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El sistema Mendes, una máquina de blanquear

Jorge Mendes junto a Cristiano Ronaldo

Michaël Hajdenberg, Yann Philippin y Michael Henry

Es un escándalo que va a salpicar a la crème de la crème del fútbol europeo. Los documentos Football Leaks, obtenidos por el semanario alemán Der Spiegel y analizados por el consorcio EIC, del que Mediapart –socio editorial de infoLibre– forma parte, revelan la más amplia red de evasión fiscal que el mundo del fútbol ha conocido. Un montaje que ha facilitado la elusión de, al menos, 188 millones de euros de beneficios de sponsoring, a través de una red de sociedades pantalla y de cuentas offshore en Irlanda, en las Islas Vírgenes Británicas, en Panamá y en Suiza. De este total, 150 millones corresponden únicamente a Cristiano Ronaldo.

La lista de los siete beneficiarios da vértigo. Cristiano Ronaldo, el mejor jugador del mundo y la súper estrella del Real Madrid; José Mourinho, uno de los mejores entrenadores del mundo, hoy en el Manchester United; Radamel Falcao, el delantero colombiano del AS Mónaco. También están tres jugadores portugueses, vencedores de la última Eurocopa, que han pasado también por el Madrid y/o el AS Mónaco: Ricardo Carvalho, Fabio Coentrao y Pepe. Y, sin olvidar, al joven prodigio colombiano James Rodríguez, comprado por el Real Madrid al Mónaco por la cifra de 80 millones de euros.

El arquitecto de este sistema offshore no es otro que el representante más poderosos del mundo: el portugués Jorge Mendes, de 50 años. Conocíamos su talento para negociar transferencias de ocho cifras, especialmente entre los clubes del Principado y de la capital española, donde se siente como en casa. Entre bastidores, Mendes ayudaría también a sus más ricos clientes a eludir sus impuestos a cualquier precio. Todo con la participación financiera, o bien con la complicidad, del club más grande del mundo, el Real Madrid.

Pero tras prosperar durante los últimos diez años, el sistema Mendes está a punto de estallar. Seis de los siete beneficiarios han sido objeto de controles fiscales en España. Dos de ellos ya han sido sancionados por rectificaciones fiscales acompañadas de penalizaciones: 4,4 millones para José Mourinho, más 800.000 euros para un jugador internacional portugués. Por su parte, Jorge Mendes teme ser perseguido penalmente por su rol de organizador. Hasta ahora, ha salido indemne. Se trata, de hecho, de unos de los puntos más perturbadores de la investigación del EIC: a pesar de los abrumadores documentos descubiertos hace unos dos años por el fisco madrileño, la justicia española no ha iniciado ninguna investigación penal.

Interrogado por el EIC, el bufete de abogados español del Real Madrid, Senn Ferrero, que ha intentado impedir la aparición de este artículo y que ha interpuesto una demanda por "robo de documentos" y por "violación del derecho a la intimidad", estima de forma general que "los documentos han sido manipulados, falsificados". Senn Ferrero se conforma con dar algunas escasas precisiones sobre la situación de Ronaldo y de Mourinho. En revancha, no ha facilitado ninguna información sobre los otros jugadores evocados en esta investigación.

Carlos Osorio, el abogado portugués que puso en marcha la arquitectura del montaje fiscal, "lamenta", como sus compañeros españoles de Senn Ferrero y como Gestifute (la sociedad de Jorge Mendes), que el consorcio se apoye, dice, "en documentos robados" y "manipulados". Negando, además, cualquier responsabilidad: "No tengo nada que ver con la creación de estructuras de derechos de imagen en beneficio de las personas mencionadas. Niego categóricamente las acusaciones contra mi persona". En cuanto a los otros actores de este affaire, en su mayoría (ver la caja negra) se han refugiado en el silencio.

Ronaldo y los otros concernidos no hacen trampas en lo que concierne a su sueldo, pues es algo demasiado fácil de verificar por el fisco. El asunto se cierne sobre los derechos de imagen, sobre los beneficios fruto de los sponsors como Nike y Adidas, y de los mismos clubes. La práctica está prohibida en Francia, pero es habitual en el extranjero: los clubes pagan a sus jugadores sus bonificaciones en forma de derechos de imagen, cuyo gravamen es inferior. La última ventaja: se trata de honorarios que pueden ser facturados por una sociedad. A continuación, basta con tener el talento suficiente para disimular tal estrategia.

