Cine

Cuando ser ciego no impide hacer cine

Gabor Benne, el protagonista del documental.

La historia de la vida del húngaro Gabor Benne bien vale –y él bien lo sabe- una película. A los 17 años tuvo que saltar las fronteras para huir de la dictadura, y tras un periplo “por muchos países”, en el que aprendió cinco idiomas, el español incluido, regresó nuevamente a su país para estudiar cine. “Entonces me establezco como director de fotografía, primero en Madrid y luego en Sudamérica y EEUU”, recuerda. A lo largo de ese tiempo llegó a participar en películas como la polémica obra de Barbet Schroeder La virgen de los sicarios (Colombia, 1999), uno de entre los muchos encargos que llevó a cabo, “algunos que tenía que haber aceptado y otros, que no”. 

Pero Gabor no se engaña: no es por sus viajes por el mundo ni por sus cualidades profesionales por lo que su biografía impacta, sino por otro hecho mucho menos positivo: está ciego desde hace una década. Lo que, para él, no significa que no pueda seguir ejerciendo su trabajo como director de fotografía. Es en torno a esta hazaña que gira el documental Gabor, dirigido por el director argentino Sebastián Alfie, de estreno este viernes en cines y con el premio al mejor documental español de Documenta y el del público al mejor director en el Festival de Málaga a sus espaldas.

El germen de la película se gesta en España, donde ambos, Alfie y Benne, residen. El cineasta había recibido un encargo de la ONG catalana Ojos del mundo, que proporciona ayuda a los discapacitados visuales, de hacer un cortometraje en Bolivia sobre los programas que se llevan a cabo en el país andino para intentar paliar la ceguera evitable. “Andaba buscando una cámara Viper, que es una cámara digital rara, como la que se usó en películas como El curioso caso de Benjamin Button o Zodiac”, explica. “Y el único que la tenía era Gabor”.

Don Emilio, un boliviano que recupera la vista. 

Tras perder la vista por una conjuntivitis, el húngaro se había establecido como gerente de una empresa de alquiler de equipos de cine. “Jugaba con el tema de las Vipers, y fue una coincidencia que Sebas andara buscando esa cámara”. A partir de ahí se produjo el flechazo de un director por una historia extraordinaria: la de un director de fotografía invidente. “Sabía que si no la contaba yo, la iba a contar alguien”, reconoce Alfie, que admite que la trama recuerda a otras de ficción como la de Un final made in Hollywood, de Woody Allen, o Los abrazos rotos, de Pedro Almodóvar, aunque en este caso sin moraleja de por medio. Y de realizador de spots y cortos, el argentino pasó a firmar su primer largo que, como revela, ya le estaban disputando otros cineastas que habían conocido a Gabor. “Decidí hacerlo con él porque vi que era un joven director que buscaba romper puertas”, dice el protagonista. “Porque yo también soy un rompepuertas”. rompepuertas

En plena Bolivia, donde discurre la narración, las historias se entremezclan: la protagonizada por Gabor, ciego, que trabaja como director de fotografía para el cortometraje de Ojos del mundo, y la de la grabación del cortometraje de Ojos del mundo, con sus propios protagonistas, personas invidentes pero curables que se someten a una operación. Se produce así un juego de cine dentro del cine, y se entremezclan la realidad y la ficción. “¿Cómo te parece a ti que funciona?”, pregunta inquieto Gabor. “Como hasta ahora la película solo la han visto profesionales, no sé qué esperarán los espectadores...”.

Gabor junto al director, Sebastián Alfie. 

Lo que hay para él, dice, es ante todo “un reto personal”. “Dije a Sebastián que iba a contar una historia con imágenes, y no le iba a dejar colgado”. Y con la prueba superada, queda también una relación profesional que quizá desemboque en nuevos proyectos para Gabor. “Que también puede ser un excelente productor”, dice Alfie, “porque para trabajar en el cine no hay que hacer necesariamente fotografía”. “Es verdad que tengo una experiencia empresarial de muchos años”, remacha Gabor, “seguro que podría ser un productor intransigente e insoportable”.

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