Tierra Santa

A Guillermo, in memoriam

Asistimos impávidos, a tiempo real y sin pestañear al genocidio palestino. Quince siglos, derramando sangre en una necia “Tierra Santa”.

El cretino de Netanyahu advierte de que la ofensiva durará el tiempo que sea necesario. Exhibiendo su arsenal bélico sin ningún escrúpulo. Cincuenta rondas de bombardeos por tierra y aire en cuarenta minutos. De ello se encargaron, sin que les temblase el gatillo, ciento sesenta aviones. Acompañados de su infantería y artillería. Una guerra desigual. Un miserable genocidio, con el beneplácito de la Comunidad internacional, EEUU, y la Santísima Madre Iglesia.

El Mossad imparte directrices sin escrúpulo alguno en la Franja de Gaza. La mano asesina de los “servicios” secretos israelíes, marcan los objetivos, importándole un carajo las muertes que pueda ocasionar. Misiles de largo y corto alcance contra pirotecnia palestina. Una guerra desigual que lleva fraguándose siglos en Tierra Santa.

Yossef, (Yossi para los colegas) Meir Cohen, director of Mossad desde enero de 2016 reparte cartas marcadas, sobre el tablero de la vida y la muerte. Este asesino sin escrupulos, conocido como el James Bond Israelí con su sequito de 7000 agentes, son el brazo ejecutor de Netanyahu. A cara de perro. Israel y sus aliados (Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia) les sudan los huevos el numero de bajas civiles, les trae al pairo.

Mientras acontece, la ONU, recién levantada de la siesta y tomando café, su secretario general Antonio Guterres, advierte de que la violencia entre Israel y Hamas debe detenerse de inmediato porque tiene el “potencial de desencadenar una crisis humanitaria y de seguridad incontenible”. A hostias. Es lo que hay.

El feed back de este sangriento conflicto deja indiferente al mundo. Las imágenes te salpican mientras almuerzas o cenas, en las noticias del mediodía o la incierta noche. El genocidio esta servido.

De purísima y oro

Pako Martí es socio de infoLibre