11-M

Eduardo Nave: “Coger el tren un 11-M no tiene nada que ver con hacerlo un diez o un quince”

Eduardo Nave

Eduardo Nave (Valencia, 1976) es fotógrafo. Pero sus trabajos no finalizan justo después de pulsar el botón de su cámara para congelar la realidad. Él pone la vista a largo plazo. Por eso, ha tardado cuatro años en crear su última obra, Once de Marzo, "un recorrido anímico por los espacios donde se produjeron los fatídicos atentados", tal y como él mismo lo define. El proyecto, englobado en la exposición con el mismo nombre, se inauguró el pasado 8 de marzo y continuará hasta el próximo 22 de mayo en el Museo Nacional de Antropología.

La muestra, en la que han colaborado las asociaciones de víctimas del 11-M, tiene el objetivo claramente definido: homenajear a todas aquellas personas –192 muertos y casi 1.800 heridos– que sufrieron, directa o indirectamente, la masacre en los trenes de cercanías esa oscura mañana de 2004. Nave pone su granito de arena con varias fotografías y un vídeo. El elemento central, su sello de identidad, son cuatro instantáneas, cada una de ellas tomadas el 11 de marzo de 2010, 2011, 2012 y 2013 y proyectadas en minutos consecutivos. "En un primer momento aparece la de las 7.37 horas de Atocha. Un minuto después, se apaga y se enciende la de las 7.38 horas de El Pozo. Por último, aparecen las de las 7.39 horas tomadas en la calle Téllez y Santa Engracia", explica.

Estación El Pozo de Tío Raimundo, 7.38 horas. | Eduardo Nave

El fotógrafo busca con esta exposición "que no se olvide lo que pasó" y recordar que a día de hoy "hay 192 familias que sufren". Recomienda a las víctimas del 11-M, y a sus familiares, que se pasen por el Museo Nacional de Antropología porque, aunque puede ser duro revivir aquellos momentos, considera que "hay que hablar de ello". El fotógraforeconoce que es complicado "trabajar con la muerte, sobre todo en el caso de un atentado terrorista". No es la primera vez que utiliza su cámara para mostrar esa terrible realidad. Ya trabajó, anteriormente, con las víctimas de ETA. Por eso, al ser preguntado por el poder de la fotografía en este tipo de sucesos, se muestra convencido: "Hay que mostrar la realidad tal cual". infoLibre entrevista a Eduardo Nave a sólo dos días del duodécimo aniversario de los atentados de Madrid.

PREGUNTA: ¿Qué es Once de Marzo? Once de Marzo

REPUESTA: Es un recorrido anímico por los espacios donde se produjeron los fatídicos atentados. Un viaje que tiene como esencia cuatro imágenes que están realizadas el mismo día [11 de marzo de 2010, 2011, 2012 y 2013] y a la misma hora en los lugares exactos donde explotaron las bombas en 2004.

P: ¿Qué podrán ver los espectadores que acudan al Museo Nacional de Antropología hasta el próximo 22 de mayo?

R: Una exposición dividida en tres partes. Comienza en la calle, justo en la verja del edificio. Pensamos que como está próximo a Atocha, prácticamente frente a la estación, podíamos hacer un pequeño homenaje colgando de la valla 192 letras que corresponden a las iniciales de los nombres de cada una de las víctimas. Luego, en el patio central del museo, los espectadores encontrarán una segunda exposición interactiva [Poema de las emociones], propuesta por las asociaciones de víctimas del 11-M, donde los visitantes pueden colaborar colocando frases en unos acetatos que posteriormente pueden colgar en 315 puntos diferentes. Algo que está muy relacionado con otra parte de la muestra en el patio central: objetos que dejó la gente y fotografías tomadas durante ese día y los posteriores.

Estación de Santa Eugenia, 7.39 horas. | Eduardo Nave

Finalmente, entramos en mi parte de la exposición, titulada también Once de Marzo, y que se divide a su vez en tres salas. En la primera trato de situar al espectador en la atmósfera del viaje, por eso está compuesta por cuatro fotografías tomadas desde la ventanilla del tren y que se reproducen simulando también una ventanilla. Intento introducir al visitante en los vagones donde viajaba toda esa gente. En la siguiente, se encontrarán las cuatro imágenes hechas a la misma hora de las explosiones y el mismo día. Sin embargo, en lugar de estar impresas, se proyectan, haciendo que se reproduzcan en los momentos exactos de los atentados. En un primer momento aparece la de las 7.37 horas de Atocha. Un minuto después, se apaga y se enciende la de las 7.38 horas de El Pozo. Por último, aparecen las de las 7.39 horas tomadas en la calle Téllez y Santa Engracia. Más o menos tienen un tamaño a escala 1:1 para que el espectador se sienta rodeado por las estaciones. Todo esto está acompañado de otras fotografías impresas en una doble tela, simulando diferentes capas de la piel, en las que se pueden observar los espacios comunes: andenes, puertas, escaleras mecánicas... En la última sala se puede ver un recorrido audiovisual, que dura 192 segundos en homenaje a las víctimas, a través de una ventanilla y que va desde Santa Eugenia hasta Atocha.