En sus orígenes, el sistema Mendes fue creado para el entrenador portugués José Mourinho. En el verano de 2004, el súper agente pone en marcha, a través de su grupo Gestifute, un montaje realmente eficaz que servirá a todos sus otros clientes. Mendes confía la realización de la estructura a dos de sus hombres de confianza: al abogado portugués, Carlos Osorio de Castro, y al creador de las sociedades pantalla, el irlandés Andrew Patrick Quinn, apodado AndyAndy. Se trata del verdadero controlador del sistema, este contable y fiscalista combina su trabajo de accionista y gerente en el gabinete de servicios financieros Moore Stephens Nathans (en Dublín), con el de director general de Gestifute International, una de las sociedades principales del grupo Mendes.

Nada de espantar a los clubes y a los sponsors facturando los derechos de los jugadores en un paraíso fiscal demasiado evidente. De ahí la idea de pasar por un aparente arco de seguridad en Irlanda, país europeo presentable, donde el impuesto sobre las sociedades es de un 12,5%.

Todo comienza el 4 de febrero de 2004. Este mismo día, Andy Quinn crea la sociedad Multisports Image & Management (MIM), inscrita en la sede de su bufete en Dublín, del cual es, a día de hoy, su único accionista. Se trata de una verdadera sociedad pantalla, sin ningún empleado, cuyo único objetivo es recolectar capitales.

Un año después, Quinn crea Polaris Sports. Se trata de una agencia de gestión de derechos de imagen, encargada de negociar los contratos con los sponsors. Mendes es el propietario del 62,5% de la empresa y su colaborador Luis Correia del 32,5%, quien también es su director general. Los siete empleados de la sociedad trabajan desde la sede de Lisboa, que es oficialmente una "sucursal". Por razones fiscales, Polaris también está registrada en Dublín, en la misma dirección postal que MIM, sin ninguna actividad aparente.

Poco después de su llegada al Chelsea, José Mourinho crea en las Islas Vírgenes británicas una nueva sociedad: Koper Services. Una empresa en forma de dirección postal en la Isla de Tórtola, en Road Town, en un pequeño y discreto inmueble bautizado como Vanterpool Plaza. En la primera planta se encuentra una sociedad de domiciliación que alberga un centenar de empresas fantasmas. Mourinho transfiere sus derechos de imagen a Koper, que delega su explotación a las sociedades irlandesas MIM y Polaris.

Todo está dispuesto. A lo largo de su carrera, los clubs y los sponsors han pagado los derechos de imagen de Mourinho a MIMsponsors , que conserva el 6% –la comisión de Andy Quinn–, MIM transfiere a continuación el 20% de la comisión a Polaris, la agencia de Mendes y de su sobrino. MIM envía el resto a la cuenta suiza de Koper en el St.Galler Kantonalbank, un pequeño banco suizo en la región de Saint-Gall. Dicha institución no es ninguna desconocida: varios jugadores del séquito de Mendes, entre ellos Cristiano Ronaldo, también abrieron una cuenta en dicho banco.

Del Chelsea, pasando por el Inter Milan, sin olvidar al Real Madrid, hasta aterrizar en el Manchester United, Mourinho ha acumulado 12 millones de euros en su cuenta de Koper en Suiza, sin declarar un solo céntimo a las administraciones fiscales del país donde reside.

El Real Madrid, poco riguroso

El sistema es tan eficaz que habría sido un desperdicio no compartirlo con el resto del escuadrón de estrellas de Mendes. Así, cuando Mourinho se muda al Chelsea, en el verano de 2004, se lleva consigo al internacional portugués Ricardo Carvalho. Nada más llegar a Londres, el defensa crea una sociedad offshore en las Islas Vírgenes, Alda Ventures, domiciliada, de nuevo, en Vanterpool Plaza, como también lo será la sociedad pantalla de Cristiano Ronaldo. El dinero transita de nuevo por MIM en Irlanda, que transfiere tres cuartos de sus beneficios a Alda Adventures.

Los otros jugadores se van uniendo progresivamente al club de los adeptos a la tributación cero, la mayoría de ellos lo hacen aprovechando su trasferencia al Real Madrid, organizada por Jorge Mendes. El portugués Pepe crea su sociedad en las Islas Vírgenes en 2007 (Weltex), Cristiano Ronaldo en 2008 (Tollin), y Fabio Coentrao lo haría tres años más tarde. Este último es el único miembro del séquito que inscribe su sociedad (Rodinn) en Panamá.

El jugador colombiano pasa a formar parte del sistema en el verano de 2011, tras su llegada a la capital española, pero en las filas del club rival, el Atlético de Madrid. Por tal ocasión, Coentrao crea su sociedad en las Islas Vírgenes, Ferday Overseas. Durante sus dos años en Madrid, Fardey acumula 1,3 millones de euros, transferidos a través de las sociedades irlandesas del sistema Mendes, fruto de sus contratos con Samsung, Puma, Hublot o la empresa de videojuegos Gameloft.

