El futuro de la izquierda

Izquierda Unida cuestiona la convergencia ‘a la carta’ por la que apuesta Podemos

Cayo Lara y Alberto Garzón, durante una reunión de los órganos de IU.

Izquierda Unida no quiere convergencias a la carta, según la convocatoria electoral de la que se trate. Ello diluiría "la fuerza de la alternativa". No cree deseable que cuajen candidaturas de unidad popular en municipales y no en autonómicas, o a la inversa. Y si eso ocurre, debería ser la "excepción". Una estrategia, por tanto, distinta a la que defiende el núcleo promotor de Podemos, que prefiere "preservar la marca" en las locales en favor de iniciativas como Ganemos y centrarse en las autonómicas y generales, debido a su falta de estructura orgánica. 

Fue el lunes cuando los fundadores de Podemos –Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero, Íñigo Errejón, Carolina Bescansa y Luis Alegre– hicieron públicos sus planes de cara a los comicios de mayo de 2015. Justo la misma semana en la que IU lanzaba definitivamente el debate de la convergencia entre sus bases y sus simpatizantes. Este jueves atraviesa su primer gran hito con la puesta de largo en un acto público en el Colegio de Médicos Madrid, capitaneado por el coordinador, Cayo Lara, y en el que intervendrán los responsables de Proceso Constituyente, Programa, Institucional y Comunicación –Alberto Garzón, Marga Ferré, Montse Muñoz y Clara Alonso–, además del líder regional, Eddy Sánchez. 

Ese mismo acto sirve de ropaje para el documento Encuentro hacia un nuevo proyecto de país, de 28 páginas y al que ha tenido acceso infoLibre [consúltalo aquí en PDF]. En él, además de elaborarse un diagnóstico de la coyuntura, se plantean algunas pautas para la confluencia de la izquierda y se analizan tanto los riesgos como las oportunidades. Ese texto, que nace de la dirección federal, pasa ahora a los territorios, a los militantes y los simpatizantes y comienza un proceso de deliberación que se prolongará dos meses. 

IU debe responder al "reto histórico"

El texto, pilotado por Garzón y sus compañeros de la comisión plural encargada de preparar la conferencia político-programática que culminará el 22 de noviembre, recuerda primero que la estrategia de convergencia está en la piel de IU desde sus orígenes, en 1986, como siempre inciden Lara y Garzón. "Ningún miedo debería atenazarnos. Converger es nuestra historia misma". Sin embargo, "no siempre lo unitario ha primado" en la política de la federación, cuya historia ha quedado atravesada por alzas y valles electorales y con la amenaza incluso del hundimiento. Pero ahora el país se encuentra en una "crisis de régimen", que apunta a un "cambio de época". "O damos una salida alternativa y global a la crisis engendrada en el seno de las políticas neoliberales o el país que heredarán las generaciones futuras será del todo irreconocible en lo económico, social, cultural o político" por las dentelladas del neoliberalismo. IU, en consecuencia, analizan los autores, "está llamada a responder a ese literal reto histórico". 

La apuesta por la convergencia y la construcción de un bloque social y político se acentuó en la IX y la X Asamblea (2008 y 2012), a partir de que Lara asumiera el mando. "Queremos construir una unidad popular, no sólo presente en las elecciones sino también en el imaginario colectivo. Le hemos dado el carácter de tarea histórica", insiste el texto. 

La necesidad de la alianza de movimientos y partidos de izquierda, según la federación, se hizo más palpable aún a partir del 25-M, de las elecciones europeas, que certificaron una importante subida de IU (triplicó sus resultados), la caída del bipartidismo y la inesperada emergencia de Podemos (1,2 millones de votos, cinco eurodiputados). Después, se impulsaron candidaturas de unidad bajo la rúbrica Ganemos, siguiendo el modelo de Guanyem Barcelona. Y, en paralelo, el contexto evolucionó rápidamente: abdicación del rey Juan Carlos, "emergencia del imaginario republicano", "consolidación" de la caída del bipartidismo, relevo en el PSOE... La "urgencia" de la construcción de una "alternativa" es, pues, más patente para la formación de Lara. 

Candidaturas "para ganar"

Por todo ello, IU entiende que el momento es crucial. Ahora o nunca. El tiempo histórico "exige estar a la altura política" y la izquierda "tiene la obligación moral de aprovechar la oportunidad histórica para cambiar la historia misma" y "cambiar el futuro"  "Ello impone una realidad incontestable: la unión de fuerzas en lo político, cultural y electoral", la "unidad popular". 

Se dan "oportunidades" como "pocas veces" se han dado a IU. Pero la operación de suma también entraña riesgos, como explica el documento. Uno cierto: "No ser coherentes con nuestra política [...].. Ni podemos ni vamos a menospreciar ese peligro". 

¿Cómo debe articularse esa convergencia? En torno a tres criterios, responden los autores. Uno, configurar "candidaturas para ganar". Dos, "candidaturas para cambiar de raíz los municipios, pero también para quebrar la hegemonía del bipartidismo en aquellas comunidades donde se celebren elecciones autonómicas", 13 en total en 2015. Y aquí viene la crítica a Podemos, sin citarlo: "No es posible sustentar la idea y la aspiración de la alternativa para los municipios y no concretarla para unas comunidades o diputaciones que van a ser decisivas para esas mismas aspiraciones municipales. No deberíamos votar una cosa en la urna de la derecha y otra diferente en la de la izquierda. Se diluiría la fuerza de la alternativa. De cualquier modo, debería ser esa, si se diera, una excepción a la regla. En todo caso, esa no puede ser la apuesta de IU".