P: ¿Cómo y cuándo surge esta idea de tomar fotografías, durante cuatro años y todos los 11-M, en los cuatro emplazamientos?

R: Yo vengo trabajando con otros proyectos similares. Lugares cargados de historia, memoria, donde se hayan producido hechos relevantes. Hace años lo hice en las playas donde se realizó el desembarco de Normandía –Normandie: les rivages du débarquement–, luego en Pompeya (Italia) –LXXIX Pompeya– y después un proyecto sobre los lugares donde ETA había cometido atentados –A la hora, en el lugar–. Este último me dio pie a trabajar también sobre el 11-M. Eran las dos formas de terrorismo que vivió España. La idea de tomar las imágenes un 11 de marzo se produjo después de que intentase hacer las fotografías en otros días distintos. Pero sentía que no era lo mismo. Coger un tren un 11-M no tiene nada que ver con cogerlo un 10, un 15, en el mes de abril o diciembre. Además, como la diferencia entre los acontecimientos era de solo un minuto, tuve que hacerlo durante cuatro años. 

P: ¿Qué buscas transmitir con esas instantáneas? ¿Qué quieres que sienta el espectador?

R: Por un lado que no olvide lo que sucedió. En España se tiende a pasar de página muy rápido y es imposible construir un futuro si no conocemos bien nuestro pasado. Pero también quiero rendir un homenaje a las víctimas, que la gente sepa que hay 192 familias que sufren a día de hoy por las pérdidas. Es un viaje personal que se sitúa entre dos territorios: la realidad y la ilusión. La ilusión de intentar detener el tiempo de alguna manera a través de la fotografía para que no hubieran sucedido estos hechos. 

Calle Téllez, 7.39 horas. | Eduardo Nave

P: ¿Personalmente, qué sensaciones le han florecido al realizar este proyecto durante estos cuatro años?

R: Trabajar con la muerte, sobre todo en el caso de un atentado terrorista, siempre es duro. Intentas documentarte al máximo, una documentación tan exhaustiva, sobre todo con el trabajo que hice de ETA, que luego es muy difícil sobrellevar el día e irte a tomar unas cañas sabiendo lo que ha pasado. Es duro. Intentas desconectar pero lo tienes igual de presente.

P: ¿Recuerda cómo vivió aquel 11 de marzo?

R: Sí. El 99% de la gente se acuerda de lo que estaba haciendo un 11-M o un 11-S. Yo estaba viajando en tren. Sin embargo, a los dos días estuve en Madrid y acudí a todas las manifestaciones. Recuerdo que no te acababas de creer lo que había pasado. La bomba que estalló en la calle Téllez iba a explotar en Atocha, pero menos mal que no sucedió como estaba previsto porque habría muerto mucha más gente. A nivel político, lo que hicieron fue algo muy grave.

P: Como fotógrafo, supongo que aquel día, y los posteriores, se fijaría todavía en las imágenes que utilizaron los medios de comunicación. ¿Cree que en este tipo de acontecimientos existe un filtro a la hora de publicar ciertas instantáneas?

R: Creo que los medios se cuidan bastante, y a veces se acojonan, a la hora de publicar una fotografía u otra. De hecho, hubo una polémica con una imagen en la que borraron un trozo de carne. Esa práctica me parece mal porque no puedes manipular una instantánea. Creo que hay que mostrar la realidad tal cual, porque al final si no muestras lo que es no sabemos realmente lo que pasó. De hecho, estamos muy insensibilizados hasta que nos toca a nosotros. Si publicamos ahora mismo refugiados muriéndose, ¿por qué no podemos publicar las imágenes que ocurren en la esquina?

P: ¿Crees que ver esta exposición podría ayudar a las víctimas?

Vidas cruzadas en las vías del 11M

Vidas cruzadas en las vías del 11M

R: En la inauguración vinieron algunas y tuve el placer de hablar con ellas. Aunque por un lado me lo agradecieron, porque rendía homenaje a las víctimas, por otro lado es duro al tratarse de fotografías que, aunque sean apacibles, muestran el mismo lugar a la misma hora. Eso les llega directamente a la memoria. Es duro, pero hay que hablar de ello.

P: ¿Le recomendarías a las víctimas ir a verla?

R: En estos años, que he tenido la oportunidad de hablar con bastantes víctimas, ninguna nunca me ha dicho... Yo siempre intento tratar el tema evitando ser escabroso y siempre siendo muy sutil. Eso lo agradecen también.

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