Los negocios de Falcao continuaron después de 2013. Tras sus peregrinaciones por el Mónaco, el Manchester United, el Chelsea, hasta regresar de nuevo al Mónaco en 2016; el atacante ha acumulado 5,86 millones de euros en las dos cuentas suizas de Fardey en el St.Galler Kantonalbank. Además, Falcao, como persona física, cuenta con 2,2 millones de dólares en una cuenta en Miami y con 8,5 millones de euros en su cuenta en Mónaco, sin contar los beneficios de su trust en Colombia.

El último en llegar a este negocio, James Rodríguez, también merece nuestra atención. En el verano de 2014, Jorge Mendes transfiere al atacante colombiano, por aquel entonces de 23 años, del Mónaco al Real Madrid, por la suma estratosférica de 80 millones de euros. Dado que el jugador pasó la mitad del año en el Principado, Rodríguez es considerado en 2014 como "no residente" por el fisco español, con la ventaja de una tasa de imposición del 4% sobre sus derechos de imagen. Todo un regalo. Pero a partir del año siguiente, los beneficios de Rodríguez serán gravados con una tasa del 45%. Insoportable.

Por suerte, Jorge Mendes está cerca. Cosas del azar, el agente portugués tiene entre manos la creación de un montaje para evitar este suplicio fiscal a su súper estrella: Cristiano Ronaldo. Así, incluye a Rodríguez en sus planes. Los contratos son firmados en urgencia el 20 de diciembre de 2014 en Marrakech, donde el Real Madrid disputa un torneo, es decir, doce días antes del cambio de régimen fiscal.

En el caso de James Rodríguez, Mendes compra por 12 millones de euros los derechos de imagen de su jugador por el periodo 2015-2020 a través de una sociedad en las Islas Virgenes: Kenalton. Esta última transfiere la suma a la cuenta suiza del jugador, en el banco St.Galler Kantonalbank, para poder incluir tal beneficio en su declaración de impuestos de 2014. El resultado: Rodríguez solo pagó 445.500 euros al fisco español, en lugar de 5,4 millones, ahorrándose 5 millones. Durante una reunión el 22 de octubre de 2015, sus propios abogados estiman que en tal proceso se vislumbraba una intención de evasión fiscal.

Todo este esquema estaría incompleto si ignorásemos el papel específico del Real Madrid, equipo por el que pasaron todas estas estrellas (salvo Falcao) adictas a la optimización fiscal creada por Mendes. El club madrileño les ha pagado fortunas en bonificaciones bajo la forma de derechos de imagen (al menos 14 millones de euros a Cristiano Ronaldo y 8 millones a Mourinho), a través de la sociedad irlandesa MIM, pilotada por los expertos fiscales del agente portugués.

Es cierto, el Real Madrid no podía saber que el dinero acabaría en cuentas suizas controladas por sociedades offshore. Pero, si algo podemos confirmar es que el equipo se muestra poco riguroso. ¿Por qué aceptó ingresar las primas de su entrenador y de cinco de sus jugadores a la misma sociedad irlandesa, cuando todos los beneficiarios tenían su residencia en España? Una simple ojeada al registro de comercio habría permitido al Real Madrid darse cuenta de que MIM es una sociedad pantalla registrada en la dirección de un bufete fiduciario. Preguntado por el EIC, el club madrileño no ha respondido sobre el fondo de estas cuestiones, contentándose con afirmar que el equipo respetó todas sus obligaciones fiscales.

Falcao, desenmascarado, está decidido a pagar sus impuestos

El vals de millones podría haber continuado durante mucho tiempo si el fisco español no hubiera lanzado en 2014 el "programa 12.500", apodado "deportistas", con el objetivo de controlar a los futbolistas. Resultado: entre setiembre de 2014 y diciembre de 2015, seis de las siete estrellas del sistema Mendes fueron objeto, una por una, de un control fiscal sobre sus beneficios durante el periodo 2011-2013. En el caso del jugador del Mónaco, Radamel Falcao, sus abogados estimaron que la investigación fiscal tendría serias consecuencias. Sólo James Rodríguez, atacante del Real Madrid, se ha salvado por el momento, dado que su operación fiscal tuvo lugar en 2014.

