GETAFE NEGRO

Fútbol rima con corrupción

Un balón de fútbol.

La novela negra se vuelca en la corrupción. ¿Le intriga saber por qué? Seguramente no. Pocas cosas podrían revelarse tan diáfanas en estos tiempos. De ahí que Getafe negro, el certamen madrileño volcado en el género policiaco y de misterio, haya decidido consagrar su convocatoria a esta tan extendida práctica, además de a la literatura francesa.

Pensando en la corrupción, a Lorenzo Silva, el director del festival, y sus colaboradores, se les debió pasar por la cabeza el fútbol que, como ya hemos contado, vive un importante momento editorial. Así que invitaron a cuatro escritores y periodistas especializados en el tema para intentar dilucidar algunas de las claves de la relación entre el deporte rey, el mucho dinero que mueve -en numerosas ocasiones fuera de los cauces reglamentarios- y la literatura a la que da pie.

Julio César Iglesias (que acaba de publicar el libro La esfera y el guante), Daniel Vázquez Sallés (autor de El intruso), Luca Caioli (colaborador de La Sexta, Marca o el Corriere della Sera) y Orfeo Suárez (Palabra de entrenador; Yo soy español) mantuvieron una charla distendida en una mesa redonda celebrada este viernes que saltó por varios puntos comprometidos.

El fútbol y la burbuja inmobiliaria

Son muchos los constructores y empresarios que como, pongamos por caso, Florentino Pérez, han ocupado el asiento de la presidencia en el palco de diferentes clubes, él mismo el del Real Madrid. ¿Qué hace un constructor como él en un campo como ese?, se preguntaron los ponentes. Construir y hacer negocios relacionados con el equipo que preside, se respondieron. “Aunque ellos son una nimiedad de lo que es la corrupción en el fútbol”, terció Caioli, el más crítico de los participantes en lo que se refiere al nivel de suciedad oculta bajo las alfombras de césped de los estadios.

“(Ernesto) Pellegrini, que se dedicaba al cátering, fue presidente del Inter (de Milán) y a raíz de ahí firmó un contrato para proporcionar el cátering a Fiat. Y Florentino (Pérez) fue capaz de construir en un terreno que no era suyo y saldar la deuda del Real Madrid”, explicó el italiano. Pero el meollo de la corrupción, convinieron con él los otros ponentes, no se concentra sin embargo en estas operaciones de uso (y abuso) del poder que conlleva ocupar un cargo en el mundo del fútbol. La gran tajada, aseguraron, se la lleva la FIFA y las Federaciones nacionales.

El fútbol y la influencia

Para Suárez, más que la posibilidad de hacer negocios, lo que atrae a los empresarios que se involucran en el fútbol es la capacidad de influencia que este les brinda. “Muchos de ellos, pese a dominar su sector no tienen relevancia social, y presiden clubes con la intención de colocarse en una situación de privilegio”, apuntó, para señalar que, en ese sentido, la corrupción en las federaciones “tiene más que ver con el poder que con el dinero”.

Otros presidentes históricos como José Luis Núñez, que lo fue del Barça, llegaron a su puesto, explicó Vázquez Sallés, “sin ser barcelonista, sino por el reconocimiento social, ya que por su estatus económico se había convertido en un personaje muy importante en Barcelona”.

El fútbol y las apuestas

La irrupción de las apuestas deportivas en Internet, a través de conocidos portales como Bwin, ha abierto una nueva vía para la corrupción en una plataforma que, como indicó Suárez, aún no cuenta con una base jurídica sólida. “Partidos amañados siempre los ha habido, pero ahora el volumen es impresionante. Todo el fútbol, desde la Copa del Mundo hasta la tercera división está amañado”, advirtió Caioli, que subrayó que la práctica está siendo perseguida en muchos países, no así en España. “Es una red global y aquí no se reconoce, como el doping”.

El fútbol y el dopaje

La edición, como el fútbol, es así

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El dopaje en el deporte “ha ocurrido con complicidad nuestra, de los periodistas”, se lamentó Iglesias. “Reconozco que esto es la gran estafa, la gran corrupción”. Tras el estallido de la Operación Puerto (en la que nunca se llegó a hablar realmente de fútbol, como puso en cuestión Caioli), pocos dudan ya de que las competiciones de alto nivel están salpicadas de todo tipo de sustancias. “El deporte de élite no se practica para mejorar la salud”, apuntó Suárez. “Es traumático, tanto por el nivel de exigencia como por el dopaje”.

El fútbol y los que lo juegan

El reciente fichaje del Real Madrid a Gareth Bale por 91 millones de euros es solo la punta del iceberg del ingente dinero que mueven las transferencias de jugadores. “Es un mercado oscuro y cada vez más opaco”, afirmó Caioli. “El fútbol es una máquina perfecta para lavar dinero sucio”.

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