miguel Bosé los equivocados. No sé si a alguien le cabrá todavía la duda
Una de dos, o los científicos desde el mismísimo Carl Sagan, que ya lo advirtió en una famosa comparecencia ante el Congreso de los Estados Unidos, en 1985, están equivocados con el cambio climático, y los sanitarios de todo el mundo con la pandemia, o son los negacionistas como Ramón Arcusa y otros gigantes del saber, como José Manuel Soto o Miguel Bosé, los equivocados. No sé si a alguien le cabrá todavía la duda.
Es frustrante constatar lo fácil que resulta engañar a gente, por lo demás bienintencionada, pasa con todos estos negacionistas como pasa con las elecciones, en las que reiteradamente vemos a los obreros y a las capas menos favorecidas de la sociedad votar a la derecha y a sus políticas contrarias a mantener y mejorar los servicios públicos, sanidad, educación, de las que tanto dependen estos mismos votantes, así como la mayoría de nosotros. Como decía el gran historiador catalán Josep Fontana, ovejas votando a lobos. Todo tan absurdo como un blanqueamiento de ano.
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Juan Pedro de Basterrechea es socio de infoLibre.