En la sede de Gestifute cunde el pánico. Jorge Mendes pide socorro al despacho de abogados español Senn Ferrero, dirigido por Julio Senn, ex director general del Real Madrid. Al descubrir los montajes offshore elaborados por su colega portugués Carlos Osorio y por el contable irlandés Andy Quinn, Julio Senn no sale de su asombro. Reprocha a Quinn haber elaborado un montaje más que problemático para los jugadores de cara a la legislación española. En lo que concierne al jugador portugués Fabio Coentrao y a su sociedad en las Islas Vírgenes, Julio Senn se muestra poco confiado: el montaje viola abiertamente las reglas fiscales. Incluso los abogados del bufete Senn Ferrero tiemblan ante la idea de que la prensa pueda hacerse con el dossier, según lo demuestran los documentos del EIC.

La tensión aumenta el 7 de octubre de 2015. Carlos Osorio, el histórico abogado de Mendes, responsable de la elaboración de todos los montajes offshore, carga contra Julio Senn por la inspección de uno de sus jugadores. Le reprocha no haberle prevenido del carácter problemático de los montajes utilizados y de haber enviado los documentos a la Agencia Tributaria. El abogado español se defiende asegurando que esconder estas informaciones al fisco podría ser interpretado como una actitud maliciosa y sus consecuencias serían terribles. El abogado es consciente de que debe exonerarse de toda responsabilidad personal frente a los montajes puestos en marcha.

Por su parte, Carlos Osorio no tiene ningún escrúpulo. El portugués explica a Julio Senn que, para él, la cuestión no era trasmitir los documentos al fisco, sino modificarlos antes de enviarlos. ¿Quería Osorio redactar documentos falsos? La pregunta se pone sobre la mesa y una explicación viril sigue la conversación entre los dos interlocutores.

El 22 de octubre de 2015, el gabinete Senn Ferrero organiza con los hombres de Jorge Mendes una reunión de crisis en su sede madrileña. En el menú: un punto sobre las inspecciones que golpean a sus jugadores, el delito fiscal que podría ser reprochado al jugador Fabio Coentrao o, incluso, la mejor manera de repatriar las estructuras offshore en España o en Portugal para limitar al máximo los impuestos a pagaroffshore .

Durante esta reunión, en la que participan numerosas personas, se plantea la cuestión de "la campaña del fisco contra Jorge [Mendes–ndlr]". Sus consejeros explican que corre el riesgo de ser considerado como un "cooperador necesario", lo que, según el código penal, implica su complicidad en los montajes fraudulentos utilizados por sus jugadores. En definitiva, el súper agente portugués podría ser investigado por blanqueo y fraude fiscal.

Por otro lado, el propio Mendes se ha beneficiado directamente del montaje, la agencia irlandesa Polaris, que controla con su sobrino, recibe el 20% de las comisiones sobre los derechos de imagen de los siete jugadores de su séquito. Según los cálculos del EIC, entre 2009 y 2014, Polaris habría acumulado 30 millones de euros en beneficios. Cierto, Polaris transfiere la mitad a su socio, la agencia americana de representación de celebridades CAA. Pero Polaris sigue siendo la gallina de los huevos de oro, la agencia ha almacenado 4 millones de euros por 2,3 millones de beneficios operativos, lo que equivale a un margen de ganancia del 60%.

A pesar de todo, por lo que sabemos, Jorge Mendes no está inquieto. Lo que es, sin duda, sorprendente. Los documentos Football Leaks muestran claramente que los inspectores de la Agencia Tributaria del Madrid han podido constatar que ponía a disposición de todos sus jugadores, las mismas empresas irlandesas, las mismas sociedades pantalla en las Islas Vírgenes, y las mismas cuentas en Suiza. En definitiva, el fisco ha entendido que se trata de un sistema organizado. ¿Por qué la Justicia española no ha abierto una investigación? El EIC no ha encontrado respuesta a esta pregunta.

Por su parte, el fisco español ha sancionado a dos miembros del sistema Mendes: el entrenador José Mourinho tuvo que abonar 4,4 millones de euros, y un jugador internacional portugués tuvo que pagar 800.000 euros. Los documentos Football Leaks no aportan información sobre cómo terminaron las inspecciones de los otros cuatro jugadores, entre ellos Cristiano Ronaldo. En lo que concierne a este último, el gabinete  Senn Ferrero explicó al EIC que la inspección está aún en curso.

Estos controles fiscales habrán conseguido, al menos, hacer entrar en razón a algunos de los miembros del escuadrón de Mendes. El atacante del AS Mónaco Radamel Falcao, por ejemplo, es uno de ellos. Tras su cesión del Mónaco al Manchester y, a continuación, al Chelsea, entre el verano de 2017 y el periodo estival de 2016, el jugador colombiano se separó del sistema Mendes en lo referentes a las bonificaciones de sus derechos de imagen pagados por los clubes (670.000 euros por su año en el Manchester).