Esto es, la federación reclama coherencia. Su voluntad de alianza es integral, no parcial, y al margen de que le convenga más o menos. Los cálculos de Podemos son más estrictamente partidistas, pues el hecho de que no cierre puertas a acudir a las locales en Ganemos responde a su imposibilidad para disponer de una estructura potente hasta en los escalones más bajos. 

Tercer criterio: que las candidaturas sean "de apertura a la ciudadanía, a los movimientos sociales y de reconocimiento del papel singular que objetivamente tienen los partidos políticos que se impliquen en el proyecto". Una cautela por escrito para garantizar que IU no se diluirá ni se desdibujará en el proceso

La importancia de los comicios de mayo de 2015

Otra diferencia con Podemos es la concepción de los comicios de mayo. Mientras que Iglesias y los suyos consideran que estos llegan "pronto" y que debe poner toda la carne en el asador en las generales, IU considera que "derrotar al bipartidismo" en las próximas elecciones y "asentar desde lo local y desde los Gobiernos autonómicos políticas diferentes a la hegemonía del PP de estos años" es un "paso trascendental" para vencer al Ejecutivo central de Mariano Rajoy en las legislativas. Y advierte que perder la oportunidad de las municipales y regionales "supondría años de hegemonía del régimen" y del proyecto neoliberal. Ello dejaría "un país irreconocible". 

"Nosotros no tenemos miedo, sino ilusión", sancionan los ponentes del documento, de distintas sensibilidades dentro de IU. "Nuestra tradición política lleva inscrita en su ADN la formación de bloques democráticos de contrapoder al poder. De bloques populares que frenen a la oligarquía que en cada momento histórico trata de arrebatarnos las conquistas sociales que arrancaron al poder nuestras madres y abuelos. Por eso tenemos claro que queremos aprovechar la oportunidad y convertir un momento de emergencia social en un momento de esperanza política para la mayoría social. Porque sí, se puede, pero sobre todo porque se necesita".

"El 15-M no pasó por nuestros espacios políticos"

El documento, no obstante, tiene una mayor profundidad. Hace un diagnóstico del momento, de la quiebra del sistema y la crisis del "régimen político-económico del bipartidismo español" y del papel de la federación en los últimos años, no exento de autocrítica. Denuncia la hegemonía del neoliberalismo (y los destrozos causados por él), el modelo basado en el "caciquismo y corrupción" –y cita desde el caso Gürtel, Nóos o los ERE de Andalucía–, la "vuelta de tuerca" propiciada por la troika. Al hilo de este asunto, descuella otra diferencia con Podemos: IU plantea reestructurar la deuda y someterla a una auditoría, pero no impagarla. 

Buena parte del análisis se refiere a la respuesta social a la ruptura del pacto constitucional. Por un lado, a la actitud de los sindicatos. Sin querer definir su estrategia, sí reconoce la federación que viven una situación de "desprestigio y dificultades de organización", y apunta que su reto es implicarse en las nuevas movilizaciones sociales que disputan la hegemonía al bipartidismo. Por otro, el 15-M. El texto de Garzón y sus compañeros señala que la irrupción del movimiento de los indignados trajo una noticia positiva y otra negativa para IU. Permitió que se visualizaran propuestas que siempre había defendido, pero reconoce que se quedó atrás, que no supo aclimatarse del todo. "El arranque de la movilización y su desarrollo no pasó por nuestros espacios políticos, pues en su reivindicación de más y mejor democracia también imponían un alto nivel de exigencia a los modelos de organización interna de los propios partidos". Como explicaba una dirigente del equipo de Lara a este diario, el 15-M puso a IU frente a su espejo, y descubrió que tenía también déficits. 

IU remarca mucho que hay que complementar calle e instituciones. Y un buen ejemplo, dice, es la Junta de Andalucía y lo que ocurrió con las viviendas de la Corrala Utopía, que a punto estuvieron de acabar con el bipartito. La política marcada por la federación en la comunidad es una "experiencia útil". 

La nueva cultura política

El 15-M hizo emerger una nueva cultura política, en el que IU puede ser vista como alternativa. Sin embargo, para algunos sectores "no deja de tener una participación en las estructuras tradicionales". "Ello supone que debemos estar en línea con la demanda ciudadana por una nueva cultura política. Por tanto, la apertura, el compromiso con las primarias, con la revocación de los mandatos, con la rendición de cuentas y con una práctica política que contribuya a consolidar esa nueva cultura han de ser ejes imprescindibles de nuestra apuesta. Es decir, lo que hemos llamado revolución democrática y social", dice el documento. 

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La federación sostiene que la apuesta por el avance social y electoral de las fuerzas comprometidas con el cambio del sistema no sólo puede enmarcarse ya en el vector izquierda-derecha. "El marco discursivo es el de más y mejor democracia para un cambio profundo de país". Nuevamente, asoma la referencia a Podemos, empeñada en situar la dialéctica en el eje arriba-abajo. 

Ahora la ponencia de convergencia y la de los 30 puntos programáticosbaja hacia las bases. El debate se canalizará no por el sistema clásico de enmiendas, sino a través de diez preguntas pensadas para alimentar la discusión. El resultado, en dos meses.

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