La izquierda pierde a un referente moral

El fallecimiento de José Luis Sampedro, a los 96 años, significa la desaparición de una de las figuras morales de más talla en una España tan necesitada de la ética del compromiso por parte de los intelectuales. Su viuda, Olga Lucas, ha señalado a la Cadena Ser que el escritor murió el pasado domingo y ya ha sido incinerado. "Él pidió que no hubiera circo mediático", ha afirmado. "Él deseaba que se llore lo menos posible y se siga luchando lo máximo posible", ha añadido después.

Nacido en Barcelona en 1917, la biografía de Sampedro recorre todos los avatares del siglo XX y comienzos del XXI en nuestro país. Desde su participación en el bando republicano durante la guerra civil hasta su condición de líder moral de las nuevas generaciones de indignados, la vida de Sampedro transcurrió, entre otras facetas, por una cátedra de Estructura Económica, una densa y magnífica obra literaria y un sillón en la Real Academia Española desde 1990.

Algunas de sus novelas le granjearon fama y prestigio entre amplios sectores de lectores. Así, obras como El río que nos lleva (1961), La sonrisa etrusca (1985) y La vieja sirena (1990) convirtieron al escritor en uno de los mejores narradores españoles. También cultivó Sampedro el ensayo con obras que reflejaron su visión progresista y crítica del capitalismo, así como las imperfecciones de la democracia. Textos como El mercado y nosotros y, sobre todo, su prólogo al libro Indignaos, de Stéphane Hessel, le dieron en los últimos tiempos un gran ascendiente moral entre la izquierda española.