Durante su paso por Inglaterra, Falcao también prefirió cobrar sus beneficios en la cuenta de una sociedad local creada para la ocasión, resignándose a pagar un 20% en impuestos. Los más críticos dirán que el 20% es dos veces menos que la tasa máxima de gravamen sobre los beneficios entre los más comunes de los mortales. Pero, en tierra de futbolistas, incluso si son multimillonarios, asumir sus impuestos parece un verdadero sacrificio.

  Doce periódicos europeos reunidos en el seno de una nueva red de medios, el European Investigative Collaborations (EIC), del cual Mediapart es uno de sus fundadores, revelan, a partir del 2 de diciembre, la operación Football Leaks, la fuga de documentos más amplia de la historia del deporte.Obtenidos por el semanario alemán Der Spiegel​​​​ y analizados por los miembros del EIC, 18,6 millones de documentos –1.900 GB– nos sumergen en los secretos de la industria del fútbol. Fraude y evasión fiscal, redes de prostitución, conexiones mafiosas, explotación de jugadores menores de edad… Football Leaks documenta de forma inédita la cara oculta del deporte más popular en Europa.

60 periodistas, asociados a ocho informáticos que han desarrollado un software específico para la operación, han investigado estos documentos durante más de seis meses. La revelación de esta información de interés público, que se basa en documentos auténticos y en numerosos testimonios, tendrá lugar a lo largo de tres semanas.

El proyecto Football Leaks reúne, además de Mediapart, al semanario Der Spiegel (Alemania), The Sunday Times (Reino Unidos), Expresso (Portugal), El Mundo (España), L’Espresso (Italia), Le Soir (Bélgica), NRC Handelsblad (Países Bajos) y The Black Sea, un diario digital creado por el Centro Rumano por el Periodismo de Investigación, que cubre información en Europa del Este y Asia Central.

Antes de la publicación de esta serie de artículos sobre el sistema Mendes, el EIC presentó los resultados de la investigación a los jugadores, clubes y representantes concernidos. El conjunto de nuestras cuestiones tenía como objetivo poner al corriente a las personas involucradas y permitirles responder frente a estas acusaciones. Cristiano Ronaldo, José Mourinho y su agente Jorge Mendes no han respondido. Los jugadores portugueses Carvalho, Coentrao y Pepe, así como los jugadores colombianos Radamel Falcao (AS Mónaco) y James Rodríguez (Real Madrid), tampoco lo han hecho. Lo mismo para el contable irlandés de Mendes, Andy Quinn, y el multimillonario Peter Lim, y las sociedades MIM y Polaris.

Como explicamos en el artículo, los abogados de Cristiano Ronaldo, Senn Ferrero (en España) y Carlos Osorio (en Portugal), nos han indicado que los documentos en nuestra posesión fueron manipulados y falsificados.

El EIC ha hecho todo lo posible para autentificar dichos documentos. Ni Mediapart ni ninguno de sus socios del EIC han encontrado el mínimo indicio que podría dejar pensar que estos documentos fueron fabricados, remodelados o falsificados. Ninguno de los documentos publicados inicialmente en la web de Football Leaks han sido denunciados ante la justicia. Cuando propusimos al gabinete Senn Ferrero y a Carlos Osorio detallar sus acusaciones, y precisar los documentos a los que hacían referencia, estos no respondieron.

Carlos Osorio afirma que su persona no tiene nada que ver con este asunto: «No tengo nada que ver con la creación de estructuras de derechos de imagen para las personas mencionadas. Niego categóricamente las acusaciones contra mi persona».

El Real Madrid ha rechazado responder a nuestras preguntas, justificando su reticencia en el hecho de tratarse de un robo ilegal de documentos.

El club ha precisado que cuando pagaba los derechos de imagen, se limitaba a cumplir con sus obligaciones fiscales, pagando sus debidos impuestos y respetando la ley española. Según el Real, « ninguna irregularidad de cualquier naturaleza ha sido jamás detectada », cuando las cuentas del club han sido controladas por las autoridades.

La administración fiscal española no ha respondido a nuestras preguntas, apoyándose en el secreto fiscal.

En Gran Bretaña, el club de Chelsea ha explicado que siempre ha respetado la ley en el pago de los derechos de imagen, especialmente en el caso de José Mourinho. Las autoridades fiscales inglesas no han deseado responder sobre los casos individuales, pero han explicado que analizan «los arreglos entre los clubes y sus empleados sobre la cuestión de los derechos de imagen para asegurarse de que cumplen con sus impuestos».

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Traducción: Irene Casado Sánchez

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