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LobbyPlag, el ‘chivato’ que delata a los eurodiputados prisioneros de los ‘lobbies’

LobbyFlag, el vigilante de los eurodiputados.

Las principales compañías del planeta, especialmente financieras y los gigantes de Internet, han emprendido una cruzada para tener la mayor influencia posible sobre la futura ley de protección de datos europea. Grandes multinacionales están detrás de muchos de los lobistas que se pasean cada día por los pasillos de las principales instituciones europeas en Bruselas. ¿Qué hay en juego? Nada más y nada menos que el nuevo marco legal común a toda la UE que fijará las reglas sobre la privacidad de datos, que será efectiva a partir de 2016. Por este motivo, hace unos meses nació LobbyPlag, una plataforma digital independiente que pretende dar luz sobre el proceso de negociación de la nueva legislación en el Europarlamento.

Durante los últimos meses, se han presentado más de 3.100 enmiendas de los diferentes comités implicados en futura ley. Por este motivo, un grupo de periodistas y de programadores alemanes y austriacos preocupados por el impacto que pueda tener la nueva legislación relacionada con la protección de datos han creado LobbyPlag. Su principal objetivo es denunciar la influencia de los grupos de presión de muchas de las grandes empresas en los políticos presentes en Bruselas.

El nuevo Reglamento de Protección de Datos (GDPR) tiene dos pilares fundamentales: el derecho de los ciudadanos al olvido y homogeneizar la protección de datos en todos los países miembros para facilitar el funcionamiento a las empresas que operan a nivel internacional. Actualmente, cada país de la UE tiene su propia normativa relativa a la privacidad y protección de datos. En España, se dispone de una de las legislaciones más restrictivas de los 28.

Varios de los principales grupos de presión y algunos políticos, como los británicos Malcolm Harbour y Sajjad Karim, quedaron en evidencia tras la denuncia de la ONG londisense Privacy Internacional, que señaló en febrero que varios eurodiputados habían copiado casi literalmente varias enmiendas sugeridas por grandes compañías multinacionales estadounidenses, entre ellas los portales de comercio electrónico Amazon o eBay. Asimismo, organismos como la Cámara de Comercio Americana o la Federación Bancaria Europea también se vieron salpicados por este escándalo.

LobbyPlag va mas allá. Una de las herramientas que ofrece es la posibilidad de analizar las enmiendas para saber si incluyen elementos copiados directamente de documentos procedentes de las empresas implicadas. Hasta el momento, sólo están disponibles algunas de las más de 3.100 enmiendas presentados en Bruselas. Su intención es que sea un proyecto de investigación colaborativo que reúna a más de un millar de voluntarios. Y ya hay conclusiones. Entre los señalados por copiar se encontraban varios políticos españoles como Pilar del Castillo o Antonio López-Istúriz, ambos del PP, como muestra LobbyPlag.

Clasificación de los eurodipuatdos

La plataforma tiene una segunda utilidad: clasifica cada una de las enmiendas remitidas a la comisión LIBE sobre el Reglamento de Protección de Datos de la UE en función de la mayor o menor protección de la privacidad: si apuesta por reforzar la privacidad, la enmienda es restrictiva; si se debilita la protección, es liberal; y si no está claro, es neutral

Si hablamos de los políticos españoles, en LobbyPlag se encuentran ya clasificados cuatro eurodiputados. Agustín Díaz de Mera (PP), Teresa Jiménez-Becerril (PP) y Salvador Sedó i Alabart (UDC) y Carmen Romero López (PSOE). Los tres primeros aparecen como políticos que apuestan por debilitar la protección de datos. Por el contrario, la eurodiputada socialista aboga por una legislación más restrictiva.

Como en la mayoría de los nuevos proyectos colaborativos y sin ánimo de lucro, los integrantes del equipo de LobbyPlag lanzaron una campaña de crowdfunding a través del portal alemán Krautreporter para poder hacer frente a los gastos del desarrollo de la plataforma. Inicialmente el objetivo era alcanzar 7.500 euros para cubrir las 200 horas de trabajo de programación y cubrir los costes del servidor para dos años. Además, llegaron al acuerdo de dar el 20% de los recaudado a Parltrack, una iniciativa europea que lucha por mejorar la transparencia en los procesos legislativos. Finalmente fue tal el éxito que en apenas tres semanas lograron alcanzar casi los 8.000 euros.

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