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Eduard Fernández, nominado a mejor actor protagonista por 'Todas las mujeres'

Mariano Barroso: “El cine español va a seguir, se pongan como se pongan”

Eduard Fernández con Michelle Jenner, una de 'Todas las mujeres'.

¿Se ha sentido alguna vez al límite por un problema que quizá, solo quizá, exista únicamente en su cabeza? ¿Una minucia que de repente, sin saber muy bien cómo ni en qué momento, se ha convertido en todo un mundo del que ahora resulta imposible escapar? Algo así le ocurre a Nacho, un veterinario cuarentón siempre en lucha por salir adelante, siempre en precario. El hombre, para más inri, trabaja para su suegro, que tiene una granja de novillos y a quien no le une precisamente una relación sincera y cercana. A Nacho no se le ocurre mejor idea que robarle cinco animales para, con el dinero, emprender una nueva vida sin su mujer… y con la becaria.

El plan no sale como él esperaba, y ahí es donde arranca su bucle mental, una suerte de viaje de introspección entre lo místico y lo cómico, en busca de una solución. Para andar el camino hacia la salida recurre a las mujeres de su vida –su exnovia, su madre, su cuñada, su psiquiatra– ávido de consejo y ayuda. Todas, para su sorpresa, tienen la misma recomendación para él: que diga la verdad. Nacho, tan testarudo como canalla, tiene otras maquinaciones en mente.

Concebida inicialmente como película, pero realizada por problemas con la financiación en formato serie (que se emitió a finales de 2010 en el canal TNT), Todas las mujeres se materializa ahora en su género original. Con Mariano Barroso en la dirección y Eduard Fernández, Michelle Jenner, Nathalie Poza, Petra Martínez, María Morales, Marta Larralde y Lucía Quintana como protagonistas, el filme, que se estrena este viernes en cines, fue una de las revelaciones del pasado Festival de Málaga, donde cosechó excelentes críticas.

“Fui a Málaga de lo más relajado, porque no había visto la película”, recuerda Fernández. “Y de repente, cuando vi la reacción de los periodistas, eufórica, me quedé parado”. Poco habría podido hacer para imaginar el resultado final, dado que Barroso acumulaba entonces siete montajes del filme en su ordenador, diferentes recomposiciones de escenas de la serie. “Igual tiene que ver con la acumulación, pero gana en película”, cree el protagonista. “Coge fuerza, y presenta a un hombre cada vez más desesperado, más cómico”.

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Dibujado con el perfil del “antihéroe total”, Nacho es, en palabras de su padre, Mariano Barroso, alguien “incapaz de enfrentarse a las cosas, que quiere hacer responsable a los demás, además de súper manipulador. Él acude a las mujeres por un vínculo emocional, y son ellas quienes le ponen freno”. A través de sus relaciones, el verdadero yo de Nacho –el embaucador, el cuentista, también el inseguro e infantil–, se irá definiendo y revelando ante el espectador, que seguramente se sentirá tan atraído como repelido por él, siempre con sus argucias a mano. 

¿Y qué pasaría si se voltearan las tornas y en vez de un hombre como protagonista, fuera una mujer la que acude con sus artimañas en brazos de los hombres de su vida? “No me lo imagino”, dice Fernández. “En una cultura tan machista, ella tendría que ser muy retorcida". Más aún, dice Barroso: “Sería una hija de puta, una mujer fatal. Muy tarada”. Aunque no con esa premisa, la historia sí tendrá su vuelta de tuerca: una segunda parte con el mismo personaje, “que da mucho juego”. “Ya sabemos cómo reaccionaría en cualquier situación. Pones el play y ya funciona: eso es un disfrute”. play

En unos tiempos de polémica y enfrentamiento en torno al cine y su financiación, Barroso reconoce que esta película se ha hecho enteramente a base de subvenciones. “Las de Eduard, Michelle, Nathalie…, no del Ministerio de Cultura”. Sobre su particular percepción del porqué de la aparente inquina del ministro Montoro y del Gobierno en general por el sector, dice no poder obviar la extendida teoría de que “tiene que ser una vendetta”. “Pero te dices: no puede ser. El caso es que explicación lógica no parece que haya ninguna, porque hacer lo posible para cargarte una industria no parece razonable”. Pase lo que pase, eso sí, asegura que “con lo que no van a poder es con la ilusión. El cine español va a seguir, se pongan como se pongan”.

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