Deuda pública

La carga de la deuda supone el pago diario de 106 millones en intereses

Los Veintisiete intentan pactar un presupuesto lastrado por los recortes

La deuda pública, es decir, la deuda conjunta de la Administración central, la autonómica, la local y la seguridad social, marca cifras récord. En los 17 meses del Gobierno de Mariano Rajoy, ha crecido en 202.039 millones, un 20,3% del producto interior bruto (PIB).

En mayo, la deuda llegó al 89,6% del PIB, muy cerca del límite previsto para todo el ejercicio, que es el 91,4. Son 937.334 millones de euros que suponen el pago diario de 106 millones de euros.  Para no perderse con las cifras: lo que España paga en intereses en un día equivale a lo que la Administración General del Estado gastó en alquilar edificios y mantener patrimonio en 2011.

La política de austeridad impulsada por la troika (Bruselas, Banco Central Europeo y FMI), junto con las ayudas a la banca, explican el crecimiento exponencial de la deuda, que apenas basta para sostener el esqueleto del ya de por sí famélico Estado de Bienestar del país. Un dato:  el sector bancario  se ha tragado desde el inicio de la crisis 125.000 millones de euros en ayudas, según los datos manejados públicamente por el presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), Miguel Martín.

Menos actividad, más paro

En ese contexto de caída de la actividad (la previsión oficial del Gobierno para 2013 es una caída del PIB del 1,3%) y aumento del paro (más de seis millones, 27,25 de la población activa), el crecimiento de la deuda ilustra la espiral negativa en la que está inmersa la economía.

Repartida, la deuda pública supera los 20.000 euros por cada uno de los 46.704.314 españoles censados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). ¿Malo, bueno? Según los estudios de los economistas Kenneth Rogoff y Carmen Reinhart, que sirvieron de base a la política de austeridad, cuando un país supera la barrera del 90% de deuda pública en relación a su PIB, la depresión de su economía se acelera.Kenneth Rogoff y Carmen Reinhart,

El problema es que unos estudiantes de la Universidad de Massachusetts, encabezados por un chico de 28 años, Thomas Herndon, demostraron que el estudio Rogoff- Reinhart tenía graves errores. Más aún, países como Japón mantienen elevados niveles de deuda (superiores al 200% de su PIB) sin que se desplome el cielo económico sobre sus cabezas. No crecen o crecen poco, pero no son lo que se dice pobres.

Porque cuando se habla de niveles de deuda insostenible hay que tener en cuenta no sólo el volumen de deuda, sino el interés que se paga por ella. Este dato es clave. España sigue teniendo un diferencial muy importante con la deuda alemana (la referencia), con la prima de riesgo por encima de los 300 puntos básicos, lo que supone intereses por encima del 4%. Un ahogo para la economía dado el crecimiento de la deuda.

Para disipar temores, tranquilizar a los prestamistas propietarios de deuda española y cumplir con las exigencias de la canciller alemana Angela Merkel, España modificó la Constitución en un tiempo récordmodificó la Constitución en agosto de 2011. En el artículo 135, introdujo el concepto de "estabilidad presupuestaria"  y dio prioridad al pago de la deuda y los intereses.

Con la deuda en niveles récord y con pronósticos sombríos (el FMI considera que la deuda pública española no dejará de crecer y superará el 110% del PIB en 2018), el debate se centra en cómo hacer frente al problema. Los partidarios de las políticas de austeridad lo tienen muy claro: políticas de ajuste y reducción del gasto público.

Pero hay otra opción. En realidad, para reducir la deuda realmente, en euros, los ingresos del Estado tendrían que ser superiores al gasto, algo muy difícil de lograr de forma sostenida en plena crisis. 

No hay superávit

La deuda pública alcanza el 87,8% del PIB, la cifra más alta desde 1990

Países como España, Alemania y Gran Bretaña sólo han tenido superávit público y muy pequeño, en apenas unos años en dos décadas. Otros países como Francia, Italia y Estados Unidos, no lo han tenido nunca. Entonces ¿qué se puede hacer? Pues, por ejemplo, como defienden los partidarios de acometer políticas de estímulo de la economía, se puede reducir la deuda pública como porcentaje del PIB. ¿Cómo? Aumentando el PIB. Creciendo.

Porque la deuda pública como porcentaje del PIB sólo baja cuando hay mucho crecimiento económico y la economía sube más que la deuda pública. España, aupada en el boom inmobiliario, bajó su porcentaje de deuda sobre PIB del 56% al 2001 al 36% en el 2007. Fue una excepción en Europa.

Vistos los datos, quienes defienden que la troika impulsora de la austeridad se ha equivocado gravemente, relativizan afirmaciones rotundas sobre la evolución de la deuda. Como la que sostiene que España, nunca la podrá devolver. Es cierto. Pero la afirmación vale para todos los países de nuestro entorno.

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