Diario del Ártico (2)

¡Listos!

Ártico (II): !Listos!

Carlos Bardem

Aunque sea una actividad surrealista y calurosa, descubro con ingenua sorpresa que equiparse para ir al Ártico en pleno ferragosto madrileño es sorprendentemente fácil. ¿Tanto viajero polar hay por estas latitudes? Gore-tex por aquí, gore-tex por allá. Realmente el ser humano ha sabido domeñar los climas, las barreras naturales a su expansión como especie. Como depredador absoluto de espacio y energía. O eso pensamos- basta que te agarre un pequeño temblor en Ciudad de México para que madre natura te devuelva a tu verdadero e ínfimo tamaño-. De pronto los vacíos helados e infinitos de la banquisa ártica los imagino llenos de turistas, cada uno llevándose fotos y trozos de hielo. Incluso creo oír a alguno decir que un buen gyn tonic con pepino sabe mejor con hielo ártico. Sacudo la cabeza y me digo que no, que afortunadamente el Ártico sigue siendo ese gran espacio virgen que nos ayuda a todos a seguir vivos sobre el planeta. O al menos vivos como hasta ahora.

Los buenos viajes comienzan siempre en los libros, en las historias de quienes nos precedieron. La diferencia, quizás la principal, entre un turista y un viajero es la curiosidad voraz por conocer el sitio que vas a visitar, a habitar por un tiempo. Leer ayudar a completar informaciones y rellenar lagunas.

–¿Cómo, no hay pingüinos en el Ártico?

Pues no. Hay osos polares, morsas, focas, perros, líquenes, zooplancton y fitoplancton para unas doce especies de cetáceos. Y hay inuits, esquimales, pero no hay pingüinos.

Así que lees, fantaseas con lo que verás y la gente a la que conocerás y cargas sudando un montón de prendas de gore-tex pensando que más vale que sobre que echarlo de menos allí. Lecturas y practicidad, bagaje necesario en todo buen explorador.

-¡Qué calor hace! ¡Estoy sudando!

Sí, hace calor. Los climas parecen extremarse, ¿no? Y el Ártico al deshelarse tiene parte en ello. ¿Nunca os habéis preguntado porque Lisboa es tan templada si solo está dos grados al sur de la gélida, en invierno, New York? Pues sí, porque recibe, recibimos, la corriente cálida del Golfo. ¿Y de qué dependen en gran parte las corrientes oceánicas, esas arterias marinas de la vida en el planeta? Pues en gran parte de las frías aguas polares. Al deshelarse el Ártico, cambia la salinidad del océano, se hace menos denso y a esto se suma que el mar está cada vez más caliente lo que altera los flujos de la corrientes y el clima de todo el planeta. Avisados estamos, nuestros climas y las actividades vitales y económicas a ellos asociadas pueden estar cambiando ya. Y a un ritmo increíblemente rápido.

Sí, definitivamente, meteré más calcetines. Ante el frío lo que funciona es vestirte por capas, como una cebolla. Mañana nos vamos y estoy seguro de que tendré mi momento para verme solo ante la hermosura inquietante de un vacío helado, blanco e infinito.

Svalbard y el “Esperanza”

Svalbard y el “Esperanza”

Ayuda a salvar el Ártico, únete a la cadena y firma la petición de Greenpeace para convertirlo en santuario de la humanidad. Más info en:

El Ártico se derrite. ¡Salvemos el Ártico!

www.savethearctic.org/es

Más sobre este tema
stats