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Desahucios

Escrache a la vicepresidenta

Escrache a la vicepresidenta

Ibon Uría

Las protestas de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) van en aumento. Tras los escraches a miembros del Partido Popular como Esteban González Pons e Ignacio Gil Lázaro, y del Gobierno –Alberto Ruiz Gallardón era el único hasta ahora–, este viernes ha sido el turno de la vicepresidenta del Ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaría.

La convocatoria comenzó a las seis de la tarde en la plaza de Manuel Becerra, donde cientos de personas coreaban los lemas habituales y reivindicaban la dación en pago retroactiva y el fin inmediato de los desahucios. Ante la atenta mirada de un buen número de efectivos policiales, un portavoz de la PAH ha recalcado a través de un comunicado que la manifestación debía ser "pacífica" en todo momento. "Para que dejen de criminalizar las protestas", ha añadido.

Así, y tras la lectura del primer manifiesto, ha comenzado un recorrido por las calles de Madrid del que muchos desconocían el destino. "Sorpresa, sorpresa... pero es un político de los gordos", decían quienes encabezaban la marcha. Durante el recorrido, varios vecinos se asomaban a las ventanas de sus viviendas y aplaudían a quienes, en la calle, coreaban "¡Sí se puede, pero no quieren!" y "¡Dación en pago y alquiler social!".

Entre los manifestantes se han podido ver rostros conocidos, como el de Jorge Verstrynge. El ex secretario general de Alianza Popular ha declarado a Europa Press que los políticos deben escuchar a la gente, en referencia a la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) de la PAH sobre la dación en pago. "La política está para servir al pueblo, cuando no sirve tiene que atenerse a las consecuencias", ha concluido.

A la carrera

La marcha ha discurrido con lentitud en los metros iniciales y ha desbordado las aceras a los pocos minutos de comenzar el recorrido. La Policía Municipal ha tenido que cortar el tráfico en la calle Marqués de Zafra y ha tratado de adivinar el recorrido para advertir a los conductores e indicar vías alternativas.

Sin embargo, los más adelantados han tomado una calle más estrecha a la carrera poco después, y los agentes y el resto de manifestantes han corrido tras ellos hasta el domicilio de la vicepresidenta del Gobierno, una casa adosada que, a esa hora de la tarde, permanecía aparentemente vacía.

Una vez allí, se ha leído un nuevo comunicado: "El objetivo es señalar a Soraya Saénz de Santamaría, ya que forma parte de un partido que ha manifestado su rechazo a la ILP de la PAH", ha explicado el portavoz. "Queremos que sienta las incomodidades y que conozca las consecuencias de sus actos", ha añadido. Posteriormente, las lecturas y los gritos han cesado, y se ha guardado un minuto de silencio "por los que ya no están por culpa de los que estamos señalado".

Varios integrantes de la PAH también han contado sus vivencias personales: "Los recortes me dejaron sin trabajo hace tres años, y llega un momento en el que no puedes pagar. Sólo pido un mínimo. La dación en pago no es ningún chollo, pero al menos no estás endeudado de por vida", explicaba una afectada. "Los bancos se ríen en mi cara a cada propuesta que les hago. No tengo ningún futuro", lamentaba otra mujer.

El resto de asistentes han escuchando los testimonios y han coreado "no estás sólo, no estás sólo" cuando cada uno de ellos ha concluido. Muchos de ellos exhibían carteles y pancartas con lemas como "Rescatan al banquero, desahucian al obrero". Como anécdota, una persona ha depositado un sobre lleno de billetes falsos en la puerta de la vivienda. "Para Soraya", ha indicado.

"Si nos íbamos, ¿para qué la liáis?"

El escrache se ha desconvocado oficialmente a las 18:45 sin que hasta entonces se hubieran vivido momentos de tensión. Más de una docena de agentes de la UIP –los llamados antidisturbios– permanecían formando un cordón frente al domicilio de Sáenz de Santamaría y han convivido con los protestantes hasta ese instante. Pero tras finalizar el acto, han comenzado las identificaciones y se han producido algunos enfrentamientos.

Muchos de los presentes se quejaban de que las identificaciones hayan comenzado justo en ese momento. "Si nos íbamos, ¿para qué la liáis?", gritaban algunos. Los agentes se han dividido en tres grupos: mientras varios efectivos protegían la vivienda de la vicepresidenta, otros retenían a manifestantes para identificarlos. Según fuentes de la PAH, ha habido una detención. El resto de agentes alejaba a los asistentes del domicilio en cuestión. Los miembros del dispositivo policial también han grabado a los manifestantes con varias cámaras.

Los momentos más complicados se han vivido cuando los agentes de la UIP han rodeado a un nutrido grupo en un callejón, para proceder después a su identificación. Empujones, gritos y una situación de tensión que se ha prolongado durante aproximadamente media hora, hasta que el dispositivo policial se ha relajado y ha permitido a los manifestantes reincorporarse a la marcha.

La marcha se ha disuelto finalmente hacia las ocho de la tarde. Agentes de hasta 15 furgones de antidisturbios han escoltado a los manifestantes hasta el punto de inicio, la plaza de Manuel Becerra. Allí, se han vuelto a vivir algunos instantes tensos. Varios policías han intentado que nadie abandonase el lugar con carteles de la PAH: "No querían dejarme cruzar calle por el cartel y me han preguntado a dónde iba. ¡Están locos!", explicaba a infoLibre una mujer que sujetaba un cartel que reivindicaba la dación en pago.

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Condena del Partido Popular

Tras el escrache de hoy a la vicepresidenta del Gobierno, el Partido Popular ha emitido un comunicado en el que censura el acto. El portavoz del PP en el Congreso, Alfonso Alonso, asegura que respeta el derecho a la manifestación, pero ha condenado la iniciativa de hoy: "Es absolutamente inútil pretender que se puede obtener un éxito coaccionando o presionando de manera ilegítima a los diputados".

Hasta el momento –recuerda la nota– han sido más de una docena de diputados populares los que se han enfrentado a lo que califican de "acoso". Algunos de ellos, como Esteban González Pons o la asturiana Belén Bajo, han denuciado los hechos.

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