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Caso Gürtel

Bárcenas no tendrá que esperar a septiembre para saber si la Audiencia confirma la prisión

Bárcenas en la Audiencia Nacional

Luis Bárcenas, en prisión sin fianza desde el jueves, no tendrá que esperar a septiembre para conocer si la sección cuarta de la Audiencia Nacional confirma el encarcelamiento dictado por el juez Pablo Ruz, que investiga el caso Gürtel, o por el contrario acepta el recurso anunciado por su defensa. Aunque la tramitación podría demorarse más allá de julio, las causas con preso gozan de prioridad con independencia de que el recurso se vea en agosto o en cualquier otro mes.

Fuentes políticas consultadas creen que, aun si conserva munición de largo alcance contra el PP, Bárcenas esperará a que se resuelva su recurso aunque eso dependerá en última instancia de qué estrategia adopte el partido.

Las fuentes jurídicas consultadas creen previsible que, para ganar tiempo, el abogado del extesorero del PP acuda directamente a la Sección Cuarta en apelación sin impugnar antes, con el llamado recurso de reforma, el auto de prisión ante el juez que lo ha dictado.

Un recurso de reforma con el que se busca que el juez que ha tomado una decisión la rectifique por sí mismo carece de sentido en un caso como este, donde la acusación popular ejercida por la asociación de abogados Adade solicitó prisión sin fianza pero el juez impuso finalmente la incondicional a requerimiento de la Fiscalía Anticorrupción.

Presidida por la magistrada Ángela Murillo, la Sección Cuarta de la Audiencia se ha caracterizado en el último año por revalidar las decisiones de Pablo Ruz en el caso Gürtel. Ayer, por ejemplo, tumbó el recurso planteado por los dos supuestos máximos responsables de la trama, Francisco Correa y Pablo Crespo, para lograr la anulación de las grabaciones realizadas por José Luis Peñas, cuyo contenido resultó esencial para el comienzo de las investigaciones. Al recurso se unió Antoine Sánchez, primo de Correa.

Precisamente Correa y Crespo constituyen el precedente más cercano y temible para Bárcenas en lo que respecta a su futuro a medio plazo. Correa pasó tres años y cuatro meses en la cárcel de Soto del Real, la misma en la que permanece desde el jueves el hombre que durante dos décadas controló las cuentas del PP.

La estancia de Crespo en el centro penitenciario fue algo inferior: recuperó la libertad e en febrero de 2012, tres años después de que Baltasar Garzón lo metiese entre rejas. Las defensas de ambos no cesaron de reclamar su libertad. Y la justicia rechazó todas y cada una de sus solicitudes hasta superado de largo el plazo originalmente establecido para la prisión provisional: dos años para delitos penados con más de 36 meses de cárcel, que a su término pueden prorrogarse por otros dos.

La trayectoria de la Sección Cuarta en este caso y el potente aparato argumental utilizado por el juez Pablo Ruz en apoyo de la orden de prisión hacen presagiar una batalla difícil para el abogado de Bárcenas. El letrado del extesorero, Alfonso Trallero, ya dijo el jueves a los periodistas que su cliente no tiene ni nunca ha tenido la intención de fugarse. Y que difícilmente puede manipular o destruir pruebas toda vez que se encuentran bloqueadas sus cuentas suizas, aquellas cuyo saldo global llegó a 47 millones de euros.

Pero la información suministrada por Suiza en respuesta a las solicitudes de ayuda judicial hace temer a los investigadores que Bárcenas haya logrado ocultar dinero en EEUU, Uruguay –país donde se localiza la sociedad Tesedul, la firma pantalla con que intentó regulizar 10 millones en la amnistía fiscal- o en paraísos fiscales como las Bahamas.

Para Bárcenas, la del pasado jueves fue su novena comparecencia judicial desde el verano de 2009. La orden de prisión le tomó completamente por sorpresa. De hecho, y tras su declaración como imputado, no fue la Fiscalía sino la acusación popular que ejerce Adade la que el jueves solicitó al juez la llamada vistilla –una audiencia con todas las partes en la que alguna de ellas pide la imposición de medidas cautelares- y reclamó allí su reclusión bajo fianza.

Las fiscales del caso, que en las más de dos horas transcurridas entre la solicitud de vistilla y su inicio no hicieron un solo gesto que sugierese cuál sería su posición, pasaron finalmente por la izquierda a la acusación popular al exigir que la prisión fuese sin fianza.

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